Agronegocios

Cafeticultores de Oaxaca penetran países europeos, EU y Japón

Esta es una historia que debería multiplicarse en todo México. Pasaron de ser indígenas pobres a tener un ingreso decoroso; de registrar altos índices de marginación y deterioro de salud a contar con su propia clínica; de no tener comunicación con el mundo exterior a usar parabólica e internet; de vender al “coyote” a comercializar su aromático en países europeos, Estados Unidos y Japón. Organización, cohesión de grupo y calidad, son clave de estos logros que alcanzó la Unión de Comunidades Indígenas de la Región del Istmo (UCIRI).

En la sierra de Oaxaca, Lachivizá, se gestó un movimiento de organización productiva, donde la unidad y cohesión interna son factores que permiten vender a los indígenas en el mercado justo café orgánico, por el cual obtienen mejor precio —unos 150 dólares por libra— si se compara con el aromático convencional.

“Antes siempre éramos humillados por los acaparadores y nos pagaban el producto como querían; ahora, con la organización, tenemos medios para comercializar mejor nuestro café”, expresan integrantes de UCIRI.

De acuerdo con datos proporcionados por Certimex, a través de UCIRI se exportan 50 contenedores —de 23 mil kilos cada uno—, de los cuales entre 30 y 40 por ciento corresponde a otras asociaciones que en forma solidaria apoya la organización.

Esta tierra cafetalera se ubica entre 600 y mil 800 metros de altura sobre el nivel del mar, a donde se llega por terracería que en épocas de lluvia se vuelve peligrosa. Ahí estas comunidades de la Sierra Juárez, zapotecos, mixes, mixtecos, chontales y chatinos de la costa oaxaqueña, producen café de alta calidad, que envían desde hace más de 20 años a países europeos como Suecia, Francia, Holanda e Italia, además de Estados Unidos y Japón.

Los integrantes de UCIRI consideran que estos logros se deben al trabajo conjunto que realizan y a la orientación que han recibido de su asesor, quien “vino a brillar dentro de las montañas de los pobres campesinos”.

Una idea de la filosofía de quienes integran la UCIRI es lo que expresan en su propia página web: “No lucharemos solamente por mejorar el precio de nuestro producto principal, el café. Sabemos muy bien que la felicidad y la libertad no se pueden comprar y tampoco están en venta. La salud, la casa, la bodega, los fondos en común, la escuela, la familia, nuestras lenguas, las costumbres y fiestas del pueblo son para nosotros de igual importancia.”

Gran mercado

La demanda de café orgánico ha crecido y no alcanza a cubrirse en su totalidad. No obstante, UCIRI no ha buscado plantar más hectáreas de café, sino mejorar sus cafetales y mantener la calidad de su producto.

El ciclo cafetalero inicia en noviembre y termina en mayo. La organización establece contratos con su comprador antes de la cosecha. El productor recibe un anticipo al entregar su café; cuando se vende toda la cosecha, entre junio y octubre, se hacen cuentas del ingreso total que obtuvo la organización, se restan los gastos administrativos y lo demás es la utilidad de los socios.

Un productor promedio posee tres hectáreas. Los cafetaleros aportan desde 100 kilos hasta dos toneladas de café al año. En la actualidad, los cafetos producen dos quintales por hectárea y la meta es alcanzar entre seis y ocho.

Para mantener la conciencia de lo orgánico, la UCIRI cuenta con el Centro de Educación Campesina (CEC), donde se enseña a los estudiantes los fundamentos de los cultivos orgánicos. También tiene la cooperativa de ahorro y préstamo Esperanza Indígena Zapoteca, donde los socios aportan el capital y la comunidad tiene una clínica de salud que incluye servicios dentales y trabaja tanto con medicina tradicional como alópata.

Incorporar tecnologías ha sido importante para los cafeticultores de la UCIRI, ya que así pueden comparar las cotizaciones internacionales del aromático.

No cabe duda, la organización y unidad les cambió la vida a estos cafeticultores.





Origen de UCIRI

* UCIRI nació en 1982, debido a la problemática del precio del café y el apoyo de misioneros, quienes propusieron soluciones ante este escenario.

* UCIRI se acercó a la Asociación Rural de Interés Colectivo (ARIC) de Mizantla, Veracruz, y por este conducto comenzaron a exportar.

* Desarrolló un esquema similar a la ARIC, donde se unieron los municipios de Lachivizá, Santa María Guienagati, Guevea de Humboldt, Cotzocón, Santo Domingo Tehuantepec y San Miguel Quetzaltepec, entre otros. Con la ARIC nacional hubo algunos problemas y se suspendió la relación.

* UCIRI obtuvo un registro de exportación propio y después de insistir lo consiguió y su asesor colocó producto en el “mercado alternativo” de Europa. La primera exportación directa se envió en 1986.

* En 2005, el número de socios era de dos mil 600.

* En 1988 el café de UCIRI obtuvo certificado de calidad por Naturland, y en 1993, el que otorga IMO-Control Suiza para la certificación oficial de la Unión Europea.


 

1 2Página siguiente
Mostrar más

ERNESTO PEREA

Periodista especializado en temas agropecuarios y agroalimentarios. Premio Nacional de Periodismo y Divulgación Científica, otorgado por el CONACYT. En la actualidad director del portal web www.imagenagropecuaria.com Autor del libro Voces y vivencias del movimiento orgánico Ha colaborado con las revistas editadas por el Grupo Expansión. Ha sido consultor de la FAO. Brinda servicios de comunicación, información, análisis y consultoría para diversas empresas e instituciones. Correo electrónico: editor@imagenagropecuaria.com

Articulos Recientes

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Back to top button