Agronegocios

Cafeticultores de Cuetzalan por posicionar su café

El café que se produce en la franja poblana, en localidades como Cuetzalan, es de excelente calidad. Sin embargo no está reconocido en los mercados. Las condiciones climatológicas y de altura le conceden al producto de esta región una acidez y aroma únicos en todo México.

Arturo Díaz, encargado de la recepción, tostado y molido del café en la Organización de Productores Unidos de Cuetzalan, explica que, antes de la última cosecha, en la región se registraron heladas que afectaron casi un 50 por ciento de la producción, se perdió un café de excelente calidad.

No obstante, el Sistema Producto café y el gobierno del estado de Puebla colaboraron con algunos apoyos para aminorar el impacto de la helada en el ingreso de los productores.

Asimismo, la Unión de Productores fue muy atinada en la adquisición programas de aseguramiento de los cultivos, no de toda la superficie que se afectó, pero si lo suficiente para rescatar la inversión de los agricultores y un poco más.

Durante la última cosecha el precio que se le pagó al productor fluctuó entre los 2 mil 500 y 3 mil pesos por quintal, refiere.

La organización está trabajando en la renovación de cafetales y en la siembra de una variedad única que genere un mejor producto y con mayor productividad en Cuetzalan.

Dentro de dicha unión de productores, un pequeño grupo de seis mujeres dedicadas a la producción del café decidieron poner en marcha un proyecto de procesamiento del café, que “pretende pasar de la venta en cereza del producto, al tostado, molido y, si se puede, venta en taza, porque es ahí donde se encuentra el verdadero negocio del café,” comenta Gema Molina Hernández, representante del proyecto.

La idea del grupo surgió de la necesidad de generar empleo en la comunidad, para impedir que nuestros hijos y familiares emigren, y para mejorar el nivel de vida de las compañeras que participan del proyecto.

Una de las estrategias contempla la renovación de los cafetales, con el objetivo de incrementar la productividad a 13 quintales por hectárea para dentro de tres años. Hoy se obtienen rendimientos de nueve quintales por hectárea, en promedio.

Gema Molina destaca que su pequeña organización cuenta con un pequeño semillero y vivero donde producen sus propias plantas, sin embargo su capacidad de reproducción de los ejemplares no es suficiente, así que recurrieron a Sagarpa para que les ayude en la adquisición de más cafetales.

La broca esta prácticamente erradicada en la región, pero gracias a que en el año hizo mucho calor, se registraron nuevos brotes de la plaga. Con el apoyo de las campanas de sanidad vegetal y al personal técnico ese problema esta controlado. Hay presencia de otras plagas menores.

Al ser un grupo relativamente pequeño y con poca infraestructura, no cuentan con tantos apoyos como las organizaciones de productores más grandes; aún así lograron bajar recursos para la adquisición de equipo de torrefacción del café, esto les ha permitido, ya desde hace un año, procesar el café y comercializarlo en mercados locales. Además de café tostado y molido, producen licor y artesanías de café.

Molina Hernández señala que son conscientes de que el precio del café es muy inestable, pero aun así confían en pronósticos que refieren que el aromático mantendrá buenos precios durante los próximos 10 años.

Trabajamos en la reducción de costos de producción, que junto con el incremento en los rendimientos nos ayudará a mantener un buen margen de ganancia en el caso de que el precio del producto baje.

En estos momentos, puntualiza, invertimos alrededor de 900 pesos por hectárea para producir el café.

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