Frutas y Hortalizas

Refresca sandía mexicana exportaciones

La sandía mexicana es una fruta muy apreciada en el mundo, sin embargo para mantener su liderazgo internacional en ventas, se requiere no sólo de aumentar el volumen de producción, sino también la calidad y la competitividad en las exportaciones, afirmó Armando Celis, presidente de la empresa Jamvel, Sociedad de Producción Rural, localizada en el estado de Sonora.

Con la experiencia de diez años en el cultivo y dos exportando hacia Estados Unidos y Canadá, el fruticultor argumentó que para poder incursionar en el mercado de las exportaciones “de entrada” hay que conocer el manejo de la sandía, desde el comportamiento del cultivo hasta las cuestiones técnicas, cómo controlar plagas y enfermedades, así como de almacenaje y transportación.

En entrevista con imagenagropecuaria.com, el empresario aseguró que en la etapa de exportación no se puede ir a aprender, porque “la competencia es el factor más fuerte al que hay que enfrentarse”. Si no se cuenta con un volumen de cosecha suficiente para colocarlas en el mercado, mínimo 50 toneladas, difícilmente se podrá desempeñar un buen papel y ser competitivo.

En el largo plazo la variable que más ha influido en la posición competitiva que tiene México ha sido la productividad. Es de todos conocido que el incremento en rendimientos reduce costos de producción por

unidad de producto, incrementando la posición competitiva de un país en los mercados internacionales, apuntó Celis.

Para poder comercializar en el exterior la sandía –que se cultiva en casi toda la República, a excepción del Distrito Federal, Tlaxcala e Hidalgo-, ésta debe tener un peso mínimo de cinco kilogramos en el caso de la variedad con semilla y cuatro kilogramos sin semilla.

En el mercado internacional, España es el principal competidor de los productores nacionales. Empero, México cuenta con una situación inmejorable para la producción de sandía, gracias a la gran variedad de climas y suelos adecuados, sin embargo se hace necesario realizar un esfuerzo para mejorar la calidad y los rendimientos en la mayor parte de las áreas de cultivo, cuyo promedio a nivel nacional es de 50 toneladas por hectárea.

De acuerdo a datos oficiales de la Secretaría de Agricultura el volumen de exportación esta fruta tropical alcanzó las 402 mil 35 toneladas, equivalentes a 156.63 millones de dólares en el 2005.

El principal productor de la fruta es Sonora, que en el 2006 alcanzó una producción de mil 200 toneladas; le siguen en volumen Chihuahua, Jalisco, Sinaloa y Tabasco, entre otros.

Por su frescura la sandía –originaria de África y perteneciente a la familia de las Cucurbitaceae–  es un producto bien cotizado, principalmente en épocas de calor, aunque su agradable sabor la hace apetecible en cualquier temporada del año.

En México el consumo de este fruto es accesible en comparación con otros países, ya que por ejemplo en los centros comerciales se vende en 7 pesos el kilogramo e incluso en algunas ocasiones baja a 3 o 4 pesos.

Armando Celis detalló que en el caso de los Estados Unidos esta fruta ocupa el tercer lugar en consumo per cápita, después de la manzana y el plátano. Por fortuna, añadió, no existe ningún problema para su comercialización en el vecino país del norte, empero a mediados de mayo se abre una ventana donde se aplica un arancel a la importación de 20 a 25 centavos la libra en la frontera, equivalente a 250 mil dólares aproximadamente.

El productor-exportador  manifestó que como en todos los productos agrícolas, las condiciones y tendencias en las preferencias del consumidor final dictan el comportamiento de su comercialización, que año con año repercute directamente y de diferentes formas en los agricultores. La competencia con otros países productores, que han cobrado fuerte impulso en su producción, ha empezado a complicar la comercialización de esta hortaliza tan aceptada en nuestro país y el mundo.

Uno de los principales objetivos que busca México para mantener el nivel de exportación es el poder diversificar los mercados, ampliando la presencia en Canadá –tercer consumidor a nivel mundial- y Europa, donde se encuentran  grandes consumidores como Alemania e Italia, que ocupan el segundo y cuarto lugar, respectivamente.

Modernizar la producción

También se tiene que trabajar para que cada vez más productores puedan acceder a técnicas de producción más modernas, como el riego por goteo; luego de que en este momento la mayoría cultiva de manera tradicional, lo que les impide ser más competitivos.

En este aspecto inciden los costos de producción, ya que producir una hectárea en temporal tiene un costo de 25 mil pesos, mientras que en una de riego se invierten 50 mil pesos.

La sandía es un cultivo muy sensible a las bajas temperaturas, por lo que requiere de climas calientes con temperaturas óptimas que fluctúen entre 18 y 25 grados centígrados.

Para su cultivo se recomiendan los suelos arenosos, profundos y fértiles; también es sensible a nublados y lluvias prolongadas, por lo que el tiempo soleado, seco y con suficiente humedad es el que más le favorece.

En cuanto a las variedades Celis informó que estás se diferencian generalmente por la forma y el tamaño de la fruta. En México se cultivan variedades como Jubilee, Pea Cok y Charlestón Gray, principalmente, pero también la Sangría y la Rayada, entre otros.

Cabe mencionar que desde 1989 se ha venido cultivando la sandía sin semilla, la cual ha tenido gran aceptación en el mercado, pues la comodidad de la sandía sin semilla fue algo que agradó de inmediato a los consumidores.

La utilización de semilla mejorada y de variedades que se adapten mejor a la región es de gran importancia para el productor, que en función de condiciones climáticas, tecnología aplicada y precio de la semilla, elige la variedad que a su juicio es la más conveniente.

El cultivo no debe establecerse en el mismo terreno durante varios años, hay que alternarlo con otros, a fin de aprovechar la disponibilidad del suelo y evitar mermas por el aumento de toxinas producidas por las plantas cultivadas repetidamente.

Las fechas de cosecha son variables dependiendo de la variedad utilizada, así como de la época de siembra y trasplante, aplicación de insumos y condiciones climáticas, entre otros; en general inician en el mes de diciembre y termina en el mes de julio; varía entre los 70 días de las zonas más tempranas, hasta 120 días en las más tardías; normalmente entre 40 y 45 días después del cuajado de la flor.

Sin embargo, con la producción de planta en invernadero, algunas veces se ganan 30 días, lo que permite que se pueda anticipar la cosecha a octubre, si las actividades de trasplante inició en agosto.

1 2Página siguiente
Mostrar más

Articulos Recientes

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Back to top button