Fidel Maza Selvas, especialista en la producción de orquídeas Dendrobium —la de mayor demanda en el mundo—, destaca que esta flor puede ser un buen negocio, aunque requiere de una alta inversión y los resultados se ven en el largo plazo, además de que es un sector complejo.
Con la experiencia que adquirió en Japón y Holanda, el experto remarca: “Hay muchos nichos en este sector. No es buen negocio cuando te metes a un área donde varias personas están haciendo lo mismo y vas con la idea de copiar; puedes saturar mercado, los precios proyectados en tu plan de negocio se te caen y si no eres cuidadoso puedes tener tropiezos.”
Como directivo de Viveplants —empresa con cuatro años de experiencia en la producción y comercialización de orquídea—, Maza Selvas subraya que para competir en el ámbito global hay que hacer equipos; ya no es posible que una familia pueda hacer todo: producir, vender, exportar y competir con grupos grandes de Europa, Estados Unidos y Asia.
La empresa comercializa prácticamente toda su producción en el mercado nacional, pero su meta es exportar grandes volúmenes. La calidad de su producción le ha valido tener una buena imagen en el sur de Estados Unidos, donde están solicitando flores. También realiza envíos a Guatemala y hay interés en otros países.
Las orquídeas tardan tiempo en desarrollarse desde que se establece una plantación hasta entrar en la fase productiva. Fidel Maza refiere que por ello están incrementando el área de cultivo de su empresa, ya que aún no cuentan con volúmenes suficientes para exportar y queremos dar confiabilidad en el abasto para quien nos compre.
En la actualidad cuentan con casi tres hectáreas en producción y otras seis se están construyendo; todas en Manzanillo, Colima. Produce dos millones de tallo por año, híbridos de alta productividad importados de Asia, de países como Tailandia, Singapur, Malasia, Filipinas, Hong Kong y Japón.
Fidel Maza afirma que sí han pensado expandirse hacia otros estados e “iremos a cualquier parte del país donde encontremos los microclimas para ir haciendo toda la gama de orquídeas comerciales que queremos ofrecer a nuestros clientes”.
En el mercado internacional de flores México no pinta, menos en el área de orquídeas. Falta mucho por cubrir en la producción enfocada al comercio exterior para poder abastecer otros mercados que muestran interés.
México tiene variedades nativas de orquídeas, lo cual es muy importante, que necesitan ser mejoradas genéticamente para llegar a niveles de productividad similares a las ya comerciales. Es una labor de ocho a 10 años de investigación, pero requiere realizarse para que otros floricultores del mundo quieran producirlas, asevera Maza Selvas.
Orquídeas para todos
La orquídea, en general, se considera una flor un poco elitista. En México, la mayor parte era importada y pasaba por varios comercializadores y el consumidor final tenía que pagar precios muy altos.
Para cambiar esta percepción, Viveplants estableció precios fijos durante todo el año, bajó el costo y mantiene una oferta constante y, “hemos impactado el consumo nacional porque hay condiciones más accesibles”, asegura Fidel Maza.
Una orquídea puede costar 25 pesos y una rosa ocho, pero la primera dura hasta cuatro semanas y la otra sólo una semana.
El consumo de orquídeas se ubica en todo el país, aunque la ciudad de México es el mercado más importante, seguido de Monterrey y Guadalajara, pero la empresa también realiza envíos a Chiapas, Oaxaca, Durango, Sinaloa y Quintana Roo. Todo se mueve por avión y la flor es fresca. “Antes no se quería a la flor mexicana y ahora la prefieren sobre la importada”, afirma Maza Selvas.
Cuidar la belleza
En el campo tenemos que cuidar mucho producir de una manera racional, utilizar adecuadamente los recursos que tenemos, jugar con el clima —hay muchos microclimas en México—, ya que a veces queremos producir productos de clima tropical en un lugar equivocado.
Para cuidar una orquídea es importante saber de dónde viene el producto. Un problema es que muchas flores son tropicales y crecen en un ambiente cálido y, en ocasiones, los intermediarios las meten a cuartos fríos (4 o 5 grados), propios para variedades como tulipanes o rosas, y queman las flores. Aun cuando logran comercializarlas, el siguiente comprador recibe un producto con menos vida útil, explica Fidel Maza.
Otro problema —agrega— es que si no compras con las personas correctas te pueden dar gato por liebre, toda vez que hay materiales que florean en cuatro o cinco años y si no cumplen con las características prometidas el productor pierde.
La flor debe recibir un manejo adecuado, hay que establecer mecanismos para que en cuanto la flor sea cortada se coloque en una solución de agua limpia que alargue su vida, lo cual es posible “si manejamos conceptos básicos de vida poscosecha, como cuartos fríos, quitar el calor del campo, preenfriar las flores, manejar empaques adecuados”, recomienda el directivo de Viveplants.
Otro aspecto importante —añade— es la ética. “No podemos meter en una caja con nuestra marca algo que no sea puro producto bueno; finalmente pagamos el precio.”
Un reto de esta empresa ha sido dar a conocer la orquídea en México, pero ya comienza a haber resultados. Además de conocer aspectos técnicos de nuevos materiales, hay que conseguir capitales adecuados, ya que los bancos estaban cerrados al sector agropecuario, lo cual comienza a cambiar, aunque todavía las tasas de interés son altas. En el ámbito global para poder competir necesitas dinero barato.
Fidel Maza recuerda que desde hace 15 años en la universidad quería producir esta flor, por lo que cree que “las orquídeas son flores bellísimas, que hablan de la maravilla que es la creación de Dios”.
Fuente: imagenagropecuaria.com
