Invernaderos y Riego

Modernizar distritos de riego necesario para mejorar uso del agua

México cuenta con 6.4 millones de hectáreas de riego -donde se obtiene 60 por ciento de las exportaciones agrícolas-, las cuales enfrentan problemas de ineficiencia en la conducción del agua, deficiente infraestructura y escasa inversión, a lo que se suma la presión por el recurso ante la creciente demanda del vital líquido de zonas urbanas.

Algunos datos ilustran este nada halagüeño panorama: de los 72 mil millones de metros cúbicos de agua que se consumen cada año en el país, el sector agrícola utiliza 78 por ciento, aunque la demanda ha venido creciendo en el sector urbano e industrial.

En los distritos de riego agrícola por cada mil litros de agua que se conducen a través de los canales se pierden 400 litros, debido al mal estado en que se encuentra la infraestructura.

Para la ANUR la única forma de recuperar esta agua es mediante la modernización de los distritos y unidades de riego. El recurso recuperado podría destinarse a otros sectores ya sea industrial, pecuario e incluso para regar otras superficies agrícolas, expresó Quintín Suárez Requena, presidente del consejo de administración del organismo.

En entrevista con ImagenAgropecuaria.com, destacó que sólo con mayores inversiones se podrá lograr la modernización de los distritos de riego. En la actualidad se invierten 1,200 millones de pesos para este fin, cuando las necesidades ascienden a 60 mil millones de pesos; a este ritmo de inversión nos llevaremos 50 años en concluir este proceso; pero si se incrementara el presupuesto federal y se permitiera la inversión privada dicho monto se duplicaría y terminaríamos en 25 años, añadió.

Para poder allegarse recursos en pro de la modernización la ANUR propone un programa de corto y mediano plazos en conjunto con la Conagua, en el que participen además las bancas de desarrollo y comercial, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y Fideicomisos Instituidos en Relación con la Agricultura (FIRA), con el propósito de garantizar la disponibilidad de crédito complementario, tanto externo como nacional.

Este programa debe dar prioridad a las inversiones para la modernización integral, que incluye redes de tuberías a baja presión, áreas de riego por bombeo, drenaje parcelario, labranza de conservación y reconversión productiva.

La ANUR también plantea la creación de un fideicomiso de 100 millones de pesos, con garantía líquida, donde los módulos de riego puedan ser sujetos de crédito por parte de la banca. Los recursos de dicho fondo serían aportados en forma tripartita por los gobiernos federal por conducto de FIRCO (10 por ciento), estatal (10 por ciento) y el productor-usuario (10 por ciento). Con ese 30 por ciento de garantía líquida el módulo ya tiene derecho a un préstamo de rehabilitación y modernización, así como para capital de trabajo.

En paralelo, la ANUR trabaja en la organización de un fondo para compactar módulos, ya que al ser muy pequeños –menores de tres mil hectáreas-, su cuota de autosuficiencia no les permite mantenerse, adquirir maquinaria o pagar su pozo. “La idea es compactarlos porque están dispersos y hacer módulos de seis, siete y ocho mil hectáreas para que tengan derecho a más apoyos y puedan acceder a los recursos de la banca”, explicó Suárez.

Otra propuesta es que los recursos del Procampo se manejen en coordinación con las asociaciones de usuarios, y que éstos a su vez se distribuyan entre los acreedores de dicho apoyo, a fin de que puedan utilizarlo en programas a mediano y largo plazos, y como pago a sus créditos, como se pretende hacer con la capitalización de dicho apoyo en el marco de la Ley de Desarrollo Rural.

Entubamiento de canales, solución tecnológica

Tanto Quintín Suárez como Alberto Yuso López, director de la ANUR, coincidieron que la solución tecnológica al desperdicio del agua sería el entubamiento de los canales, lo que significaría una eficiencia de entre 95 a 98 por ciento.

Aun en el mejor canal revestido –aclaró Yuso- el agua presenta pérdidas por evaporación y filtración en 35 por ciento, sobre todo en lugares muy calientes, como en el noreste de la República, donde las temperaturas superan 40 grados y hay mucha evaporación. Con el entubamiento, “no solamente no se tienen pérdidas, sino que también se recupera terreno, no se contamina el agua y no se roban el agua”.

En la actualidad los usuarios gastan 50 por ciento de la cuota promedio (480 pesos) para conservación, es decir, limpieza interna de los canales que todos los años se llenan de hierbas y maleza; con el entubamiento se elimina ese costo.

Al respecto, Suárez Requena reconoció que si bien el entubamiento tiene un costo de 15 por ciento mayor al de un revestimiento, el primero tiene una vida útil mínima de 50 años y máxima de 100 años y no requiere conservación; mientras que en el segundo en tres años se parte la losa.

La rehabilitación de un canal depende del tipo de proyecto: uno es el revestimiento de concreto que se hace donde llueve mucho (sureste) y los costos dependen del grosor y la carga de agua que lleva el canal; otro es el entubamiento, que es lo más indicado en donde casi no se presentan precipitaciones pluviales (norte-noroeste).

La ANUR considera que “en los lugares donde existe agua suficiente como es el sur-sureste del país y Nayarit estamos de acuerdo en que se sigan revistiendo los canales porque hay exceso del recurso, pero en la zona norte donde casi no llueve y se presentan problemas de escasez los canales se deben de entubar, y más sin en cambio sólo se están haciendo revestimientos”. En la actualidad se tiene una pérdida de agua de entre 6 y 7 por ciento por filtración y evaporación, mientras que en la zona norte es de 10 por ciento.

Alberto Yuso sugirió que en aquellas zonas donde ya empieza a haber faltantes de agua no sólo para su uso agrícola, sino también doméstico y urbano, “se debe de entubar aunque sea a baja presión. Aquí, insistió, se necesita tomar una medida que llamamos modernización integral y que incluye el entubamiento de los canales, la tecnificación de las parcelas, lo cual permitiría un ahorro de 70 por ciento de agua, misma que podría irse a otros sectores”.

La Conagua, agregó, nos dio la concesión de los canales revestidos, pero al momento de entubarlos ésta terminaría; ése es un problema jurídico que tenemos. “Mientras que el canal esté abierto está controlado por el gobierno federal”, acotó el representante de la ANUR.

Quintín Suárez enfatizó que “el agua es la misma, ya no hay más, por lo que se requiere hacerla más eficiente, a través de la modernización en la operación y distribución de este recurso, permitiendo con ello abatir el problema social por carencia de este fluido”.

Por otra parte, Suárez Requena y Yuso López informaron de la integración de la ANUR en el Consejo Consultivo del Agua de la Comisión de Recursos Hidráulicos en la Cámara de Diputados, lo que les permitirá además de alimentar de información a los diputados, “quienes muchas veces tienen un absoluto desconocimiento del manejo y problemática del agua, tener voz y voto en la toma de decisiones”.

En este consejo participa la Conagua, el Colegio de Posgraduados de Chapingo, el Instituto Americano de Tecnología del Agua y organismos como la ANUR y la ANEAS; estas últimas operan 15 por ciento del agua para el consumo doméstico y urbano.

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