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Generar bioenergía sin comprometer alimentación, coinciden expertos

El premio Nobel de Química Mario Molina fue contundente al expresar que si los mexicanos copiamos el modelo de producir etanol a base de maíz, sólo estaríamos ayudando a Estados Unidos a reducir su dependencia energética del Medio Oriente; “no estaríamos ayudando al medio ambiente ni a México”. 

Ante empresarios, productores, funcionarios y representantes internacionales que asistieron al Foro Global Agroalimentario, Bioeconomía: moda, mito o realidad, el experto sugirió que si se proyecta producir etanol a partir de maíz se utilicen terrenos marginales para no competir con la producción de alimentos.

Mario Molina aseguró que el etanol a partir de caña de azúcar sí tiene posibilidades, pues genera beneficios, aunque, matizó, no muy grandes; la mejor opción sería el etanol celulósico obtenido de residuos agrícolas, sin embargo, el problema es que las enzimas para este proceso son costosas.

En Estados Unidos —aseveró— la producción de etanol es una salida para reducir la dependencia del petróleo y los agricultores estadounidenses pueden hacerlo a base de maíz porque reciben subsidios.

El premio Nobel —reconocido sobre sus estudios sobre la capa de ozono— insistió en que debe considerarse que la producción de etanol produce más gases de efecto invernadero que la propia gasolina. Por ello, delineó que en el largo plazo lo que debemos hacer para reducir emisiones es hacer un uso eficiente de la energía y aplicar un impuesto a quien genera emisiones de dióxido de carbono (CO2), lo que beneficiaría a la economía del país y también a la generación de biocombustibles.

Impacto en precio de commodities

En el foro organizado por el Consejo Nacional Agropecuario (CNA), Donald Mitchell, director de Economía del Banco Mundial, destacó que es probable un periodo de precio altos de los commodities agrícolas destinados a la producción de biocombustibles, a menos de que haya una caída alta de precios de los energéticos, cambio de políticas en esta materia o un avance tecnológico en la producción de etanol celulósico.

En algunos países —agregó— se registra un aumento repentino en la producción de biocombustibles, ya que representan una quinta parte de la producción de maíz de Estados Unidos; la mitad de la producción de azúcar de Brasil y 40 por ciento del cultivo de colza en la Unión Europea. Todo impulsado por subsidios y mandatos.

Pero el potencial de producción de bioenergía es amplio en países como Estados Unidos que tiene 35 millones de acres —más de 14 millones de hectáreas— en el Programa de Reservas para Conservación, 10 por ciento de su tierra cultivada. En tanto, Brasil cuenta con 175 millones de acres —unas 70 millones de has— de pasto natural apta para cultivo, el doble de la tierra usada en tierra estadounidense para maíz.

En su ponencia Perspectivas sobre biocombustibles y su impacto en los mercados mundiales de commodities, destacó que los rendimientos responden a incentivos de precio y en este sentido la biotecnología ofrece mayor resistencia a sequía y plagas.

Sobre las oportunidades para México, dijo, están relacionadas con el acceso libre de impuestos al mercado estadounidense de azúcar y biocombustibles en el marco del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Asimismo, enfatizó, la caña de azúcar es la materia prima preferente para producir etanol y tiene potencial para cogenerar melazas como materia prima.

En su análisis, menciona que en los últimos años la agricultura mundial se caracterizaba por una fuerte caída en los precios reales agrícolas, producción excedentaria y políticas para apoyar precios y restringir el comercio. Recordó que en 2005 los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) otorgaron 385 mil millones de dólares en apoyos para la agricultura.

En EU preferencia a biomasa que no compita con alimentos

Al hablar de las políticas que Estados Unidos está poniendo en práctica para producir bioenergía a partir de cultivos agrícolas y otras fuentes alternas, Marvin Duncan, directivo de alto nivel de la Oficina de Política Energética y Nuevos Usos, del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), destacó que esta nación pondrá “mayor énfasis en desarrollar fuentes de biomasa que no compitan con alimentos ni forrajes”.

