Central de Abasto, estratégica para el DF

La Ceda, con tres mil bodegas y locales comerciales, abastece a más de 20 millones de personas al año con la oferta más grande y diversa de productos agroalimentarios del mundo. En sus andenes se puede encontrar la gran variedad de frutas, verduras y legumbres que se producen en México.

Sus 111 kilómetros de pasillos son recorridos cada día por casi 300 mil personas, entre comerciantes, transportistas y trabajadores directos. Este coloso de concreto es una pequeña ciudad dentro de otra ciudad: cuenta con su propia subdelegación, deportivo, paradero de autobuses, planta de transferencia de basura y estacionamiento aéreo.

En este punto el comercio es dinámico, la oferta y la demanda están a la orden del día. Aquí asiste la mayor parte de comerciantes que ofrecen sus mercancías en los 312 mercados ubicados en el Distrito Federal, lo cual produce 70 mil empleos directos.

El sistema de comercialización que se maneja en este sitio es igual a otro centro de abasto: los compradores buscan la oferta del día, el valor agregado mínimo que beneficie sus bolsillos y que satisfaga su necesidad de alimento.

La infraestructura comercial de la Ceda está compuesta por mil 881 bodegas en donde se almacenan frutas y legumbres; 338 almacenamientos de abarrotes y víveres; mil 489 locales comerciales y 10.6 hectáreas que sirven para dar albergue a más de 600 tráilers.

También cuenta con 36 bodegas de transferencia, tres hectáreas que se dedican al comercio de aves y cárnicos, 16 hectáreas del mercado de flores y un frigorífico con capacidad para dos mil toneladas.

Ceda frente a tiendas de autoservicio

En un principio, el objetivo original fue abastecer a los grandes mercaderes del interior del país, pero en los últimos años la Ceda también distribuye alimentos a clientes minoristas: amas de casa, pequeños comerciantes y abarroteros.

Esta situación se debe en gran parte a la expansión de tiendas de autoservicio, la sobrepoblación de la zona metropolitana y falta de programas que ayuden a reestructurar el objetivo primordial de la Central de Abasto.

De acuerdo con el doctor Gerardo Torres Salcido, investigador del Centro de Investigaciones en Ciencias y Humanidades de la UNAM, la Ceda es actualmente “un centro minorista dado que la falta de programas de distribución ha planteado al sitio como tal, que en un principio no estaba planeado para eso”.

El investigador de la máxima casa de estudios explicó que al momento que la Ceda cambió su objetivo, los únicos afectados fueron el pequeño comerciante y el abarrotero de la ciudad, porque al convertirse en un medio minorista y al ofrecer los centros comerciales precios más bajos, las personas acuden a estos lugares para surtirse.

Al respecto el director general de la Central de Abasto de la Ciudad de México, Raymundo Collins, señaló que hoy en día la Ceda no puede operar como en un principio. “Quien piense que tiene que trabajar como hace 25 años está totalmente atrasado, porque el mundo ha cambiado, las reglas económicas han cambiado, todo ha cambiado.”

En conferencia de prensa, Collins reconoció que ahora existen supermercados que le hacen competencia a cualquier mayorista o minorista de la Ceda. El directivo dijo que lo primordial es reactivar a la central con nuevas ideas. “Hay que hacer que los integrantes de la Ceda manejen nuevos sistemas de comercialización”, apuntó.

Las rígidas estrategias comerciales de los supermercados, capitaneados por la empresa estadounidense Wal-Mart y las tiendas pertenecientes a la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (ANTAD), han acaparado un porcentaje alto de las ventas al menudeo en la ciudad y en todo el país. Esto deviene en una competencia por ofrecer las mejores ofertas entre los grandes centros de distribución.

El problema es cuantioso. De acuerdo con datos de Wal-Mart, a finales de 2006 tenía instaladas 893 unidades en toda la República Mexicana, las cuales registraron ventas por 187 mil 508 millones de pesos y, según datos de la tienda, pretende abrir otras 122 sucursales en 2007.

