Agronegocios

Oportunidad para la malanga en mercado internacional

Con esta alternativa se abatiría el monocultivo de mango, chile y tomate que predomina en esta región y, consecuentemente, las alteraciones ecológicas, que se manifiestan en el desarrollo de nuevas plagas y enfermedades resistentes a agroquímicos.

De acuerdo con datos del Centro de Validación y Transferencia de Tecnología de Sinaloa, difundidos por la Fundación Produce de la entidad, otro beneficio que se conseguiría con la adopción de este cultivo en el sur de Sinaloa es que el estado produciría un alimento de alto valor nutricional, que puede ser empleado para consumo humano o animal.

Los resultados preliminares del proyecto Validar el potencial de rendimiento y adaptabilidad del cultivo de malanga (Colocasia esculenta) en las condiciones del sur de Sinaloa, también revelan que los pulgones son la principal plaga para la malanga en la región y que éstos pueden controlarse en forma exitosa con los insecticidas comerciales existentes.

El verano (durante la temporada de lluvias) es la mejor fecha de siembra para este cultivo, porque favorece el crecimiento vigoroso, por la abundante humedad relativa y las altas temperaturas.

Cultivo rentable

La Fundación Produce Sinaloa anota que el paquete tecnológico propuesto para la validación del cultivo de malanga en el sur de la entidad tiene un costo de producción estimado de 45 mil pesos por hectárea, que al considerar los rendimientos obtenidos en Oaxaca y Veracruz (25 toneladas por hectárea) y el precio pagado en campo al productor de estos estados (5 pesos por kilo), se tiene un ingreso bruto de 125 mil pesos por hectárea. Así, la rentabilidad que este cultivo presenta es de 2.77, lo que indica que por cada peso invertido el productor gana 1.77 pesos.

En México, la producción de malanga es incipiente, sólo se cultiva en Oaxaca, Veracruz y Puebla, que en conjunto conforman aproximadamente 100 hectáreas, de las que se cosechan 2 mil 500 toneladas, que se destinan a la exportación a Estados Unidos y Canadá, con una demanda de 30 mil toneladas al año.

Los únicos países que exportan malanga en la actualidad son Costa Rica, Nicaragua y Ecuador, pero en conjunto no superan las 15 mil toneladas, por lo que existe un déficit de 50 por ciento.

México puede colocarse como el principal proveedor de malanga hacia los Estados Unidos, por las ventajas que posee, como cercanía con el mercado y su buen desarrollo tecnológico.

Algunos aspectos técnicos

La malanga es una planta herbácea anual, su ciclo consta de nueve meses; prospera en climas cálido-húmedos, con temperaturas que oscilan entre 15 y 35ºC y altitudes que van de cero a mil metros sobre el nivel del mar.

Prefiere suelos sueltos-limosos, con alto contenido de materia orgánica (como orillas de ríos o zonas propensas a inundación) y con pH de 5.5 a 6.5.

Prospera en suelos arcillosos pero si no hay disponibilidad de agua en la cosecha se dificulta la actividad; tolera inundaciones, puede sobrevivir hasta tres días bajo el agua.

Es una planta que demanda bastante agua, por lo que en el trópico seco (como el sur de Sinaloa) debe cultivarse con riego.

Pueden emplearse dos partes de la planta para sembrarse: Los cormos (el camote) o las plántulas nuevas (hijuelos). Si se decide utilizar tubérculo (camotes) para la siembra, éstos deben ser pequeños (con peso menor a 200 gramos), enteros, sanos y, como tratamiento preventivo, se deben sumergir en una solución fungicida.

Si se emplea plántula o hijuelos, se deben acondicionar con poda de hojas y cortar parte del cormo (si está muy desarrollado); sólo se deja de 1 a 2 centímetros de grosor del cormo, porque es en esta área donde se encuentran los meristemos de crecimiento de raíces.

Puede cultivarse bajo diferentes sistemas de producción, que van desde asociaciones con otros cultivos (como frutales) o sólo malanga, en surcos sencillos o en camas de siembra a doble hilera, con riego rodado o, incluso, riego por goteo o microaspersión.

La densidad de siembra puede variar, desde 25 hasta 45 mil plantas por hectárea.

La siembra puede realizarse en húmedo o seco; en suelos limosos es mejor la siembra en húmedo y, en arcillosos, en seco; pero de cualquier forma es indispensable que la planta, al ser sembrada, tenga humedad suficiente para favorecer el rápido enraizamiento y evitar el estrés.

De forma natural, la planta de malanga produce de dos a tres plántulas cada tres meses, con lo que se obtiene, durante su ciclo (nueve meses), de seis a nueve plántulas por tallo principal; así, se provee de nuevas plántulas para iniciar otras plantaciones. De una hectárea establecida con malanga se puede obtener plántula para sembrar hasta 3 hectáreas más.

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