Agronegocios

Las marcas del café poblano

Puebla cuenta con regiones productoras de café de alta calidad, que le permiten exportar 10 por ciento del aromático en países como Estados Unidos, Alemania y Japón; mientras que el resto lo coloca en el mercado nacional.

La estrategia para comercializar el café poblano se basa en la promoción de 43 marcas, como: Café Fincasa, Tosepan, Colibrí, Del Zaguán, Pixca, Dulce Alianza, Café Varmont, Selecto De Cuetzalán, Real de Luna, Colonial, Café Sol y Montaña, y Café de Altura, que lleva más de veinte años en el negocio.

Puebla es el tercer productor de café, por debajo de los estados de Veracruz y Chiapas, al contar con 66 mil 202 hectáreas (has) ubicadas en 55 municipios de las regiones de la Sierra Norte, Nororiental y Negra. Su producción estimada es de 360 mil toneladas.

En la entidad se observa un aumento en la producción de café orgánico, ya que cuenta con 2 mil 500 has certificadas en la Sierra Norte, en la Negra existen alrededor de 500 has que cuentan con sello orgánico, otorgado por certificadoras de origen norteamericano, alemán y japonés. En proceso de certificación se encuentran otras 5 mil has.

Puebla exporta 3 mil 600 toneladas de café orgánico arábiga en grano hacia Alemania e Inglaterra.

La certificación orgánica implica para estos productores una inversión de 3 millones de pesos por año, con lo que se brinda capacitación al productor, el seguimiento y trabajo de campo.

Las ventajas competitivas de este producto se deben a la siembra de varias  especies, a las necesidades del consumidor y a los estándares de altura del cultivo que son de 1,500 metros sobre el nivel del mar en la zona más alta, 1,200 en la zona media y baja de las sierras.

Además de que se genera en un clima semitropical. La combinación de las especies cultivadas, hacen  que el café tenga ciertas características físicas y cuerpo en su presentación en taza.

Xicotepec es la región donde se produce más cantidad de café de tipo Arábiga y Robusta. Sin embargo, una de las carencias es que carece de organización de miembros productores.

Con la actividad cafetalera se benefician alrededor de 46 mil familias de los grupos tolteca y mixteca; es decir entre 230 mil personas. Los cafeticultores poseen en promedio 3 has, distribuidas en 1 o 3 predios (minifundio).

En su mayoría se vende al público en presentación de café pergamino y los productores pequeños que no están organizados y no cuentan con la tecnificación necesaria, por lo que comercializan en cereza.

Un colibrí que vuela alto

Cafés Colibrí es una marca que ha logrado cerrar sus canales de comercialización, ya que vende en cafeterías propias que se localizan en el Distrito Federal, Cuernavaca, Guadalajara y  Puebla.

Alonso Cortés responsable de la comercialización de la cooperativa Cualitatoc, que se localiza en el municipio de Huitzilán de Serdán, destaca que le dan valor agregado a su producto desde  la plantación hasta la diversificación de en sus presentaciones como: crema de capuchino, jarabe de café y licor. En total venden más de 160 bebidas diferentes que actualmente están en proceso de franquicia.

La cooperativa tiene alrededor de 100 a 125 has en las que se cultiva el café. No cuenta con certificación, pero ofrece al público café de altura que mezclan con producción de Coatepec y de así lo exportan a diferentes países.

Una de las dificultades que enfrentan es que el precio del café es volátil en el mercado, esta situación provoca que la utilidad del pergamino apenas alcance 20 por ciento, se queja Alonso Cortés.

Lizbeth Vargas Montesano, productora de café en la región norte del municipio de Pahuatlán, ofrece su producto con la marca Café Varmont y lo distribuyen en las oficinas de Comex, el Papalote Museo del Niño, pero su potencial está en hoteles y cafeterías.

Destaca que 90 por ciento de su utilidad la adquieren de las barras de café que consiste en ofrecer un buen servicio desde la presentación del líquido en la taza.

Por cada kilo obtienen cerca de 100 tazas. El costo aproximado por kilogramo es de 100 a 150 pesos; si se  contempla el lugar y el servicio  se vende desde 10 a 27 pesos una taza de café. La inversión neta es de 3 a 5 pesos. El resto es ganancia.

Vargas Montesano, quien cultiva  alrededor de 13 has de café orgánico de altura, explicó que su propuesta es promocionar el negocio del café no sólo con los agricultores, sino con aquellas personas que pretendan emprender un negocio.

De la actividad de esta pequeña empresa se benefician 60 familias. En la actualidad  se encuentran en el proceso de certificación. Su proceso va desde la preparación del vivero para la siembra, hacer el corte, despulpar, fermentar, lavar, seleccionar, mortear y limpiar el café para tostarlo y venderlo.

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