Agronegocios

Cultivan en agua hortalizas para exportar

Hortimor es el ejemplo de una empresa que nació a partir de la organización de 112 productores morelenses que un día decidieron dejar de producir jitomate de la manera tradicional para incursionar en la técnica hidropónica bajo condiciones de invernadero.

Esta nueva visión la aprendieron de uno de sus compañeros productores. Hipólito Gómez Jaimes, quien con toda la experiencia que obtuvo como trabajador en los invernaderos de jitomate de Canadá, aterrizó en su lugar de origen y empezó emplear esas técnicas, lo cual atrajo el interés de sus vecinos quienes se acercaron para que les compartiera los secretos de su exitosa experiencia.

“Empecé con un módulo de 500 metros cuadrados y de ahí obtuve buenos resultados que me permitieron una mejor entrada económica; seguí viajando a Canadá y ahorré para establecer un módulo más grande que me permitió crecer”, refirió en entrevista para Imagen Agropecuaria Hipólito Gómez Jaimes.

El ahora presidente del consejo administrativo de Hortimor rememora que la problemática que en ese entonces vivían los productores de Morelos eran las altas inversiones que realizaban a cielo abierto y los pocos rendimientos que obtenían como resultado; por eso ante la cantidad de frutos y ganancias que Hipólito obtenía en su invernadero, decidieron conocer su sistema de cultivo.

“La diferencia de producción entre invernadero y cielo abierto es abismal, porque producir un kilo de jitomate bajo invernadero nos costaba el año pasado tres pesos, mientras que a cielo abierto puede costar un peso pero la cosecha promedio va de 22 a 25 toneladas por hectárea (ton/ha), mientras que en invernadero obtenemos 200 ton/ha en sólo cuatro meses, lo cual se ve reflejado en las ganancias”, aseguró el directivo de Hortimor.

Camino hacia la exportación

Una vez que decidieron apostarle a esta nueva manera de producción, se organizaron para instalar en 2003 un área inicial aproximada de ocho hectáreas (ha) de invernaderos de jitomate, la cual creció hasta alcanzar una superficie aproximada de 35 ha, que rinden alrededor de 14 mil toneladas (ton) por año.

Las variedades que producen son diversas, entre ellas podemos encontrar: saladette, charleston, mónica, corazón, jitomate bola, entre otras. Además de que hace poco incursionaron en la producción a pequeña escala de jitomates exóticos, pepinos y pimiento morrón.

Sus variedades exóticas encontraron un pequeño nicho de mercado en restaurantes chinos de Los Ángeles, adonde mandan 20 toneladas cada 15 días con un precio fijo de dólar y medio por kilo de jitomate.

Por otro lado, de las variedades tradicionales que cultivan, 20 por ciento de su producción se comercializa en el mercado regional y 80 por ciento se manda a Estados Unidos, donde entregan un tráiler por semana a los estados de Carolina del Norte, Atlanta y Chicago.

Gómez Jaimes aseguró que el precio que reciben por su jitomate es hasta 40 por ciento mayor que el que se cultiva a cielo abierto. Incluso su calidad es tan buena que se encuentran en pláticas para lograr alianzas estratégicas de comercialización en cadenas como Wal-Mart y Sanborns.

Lo bueno de organizarse

Los beneficios que conlleva organizarse en una empresa como Hortimor son múltiples, a través de ella los productores lograron gestionar apoyos de gobierno para iniciar la construcción de sus primeras estructuras de invernadero.

Posteriormente consiguieron recursos para la instalación de su nave, una cámara fría y la seleccionadora de última generación que toma en cuenta el tamaño, peso y color de los productos; también recibieron cursos de capacitación, orientación y asesorías para el establecimiento de sus cultivos.

Pero no sólo eso, el poder darle valor agregado a sus productos; vender de manera consolidada a mercados nacionales e internacionales con mejores precios, así como comprar insumos a precios de mayoreo, son otras de las ventajas que se obtienen al integrarse en una cadena de valor, evitando caer en las garras del coyotaje.

La respuesta que obtuvo Hortimor en el estado de Morelos fue tan buena —crecen 40 por ciento en construcción de invernaderos por año— que ahora existe una lista de aproximadamente cien productores de la entidad, que desean formar parte de la organización.

Por ello Gómez Jaimes señala que ahora tienen la necesidad de obtener más recursos para apoyar la construcción de los invernaderos de estos nuevos pequeños productores, ya que —por representar una fuerte inversión— ellos solos no pueden tener acceso.

Apuntó que los que ya son socios reinvierten sus ganancias en construcciones nuevas, pero aún requieren ampliar dos veces más su bodega de 600 m2, porque ya es insuficiente.

Nuestros invernaderos son sencillos pero funcionales, tal vez no contamos con la tecnología de Canadá pero la calidad de nuestro producto es similar. Sabemos lo difícil que es obtener apoyos de gobierno pero cuando hay buenos resultados no hay quien te cierre la puerta”, enfatizó el presidente de Hortimor.

Por otra parte, Gómez Jaimes añadió que la fuerte competencia que se vive en el mercado debe llevar a los productores a “enfocar sus esfuerzos en la integración de cadenas de valor estableciendo alianzas estratégicas no sólo en aspectos comerciales sino también en investigación, transferencia de tecnología y proveedores de insumos; además de tratar de crear sus propios nichos de mercado”.

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