Agronegocios

Producen celulosa y papel con lirio acuático

Hoy, ante las restricciones que marca la Secretaría del Medio Ambiente en el establecimiento de explotaciones forestales para producir papel, los industriales ven en esta innovación una salida, que además resulta más económica con respecto a la que brinda la celulosa extraída de los árboles.

Así lo expone a Imagen Agropecuaria Carlos Alberto Aguilar Paniagua, director de Papelera Celulosa Mexicana, una empresa ecológica que procesa todo el lirio y prácticamente no desecha nada; que además combate una plaga que prolifera en lagos y lagunas; y que con sus productos, a través de una de las tres empresas a las que vende celulosa, llega hasta China, donde la demanda de papel y cartón para embalaje es creciente.

En este lugar costeño, donde participó en la 13ª Reunión Nacional de Intercambio de Experiencias Exitosas en Desarrollo Rural Sustentable (Rendrus), Carlos Alberto Aguilar Paniagua, nos cuenta su historia.

En el año 2003, en la Facultad de Química de la Universidad de Guanajuato, Carlos Alberto y un grupo de compañeros realizaban un análisis sobres el efecto de aguas contaminadas en plantas y decidieron hacerlo con lirio acuático, pero se dieron cuenta que por error habían obtenido una gran cantidad de celulosa. De ahí desarrollaron un proceso para obtenerla a pequeña escala.

Ese mismo año, con el proyecto enfocado a la producción de celulosa y papel, ganaron el Premio regional a la creatividad de ANUIES, en Colima. En 2004 obtuvieron el primer lugar en el Certamen Nacional de Ciencia y Tecnología, organizado por Instituto Mexicano de la Juventud y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología.

Con el incentivo económico decidieron hacer una pequeña fábrica para producir papel con lirio acuático, el cual vendieron, pero cometieron el error de no reinvertir, ya que después el mismo cliente quería comprar el doble del volumen, lamenta Carlos Alberto.

Con esta experiencia participaron en una incubadora de empresas y constituyeron legalmente Papelera Celulosa Mexicana, que hoy tiene instalaciones en Valle de Santiago, que vende celulosa a tres empresas del centro del país –una trasnacional y dos nacionales—, que producen servilletas y papel higiénico. Además, adquirieron una máquina especializada para fabricar papel.

En la actualidad procesan 300 toneladas de celulosa por mes –que obtienen con un volumen tres veces mayor de lirio– y 120 de papel, pero aumentaran al doble su producción en los próximos meses. Un aspecto importante es que generan 100 empleos directos y para fin de año será otro tanto igual; con la máquina para fabricar papel aumentara otra cantidad, sin contar los indirectos.

“El empleo que está generando la empresa deja una satisfacción agradable y estamos mejorando el medio ambiente a partir de una planta considerada como una plaga”, expresa Alberto Aguilar.

Los socios de Papelera Celulosa Mexicana son cinco y piensan incluir a los pescadores, ya que trabajan en un área de 200 hectáreas de lirio controlado en la Laguna de Yuridia.

Papel libre de contaminación

Lo paradójico de producir celulosa con una planta que se alimenta de contaminantes es que el producto tiene un alto grado de limpieza.

Carlos Alberto lo explica: “el lirio consume la contaminación del agua ¿Por qué nuestro papel no está contaminado con metales pesados o fosfatos? Se debe a que en nuestro mismo proceso se extrae toda la contaminación y queda sólo celulosa”.

Por eso, asegura que el papel que se produce con celulosa de lirio acuático cumple con la norma oficial 187 que se refiere a papel grado alimenticio y la norma 032 para papeles específicos, dos de las más rigurosas. Incluso, agrega, un cliente pidió la celulosa para elaborar pañales, es de granulometría más fina, con las mismas características de absorción y resistencia, pero con menos humedad.

El director de Papelera Celulosa Mexicana señala que hoy los altos precios del petróleo nos están pegando como país y a la industria papelera, porque la celulosa ha subido 30 por ciento en tres meses, “es un aumento impresionante”. Caso contrario ha sido el de esta naciente industria del lirio de papel, porque nuestras materias primas son de origen nacional y, en muchos casos, están considerados como subproductos.

El joven empresario señala que la celulosa también se puede hacer con esquilmos agrícolas, paja de maíz, trigo o sorgo, se adapta bien el proceso, pero varía la cantidad de celulosa que se extrae.

La empresa recibe apoyo del gobierno estatal para capacitación del personal, producción de papel en línea seca, procesamiento de fibra, y de la Secretaría de Desarrollo Económico. Tienen un despacho contable y otro de asesoría del Centro de Vinculación con el Entorno de la Universidad de Guanajuato, que nos está guiando en la consolidación de la empresa como mercado exitoso, dice Carlos Alberto.

Ahora todos los ingresos los reinvierten, “a partir de un tropezón muy fuerte, aprendimos y nos levantamos”, enfatiza Carlos Alberto, quien recapitula: “todo empezó como una tesis, salió de un estudio de laboratorio, y hoy es fuente de trabajo”.

 

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