Ecoturismo

La Ruta del Volcán

A sus 60 años es el más joven del mundo, el único que tiene acta de nacimiento que le da nombre y lo hace oriundo de Parangaricutiro, que tuvo dueño y alrededor del cual se ha desarrollado una hermosa ruta ecoturística. Es el volcán Paricutín.

Su llegada al mundo fue intempestiva, tanto que arrasó con el pueblo que le dio el nombre, Paricutín, y con San Juan de las Colchas del que hoy sólo quedan las torres del templo de San Juan Viejo.

Apareció sobre la Meseta Purépecha el 20 de febrero de 1943, y armó tremendo revuelo entre los campesinos que durante casi una semana padecieron sismos. Una columna de humo blanco anunció la llegada al mundo del volcán más joven del orbe. Su nacimiento fue coronado por “largas lenguas de fuego y ríos de lava” —como contaron testigos—, las cuales corrieron por esas tierras que quedaron sepultadas bajo la arena y roca volcánica. Después vino la calma.

El acontecimiento fue registrado por las autoridades municipales de Parangaricutiro, quienes extendieron un acta de nacimiento para el recién nacido, que fue bautizado como Paricutín a petición de los lugareños. Y por si fuera poco esta maravilla de la naturaleza tuvo dueño, el campesino Dionisio Pulido, quien asistió al parto en tierras de su propiedad, y de quien José Revueltas expresaría: “fue el único ser humano dueño de un volcán y dueño de nada”.

El Paricutín nació, vivió y feneció. Una vida muy rápida para un volcán tan joven, pero en torno a su leyenda se ha construido una de las zonas ecoturísticas más esplendorosas y simples del país.

Sigamos la ruta
La Ruta del Volcán Paricutín inicia en Uruapan, rica por su naturaleza, pero donde también se combinan las tradiciones de los pueblos purépechas, su cultura, artesanías y el arte virreinal de templos con techos historiados de lo siglos XVI y XVII.
En Uruapan, además de ser la capital mundial de aguacate, se encuentra la Huatápera, un edificio de influencia árabe y española que hoy funge como museo.

Al salir de Uruapan el siguiente punto es Patzingo un bosque que a decir del gobierno michoacano es un bosque “ejemplo latinoamericano más acabado del aprovechamiento integral de los recursos forestales”.

Para comprobarlo hay que ir de visita y tal vez hospedarse en un reducido grupo de cabañas, que son las únicas construcciones en 18 mil hectáreas arboladas.

Una vez instalados los dueños de Patzingo, que son ni más ni menos que los propios habitantes de Nuevo San Juan Parangaricutiro, ofrecen visitas para observar venados, recorridos por el bosque para avistamiento de flora y fauna; la deliciosa cocina tradicional o recorridos en bicicleta por la montaña. Para que el viaje sea redondo también hay seminarios sobre el aprovechamiento de la madera y otros productos del bosque, así como visitas a los talleres donde se fabrican muebles con calidad de exportación.

La Ruta del Volcán atraviesa por Angahuan, el pueblo más cercano al cono del volcán y su compañero desde entonces. Ahí hay un campamento ecoturístico pero también alberga edificios religiosos en los que destacan detalles que para los expertos en arte sacro hay alta influencia árabe.

En Angahuan está el mirador que ofrece la mejor vista hacia el volcán, el camino de arena y piedra volcánica y las torres sepultadas del templo de San Juan de las Conchas o San Juan Viejo.

Para llegar al volcán es recomendable llegar a Caltzonzin, montarse a un caballo y entonces sí, llegar hasta las torres del templo, lo único que quedó de este poblado.

Y después de convivir con la naturaleza, deleitarse con paisajes cuyas imágenes han dado la vuelta al mundo y son de alto atractivo para los turistas, se puede aplacar el volcán que seguro habrá surgido en cada ecoturista, con una visita a Zacán y a Nurío, también pueblos de la Meseta Purépecha, ricos en arquitectura religiosa y arte sacro, como la capilla dedicada a la Madre de Dios y que fueron punto de partida para la fusión de la religión indígena y europea encabezada por el primer obispo de Michoacán, Vasco de Quiroga, pero ésta es apenas la probadita de otra ruta. Primero vamos al volcán
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