Agronegocios

Un vino ruso bien mexicano

David Bibayoff Dalgoff es de la segunda generación de rusos que llegaron al Valle de Guadalupe, Baja California, hace 70 u 80 años. Mi abuelo, rememora, ya hacía vino y hoy se sigue elaborando al estilo tradicional.

La empresa de este hombre –de unos 60 años– se dedica en forma principal a la producción de uva, por lo que sólo destina una parte mínima a la elaboración de vino, por herencia, por gusto y por apoyar a la zona.

Con orgullo y con esa tranquilidad que brindan los años, Bibayoff expresa: “Somos productores completos: producimos las uvas, los vinos y nosotros mismos los comercializamos.”

De las 37 hectáreas de viñedos con que cuenta esta familia procedente de la tierra del vodka, la mitad es de uva de mesa y la otra de variedades para vino. Su producción promedio de uva es de entre 300 y 400 toneladas por año.

La producción de vino es reducida y alcanza apenas mil cajas, aunque la empresa busca incrementar cada año hasta llegar a cinco mil.

El vino que producen se caracteriza por tener mucho cuerpo, es bastante fuerte conservando el gusto ruso y hace uso de algunas herramientas de la tecnología nueva para darle un sabor que le gusta a la gente, describe Bibayoff.

Las ventas de la empresa son directas y este año buscarán otro canal de distribución para sacar su producción. Durante las visitas que reciben en la ruta del vino que se impulsa en la región, algunos estadounidenses preguntan si se vende en Estados Unidos, un paso que se quiere seguir en el futuro, platica.

La empresa produce tres vinos tintos: Carbenet Sauvignon, Zinfandel y Nebbiolo; y tres blancos, Chemin Blanc, Colombard y Moscatel, que a veces se combinan.

Este hombre, que a su edad no pierde el entusiasmo, comenta que en lo futuro quieren desarrollar más la ruta del vino, un circuito completo por el cual se podrá entrar a diferentes plazas; además desean mejorar el espacio para atender de manera más apropiada a los visitantes.

Para promover el vino bajacaliforniano se organiza la vendimia, que empieza el primer viernes de agosto y termina el tercer domingo del mismo mes, con el concurso de paellas. En el intermedio cada vinícola hace una fiesta. La de Bibayoff se llama “Recuerdos de Rusia”, donde montan un espectáculo con actores rusos y ofrecen una comida al estilo de aquel país. Además el lugar cuenta con un pequeño museo.

Según algunos estudiosos del vino, el trabajo de esta vinícola, “hace de Vinos Bibayoff, parte indispensable del nuevo mundo del vino mexicano”.

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