Campo Libre

Cocina prehispánica, manjar de dioses

México es un país donde existe un gran número de culturas, también se caracteriza por su variado medio ambiente: bosques, desiertos, selvas y con sus costas bañadas por ambos océanos, esto, aunado a la variedad de suelo y las altitudes nos ha dado un país rico en hierbas, frutos, vegetales y variedades animales.

Los mayas por ejemplo, en el Popol Vuh presentan una íntegra relación entre el hombre y el alimento, en el texto citan a los progenitores en el momento de crear al hombre y mencionar que cuatro animales lo guiaron a un lugar mítico: “Una hermosa tierra, llena de deleite”, a este lugar lo llamaron Paxil, y en el cual encontraron mazorcas amarillas y blancas, de las cuales crearon nueve bebidas “y de ese alimento provinieron la fuerza y la gordura y con él crearon los músculos y el vigor del hombre”.

Bernal Díaz del Castillo es uno de los más destacados cronistas de la Conquista y en su libro Historia verdadera de la conquista de la Nueva España nos relata varios detalles de la forma de vivir de los Aztecas. Tanto él como otros historiadores mencionan que la plaza de Tlatelolco era el tianguis o mercado principal de los aztecas, donde podían adquirir fríjol, chía, legumbres, yerbas, gallinas, guajolotes, conejos, venados, anadones y perrillos. También contaban con golosinas como miel, melcochas  y muéganos; se menciona que un platillo favorito que vendían los pescadores eran unos panecillos hechos a base de una lama, que se cuajaba y su sabor se dice era similar al queso, al igual que al ahuautle mejor conocido como hueva de mosca acuática.

Maíz, fríjol, chile y las calabazas era parte importante de la dieta diaria de los primeros pobladores de nuestra nación, las bebidas que más se mencionan eran los jugos de fruta, el chocolate y el pulque. Los antiguos tenían varias maneras de preparar los alimentos, ya fuera asados a las brasas, con leña o colocados sobre comales, hervidos en agua, cocidos al vapor como tamales, envolvían la carne en hojas vegetales y la cocían en un hoyo como la barbacoa, también conservaban algunos alimentos por medio del secado o salado.

Las mayores aportaciones que dieron los antiguos al mundo fueron el maíz, del que existen más de de cuarenta especies, el fríjol, la papa, el jitomate, el camote, el cacao, el mamey y un gran número de frutas tropicales.

La comida de los primeros pobladores de nuestro país sigue jugando un importante papel en nuestra dieta al igual que en las de muchos países en el mundo.

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