Chocolate con aroma de mujer
Reyna Sánchez Jiménez, quien encabeza a un grupo de diez emprendedoras que transforman en forma artesanal el cacao y lo venden bajo la marca “Mujer de chocolate sabor a Chiapas de la selva”, platica que el grupo tiene más de tres años trabajando en la producción de chocolate, afortunadamente, con muy buenos resultados de comercialización.
Cada año producen en conjunto en el grupo alrededor de una tonelada de cacao, que almacenan debidamente, ello les permite disponer de materia prima durante todo el año. Reyna señala que cada mes producen 100 kilos de empastado de cacao y toda la producción se vende.
Durante la fase productiva, sin embargo, este grupo de mujeres enfrentan el problema de plagas (moniliasis) que dañan los cultivos de cacao y que en distintos momentos han terminado con la producción de este fruto. Cuando su producción se ha perdido por esta causa, compran a otros productores de la región la materia prima. De esta forma, comenta Reyna Sánchez, les ayudamos a los productores a vender su producto y nosotros podemos seguir trabajando en el empastado.
En la región de la Selva Lacandona, en Chiapas los campesinos, que por lo general tienen entre dos y tres hectáreas para el cultivo del cacao, obtienen un rendimiento de una tonelada por hectárea. Algunos ya están comenzando a sembrar nuevas matas, con el fin de incrementar sus rendimientos, agrega.
Los daños y pérdidas que han provocado las plagas en las plantaciones de cacao orillaron a los productores a abandonar sus cultivos, pero ante buenos precios la gente está recobrando el interés por el cacao y quieren regresar a sus cacaotales.
El temor a que una plaga acabe con las plantaciones impuso a los productores la toma de medidas preventivas y cuidados estrictos de su cultivo. Una estrategia para proteger al cacao es cubrir las matas con árboles de guayaba, porque estos permiten la entrada adecuada de sol y sombra. Si se le ponen otros como el mango, se corre el riesgo de que entren en la fruta hormigas y animales que pudren el cacao, explica Reyna Sánchez Jiménez.
Al participar en la Expo Fonaes 2011, realizada en junio pasado en la ciudad de México, Reyna explicó que para obtener el chocolate se tienen que fermentar las semillas del cacao por un lapso de seis días. Una vez que realiza este proceso de fermentación, se pone el cacao a secar bajo los rayos del sol.
A la hora de producir el chocolate, todos los procedimientos se hacen conforme a la tradición que han heredado de generación en generación los habitantes de las comunidades lacandonas del estado de Chiapas. El polvo se mezcla con azúcar y canela en un metate hasta lograr una pasta homogénea, de ahí toma su nombre está etapa del proceso: empastado.