Enfrentan agricultores altos precios de fertilizantes
Traer urea de lugares tan lejanos como Ucrania hace unos años para México fue una buena alternativa de conseguir fertilizante barato, sin embargo, en el último año ha sido un mal negocio. Y es que el costo de este insumo ha registrado incrementos notables que oscilan entre 30 y 50 por ciento, en sólo un año. Con la agravante de que en México prácticamente no se produce.
Por ejemplo, en Jalisco el precio por tonelada de urea pasó de 4 mil 200 a 6 mil 465 pesos, del 30 de abril de 2007 a la misma fecha del presente año; en el Estado de México de 4 mil 250 a 5 mil 570; Sinaloa de 4 mil 820 a 5 mil 565; Nuevo León 5 mil 795 a 7 mil 800 y Michoacán de 3 mil 300 a 5 mil 800, de acuerdo con datos del Sistema Nacional de Información e Integración de Mercados(SNIIM).
Los incrementos más notables se observan en Baja California, donde la urea aumentó de 4 mil 900 a 9 mil 480 pesos; Campeche de 4 mil 200 a 7 mil 600 y Quintana Roo de 5 mil a 7 mil 500. Cabe aclarar que en estos últimos casos se incluyen costos de transporte, gastos de internación y envasado, por lo que siempre se observa un precio más elevado que en el resto del país, pero las proporciones de aumento son considerables.
A finales de abril, Carlos Salazar, dirigente de los maiceros cenecistas, afirmó que la tonelada de urea en Veracruz se vendía a 7 mil pesos, cuando antes la compraban en 5 mil 300 y se quejó: “nadie los controla”.
En México se fertilizan alrededor de 10 millones de hectáreas, a manos de unos 2 mil productores, quienes hoy después de varios años pueden obtener buenos precios por sus cosechas, pero se enfrentan al alto costo de insumos, semillas, fertilizantes, energía y combustibles.
La capacidad instalada para producir fertilizante es territorio mexicano es de 5 millones 236 mil toneladas, pero sólo se usa el 20 por ciento, de acuerdo con un documento de las secretarías de Agricultura y la de Energía. En el caso de la urea sólo se produce 3 por ciento.
El consumo de fertilizantes en México es de 4 millones, de los cuales se importan 2.5 millones, es decir, 61 por ciento del total.
“Debido principalmente a la disociación de los eslabones en la cadena productiva de los fertilizantes, situación que únicamente se da en nuestro país, después de haberse privatizado la industria de los fertilizantes, hemos pasado de ser exportadores de un millón de toneladas al año a ser importadores de tres millones en los últimos años”, apunta el documento.
El fertilizante –explica– representa entre 10 y 30 por ciento de los costos de producción, dependiendo del cultivo y la zona, la forma y momento de adquisición y el tipo de productor (organizado o no).
Compras consolidadas
El secretario de Agricultura, Alberto Cárdenas Jiménez anunció en abril pasado un esquema de compras consolidadas de insumos, donde se busca impulsar la compra de fertilizante mediante programas de financiamiento a través de fondos de garantías, donde participan los gobiernos federal, estatales y productores.
Calculó que esto beneficiará a tres millones de productores de entidades que siembran en el ciclo agrícola primavera-verano –periodo que absorbe 75 por ciento del consumo de fertilizantes.
“Los precios de los fertilizantes a nivel mundial –expuso–, prácticamente se duplicaron durante el último año, como consecuencia de que el petróleo en los mercados internacionales también se disparó a precios nunca antes vistos en la historia de la humanidad y mientras más alto está el petróleo va jalando más a los fertilizantes”.
Explicó que a esto se agrega a un incremento en la demanda mundial de países como India y China, países que tienen miles de millones de habitantes y que están sembrando y fertilizando más. Además con el petróleo también sube el transporte marino con que se mueve el fertilizante en todo el planeta. “Esto hace que tengamos hoy fertilizantes, quizá los más caros de la historia”.
Cárdenas dijo que en Tlaxcala, por ejemplo, bajo este esquema se logró reducir el precio casi 30 por ciento.
