Medio Ambiente

México puede sustituir importaciones de árboles navideños

El gasto hecho por nuestro país en importaciones de árboles de Navidad representa entre 18 y 20 millones de dólares, principalmente de Estados Unidos y Canadá.

Datos de la Comisión Nacional Forestal (Conafor), indican que en territorio mexicano la superficie destinada al cultivo de esta especie se acerca a las mil 500 hectáreas; mientras que en Estados Unidos la cifra es de 500 mil hectáreas, donde la condiciones naturales son favorables y les permite exportar una gran cantidad de árboles navideños.

La producción estadounidense suma 36 millones de árboles por año mientras que México con una producción de poco más de 600 mil, se ve obligado a la importación.

Productores del sector consideran que con la producción nacional además de sustituirse el consumo de árboles artificiales, la demanda interna de producto natural aumentaría en forma considerable.

Es importante apuntar que de los 750 productores de árboles navideños, que la Conafor ha calculado, 500 cultivan en viveros especializados y el resto en plantaciones forestales comerciales, de los cuales una gran parte recibe apoyo del Programa para el Desarrollo de Plantaciones Forestales Comerciales (PRODEPLAN). Con estos apoyos, la Conafor espera que para 2010 la superficie plantada crezca hasta 5 mil hectáreas, posibilitando el abastecimiento interno y exportando el excedente a centroamérica o incluso, al sur de Estados Unidos.

Si bien la mayor parte de la producción se concentra en el Estado de México, el Distrito Federal, Hidalgo, Tlaxcala y Veracruz, otros estados también cuentan con condiciones geográficas y climáticas para el cultivo de árboles de Navidad; por esta razón se han iniciado algunos proyectos en Monterrey, Guadalajara y Oaxaca, esperando que en pocos años comiencen  a comercializar también.

Fomentar esta actividad impediría la fuga de divisas en concepto de importación, desalentaría la extracción clandestina de árboles pequeños de los bosques, evitaría la emigración de habitantes de zonas rurales que al no encontrar rentabilidad en su región, se ven obligados a buscarla en las grandes ciudades; además la reforestación de terrenos no arbolados, detendría el avance de la mancha urbana, posibilitando incluso, el cuidado ambiental.

 

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