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Crecer participación en consumo interno, reto de vinicultores

La vitivinicultura en México enfrenta dos grandes retos, por un lado la necesidad de encontrar variedades de viñedos que se adecuen de mejor forma a cambios climatológicos; y por el otro, incrementar la participación de vinos mexicanos en el mercado nacional, la cual apenas representa 35 por ciento del consumo interno.

Luis Alberto Cetto, representante no gubernamental del Comité Nacional del Sistema Producto Vid, explica que la industria mexicana del vino ha estado evolucionando en los últimos años y cada vez más nos acercamos a lo que el consumidor exigente está demandando.

Matiza que lo anterior no quiere decir que la industria haya crecido, sino que la calidad y el precio de insumos para producir vinos mexicanos son altamente competitivos en el mercado internacional. En este contexto el consumo interno  de vino se ha venido incrementando y en la última década creció a una tasa anual ponderada del 10 por ciento.

En entrevista con Imagenagropecuaria.com, Cetto precisa que en el país se producen alrededor de un millón 800 mil cajas, mientras que la demanda interna es de en 7 millones de cajas, por lo que ahí está un gran reto y mercado para la industria vitivinícola mexicana.

Las principales entidades productoras de uva para vino son Baja California, Aguascalientes, Zacatecas, Coahuila, Querétaro, Chihuahua y Nuevo León, que en conjunto generarán este 2011 una producción de 23 mil toneladas para vino y 30 mil toneladas para brandi.

Los precios de la uva para vino han estado estables, aunque con ligeros incrementos ocasionados un poco por escasez del producto en el sector. Dependiendo de la variedad de uva los precios oscilan entre los 150 y los mil 500 dólares por tonelada.

Luis Alberto Cetto, quien también dirigente de la Cámara Nacional de la Industria Vitivinícola, destaca que el precio de uva fresca, la frutal,  que está determinado por los mercados internacionales, en los dos últimos años ha sido razonablemente bueno; y la tendencia es que mantendrán estables en los próximos ciclos, con esto, resalta, el productor está generando, sin cantar victoria, un negocio rentable.

La caja de uva de mesa de 8.5 kilos se ha cotizado hasta en 30 dólares y en algunos periodos cae hasta 12 dólares. En términos generales ha mantenido un precio promedio de  17 dólares por caja.

Buen clima para un buen vino

La tipicidad ideal para la producción de uva de calidad para vino es un suelo pobre, con mucha profundidad, con las cuatro estaciones del año bien marcadas. Es un cultivo que tiene un requerimiento de entre 60 a 80 centímetros de agua por hectárea, que si no cae de manera natural a través de las precipitaciones pluviales, se tiene que compensar con riego.

En temporada de frío, los viñedos  requieren de un mínimo de 30 días con temperaturas que oscilen ente un máximo de 12 grados con mínimos de noche de 2 grados centígrados.

Sin embargo, refiere Cetto Salazar, en los últimos años se han presentado una enorme variabilidad climática que ha provocado entre otras cosas el desgaste de los mantos acuíferos de las zonas más productoras en el noroeste del país, puesto que las tasas de lluvia han estado por debajo de la media y del requerimiento de las plantas.

En el futuro, el reto será encontrar los clones que se adapten mejor a los nuevos climas y zonas, asimismo, tendremos que identificar nuevas regiones que sean propicias para continuar con la actividad. Todos los países con tradición en el cultivo de la uva se están avocando a realizar pronósticos climatológicos y su correspondiente diseño de estrategias para la adaptación de los viñedos a esas nuevas condiciones de clima.

Al ser el viñedo un cultivo perene, requiere de largos periodos de exposición directa a los rayos del sol, esta característica dificulta la posibilidad de trasladar los viñedos a sistemas de agricultura protegida.Ante este panorama, subraya Cetto,  estamos dispuestos, como industria, a incorporar organismos genéticamente modificados que nos permitan conservar los estándares de calidad y producción a pesar del clima y las plagas. Siempre hemos recurrido a la biotecnología como la combinación de injertos en las plantas, así que genética también sería benéfica para este sector.

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