A pesar de que la Ceda es el mayor centro de abastecimiento, la rápida y agresiva expansión de las tiendas de autoservicio representan una amenaza para su subsistencia.

Un estudio realizado por el investigador de la UNAM reveló que 53 por ciento de los vendedores consultados ven sus ventas afectadas por la expansión de los supermercados, 44 por ciento señaló que no están afectados, y 3 por ciento de los encuestados indicaron que no sabían.

Torres Salcido señaló que el fideicomiso debe replantear su plan de distribución, pero además, indicó, es necesario darle una nueva imagen al centro de abasto, es decir, “cambiar la perspectiva de todo, desde la administración, hasta las formas de compra y venta”.

Los problemas para este centro de abasto se multiplican. La falta de servicios de refrigeración, la inseguridad, el comercio ambulante, los desechos, aplicación de reglamentos y la regularización de los cargadores, son algunos pendientes por resolver.

Tan sólo en lo que va del año, la administración de la Ceda ha invertido 50 millones de pesos en la instalación de cámaras de video que sirven de apoyo al cuerpo policiaco y se proyectó un programa de regularización para los 10 mil diableros que ahí laboran.

Falta mucho por hacer, empero la central continuará siendo un punto estratégico para el abasto de alimentos de esta ciudad.

Nuevos planes

Hoy en día la Central de Abasto está en un proceso de expansión en el que se tiene planeado construir una plaza comercial, en la que se invertirán 60 millones de dólares, que traerán una derrama económica de 25 millones de pesos al año para el fideicomiso de la Ceda.

El centro comercial, que se puso en marcha a principios de 2007, creará más de ocho mil empleos directos, según datos difundidos en la página electrónica de la Central de Abasto.

Raymundo Collins subrayó que el punto final de la plaza comercial es atraer público al área. “Habrá gente que venga a comprar a la plaza y que con mayor facilidad venga a surtirse a nuestros mercados”, precisó.

En este proyecto entre la Dirección General y la Administración General de la Central de Abasto con Soluciones Tecnológicas Transnacionales, participan con 50 por ciento cada una la empresa española Sotohenar y Consorcio Mexicano Central.

El acuerdo reconoce la posesión de los derechos del uso y el aprovechamiento del espacio, que en total abarca siete hectáreas, durante 50 años. Cuando finalice el plazo establecido, el espacio será de nuevo parte del inmueble de la Ceda, con lo que, de cuerdo con el sitio en la web, “el patrimonio del fideicomiso está totalmente resguardado”.

Soluciones Tecnológicas Transnacionales proporcionará 8 por ciento de los dividendos que se obtengan del mall. De acuerdo con un estudio que realizó la Central de Abasto, esa contraprestación “es competitiva en función de las alternativas del mercado, ya que los recursos generados, que representarán alrededor de 25 millones de pesos al año, se utilizarán como apoyo sustancial para revertir el déficit presupuestal del fideicomiso, lo que permitirá estar en la posibilidad de realizar programas de mantenimiento y obra”.

Fideicomiso Ceda

El fideicomiso se creó en 1981 con vigencia de 99 años con base en la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito. El Gobierno del Distrito Federal (GDF) y la Secretaría de Desarrollo Económico (Sedeco) y demás participantes adheridos al fideicomiso tienen carácter de fideicomitente y fideicomisario, respectivamente; en tanto, el Banco Santander Mexicano funge como institución fiduciaria.

Se inauguró en 1982, cuando José López Portillo ocupaba la presidencia de la República. Su construcción fue la solución a problemas de intermediarismo, menoscabo de infraestructura, captación de remanentes por acaparadores y quebranto de locales para el desarrollo de la actividad comercial que representaba en ese entonces el mercado de La Merced, el más antiguo de la capital.