En su intervención denominada El futuro de los bioproductos, destacó que los productos “bio” están de regreso, ya que eran comunes en las dos primeras décadas del siglo pasado, pero ahora tres factores convergen para conformar su renacimiento: los productos y energía procedentes del petróleo y gas natural se han vuelto más caros y la oferta menos segura; hay preocupación creciente por el cambio climático y la sustentabilidad ambiental; y las ciencias biológicas son ahora más aptas para crear nuevos productos.

Destacó que en este cambio de escenario, la política pública de Estados Unidos ha desempeñado un papel importante, donde destacan la Ley de Investigación y Desarrollo de Biomasa, la “Farm Bill” de 2002, el programa que obliga a las dependencias a dar preferencia a bioproductos y la Ley de Política Energética de 2005.

Hoy, precisó, la capacidad de producción de etanol en Estados Unidos es de siete mil millones de galones, para lo cual cuenta con 118 plantas, muchas de ellas propiedad de agricultores; en biodiesel la capacidad productiva es de 864 millones de galones, en 105 plantas.

Marvin Duncan resaltó que la propuesta de inversión de la Farm Bill en la presente administración incluye 1,600 millones de dólares para financiar investigación, desarrollo y producción de energía renovable; 2,100 millones en préstamos garantizados para proyectos de celulosa; 500 millones para investigación en bioenergía y bioproductos y otra cantidad igual para sistemas de energía renovable y apoyos para hacer eficiente su uso.

En tanto, el Departamento de Energía invertirá hasta 385 millones de dólares en cuatro años para apoyar desarrollo de etanol celulósico. A esto se agregan los créditos fiscales para la producción de etanol —51 centavos por galón— y biodiesel —un dólar por galón.

Pero Estados Unidos en su política incluye el desarrollo de la energía eólica y solar, donde los crecimientos son notables y las proyecciones se ubican al alza, además de que incluyen créditos fiscales e incentivos económicos.

Marvin Duncan también se refirió al gran potencial que tienen los productos obtenidos a partir de biomasa —aglomerados, solventes, barnices, películas plásticas para tela, adhesivos, limpiadores, alfombras y medicamentos— donde el crecimiento de la industria global es de entre 3 y 6 por ciento al año.

En el mundo de los bioproductos —proyectó— el maíz será la principal materia prima en los próximos 10 años y las fuentes celulósicas serán las dominantes en 20.

En sus conclusiones, el especialista subrayó que hay interés de los sectores público y privado para desarrollar una bioeconomía y el esfuerzo está cimentado en una política pública de apoyo, por lo que se espera que los biocombustibles y bioproductos tengan una importancia creciente en la economía estadounidense.

Jaime Yesaki Cavazos, presidente del Consejo Nacional Agropecuario, destacó que frente a la tendencia de alza de granos y las proyecciones de Estados Unidos en el sentido de reducir su oferta exportable de maíz, México debe enfocarse a la producción de alimentos y pensar en otras fuentes de biomasa para producir bioenergía.

Advirtió que en países deficitarios en granos y oleaginosas, como México que importa unos 15 millones en ambos rubros, si destinan parte de su cosecha a la producción de bioenergéticos habrá un déficit mayor. Por ello añadió que estos últimos podrían producirse de otros cultivos como remolacha o palma de aceite.

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ERNESTO PEREA

Periodista especializado en temas agropecuarios y agroalimentarios. Premio Nacional de Periodismo y Divulgación Científica, otorgado por el CONACYT. En la actualidad director del portal web www.imagenagropecuaria.com Autor del libro Voces y vivencias del movimiento orgánico Ha colaborado con las revistas editadas por el Grupo Expansión. Ha sido consultor de la FAO. Brinda servicios de comunicación, información, análisis y consultoría para diversas empresas e instituciones. Correo electrónico: editor@imagenagropecuaria.com

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