Política Agrícola

Remoto el desabasto de alimentos en México: F. Mayorga

Ante la alerta de organismos internacionales, como la FAO, sobre una posible crisis alimentaria global, el titular de la Sagarpa, Francisco Mayorga Castañeda, consideró muy remota  la posibilidad de desabasto de alimentos en México, sin embargo, reconoció que el país no está exento del encarecimiento de alimentos.

En entrevista exclusiva con Imagen Agropecuaria, destacó que para hacer frente al contexto mundial actual, durante el presente año, la dependencia canalizará 6 mil 500 de pesos para coberturas de granos básicos y en paralelo se apoyará a pequeños productores para aumentar la productividad y reducir –en el mediano plazo– la importación de 10 millones de toneladas de granos básicos que cada año importa nuestra nación.

A pregunta expresa sobre si en México existen elementos para pensar en una crisis alimentaria, como advierten organismos internacionales, el secretario de Agricultura señaló que si ésta significara desabasto de alimentos, “lo veo muy remoto”, porque hay una importante producción nacional de básicos y tenemos, en virtud del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, acceso libre a dos grandes productores de alimentos, Estados Unidos y Canadá. “Esto nos permite estar en una situación relativamente segura”.

Empero, el funcionario federal matizó, “si nos referimos a los precios y a la posibilidad de que los alimentos se encarezcan, no estamos exentos de eso, precisamente porque la economía ya está interconectada”. Hubo sequía en Rusia, aumentó el precio del pan en México; las heladas en el país, Estados Unidos y Canadá, pueden tener efecto en la oferta de muchos productos y representar incrementos en frutas y hortalizas; incluso, el conflicto en Egipto puede tener efectos en el precio del trigo.

México, ni ningún país en el mundo esta exento de ese problema, por eso los organismos internacionales, la FAO, el G-20, la OCDE, todos están preocupados por esa circunstancia, subrayó.

-¿Y México qué va a hacer para aminorar este impacto que pudiera presentarse, y no nada más en la coyuntura, sino en el largo plazo?

–En la coyuntura anticipamos las coberturas de precios al mes de noviembre, que en forma ordinaria abriríamos en febrero, para el ciclo otoño-invierno en curso. Nos adelantamos tres meses y ya logramos topar los precios al mayoreo de maíz y trigo, que son dos productos fundamentales.

Lo anterior se logró con esquemas de agricultura por contrato y coberturas de precios –donde el agricultor vende a un precio mínimo y el comprador asegura un precio máximo, independientemente de las variaciones de precio en los mercados. “Ese mecanismo lo echamos a andar antes y ya tenemos cubierta toda la cosecha de maíz y trigo. Eso ya nos da un respiro de aquí a mayo o junio”. Recordó que el programa de coberturas el año pasado amparó 17 millones de toneladas.

Fomentan producción de maíz amarillo y trigo

Francisco Mayorga expuso que la dependencia que encabeza está se fomentando el cultivo de maíz amarillo, reduciendo la producción de maíz blanco, lo cual los agricultores no aceptan mucho, sobre todo los de Sinaloa; y en paralelo se busca incrementar la productividad de la región centro y sur de México, donde los campesinos de Tlaxcala, Oaxaca o Chiapas cosechan 800 kilos por hectárea contra 13 toneladas por hectárea de los sinaloenses.

Para reducir esta brecha acaba de ponerse en marcha el Programa de Modernización Sustentable de la Agricultura Tradicional, que está enfocado a productores de maíz y trigo con menos de cinco hectáreas, en su gran mayoría de temporal, con el que se espera que en cinco u ocho años se pueda abatir el déficit que hay de maíz y trigo que tiene México.

En lo que toca al maíz la meta es alcanzar entre 3.5 y 4 toneladas por hectárea y en trigo a 4 o 4.5 toneladas por hectárea. Esto sería “fabuloso” para estos agricultores, porque podrían multiplicar sus ingresos por tres o cuatro veces, pero también para el país en su conjunto, detalló Mayorga Castañeda.

El programa, impulsado por Sagarpa, el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (Cimmyt); el Inifap y otras instituciones de investigación, se extenderá en las regiones centro y sureste, en entidades como Estado de México, Puebla, Tlaxcala, Moleros, Hidalgo, Guerrero, Veracruz, Campeche –que es el de mayor potencial en producción de maíz del sureste–, Oaxaca y Chiapas.

La producción de maíz amarillo ha ido creciendo y hoy se ubica en dos millones de toneladas –23 millones de la producción de maíz en México es blanco–, siendo Chihuahua el estado líder.

-¿Cuánto estaremos importando de maíz amarillo este año?

–Dependerá de la producción nacional, porque ahora mucho maíz blanco se destina a forraje y eso sustituye al maíz amarillo, pero también depende del sorgo, que junto con el maíz amarillo son sustitutos. Depende si está más barato el sorgo, pues traemos sorgo y dejamos de traer amarillo y viceversa. Pero si hablamos de granos forrajeros estamos hablando de 10 millones de toneladas, de importación, maíz y/o sorgo.

-La mayor demanda del sector pecuario ahora de maíz blanco, porque el amarillo está más caro por la tendencia internacional ¿no genera presiones sobre la industria de la tortilla?

–No, para nada; al contrario ayuda a estabilizar los mercados y a darle rentabilidad al productor de maíz. En los programas de comercialización de Apoyos y Servicios a la Comercialización Agropecuaria (Aserca), siempre se da primero la opción a los compradores de maíz para conocer la demanda, y cuando se dan los contratos la primera semana entran nada más Minsa, Maseca y los nixtamaleros. Se garantiza siempre primero el abasto para consumo humano, después si sobra entran los pecuarios y después si sobra, entran los comerciantes.

Alta dependencia de oleaginosas

En el caso de granos México importa 30 por ciento del consumo; en oleaginosas el porcentaje es del 95 por ciento, donde “los impactos del precio nos llegan completitos, no hay manera de amortiguar casi nada, porque no hay producción nacional”, indicó Mayorga Castañeda.

Las importaciones de oleaginosas suman cinco millones de toneladas al año, siendo las dos principales soya y canola, que proceden de Estados Unidos y Canadá, respectivamente.

Otro de los temas abordados durante la conversación con el titular de la Sagarpa fue el alza del trigo en el mercado internacional y los bajos inventarios, derivados de problemas climáticos y baja producción, donde el funcionario federal anotó que en el contexto global “el trigo está en un gran peligro” debido al problema climático, ya que el calentamiento global vulnera fuertemente su producción, porque es una planta que necesita clima frío, que está disminuyendo en muchas regiones del planeta.

Nuestro país importa entre 50 y 25 por ciento del trigo harinero, dependiendo de la producción nacional; pero estamos exportando trigo cristalino. “No logramos que los agricultores produzcan lo que el mercado requiere” y esto también ocurre en frijol, arroz. Hace dos o tres años se logró una excelente producción de trigo y las importaciones se redujeron considerablemente, se importó el 20-25 por ciento del consumo; pero hay años sin agua en las presas o donde otro cultivo es más rentable y se reduce la superficie sembrada y aumenta la importación.

México requiere los maíces transgénicos

Respecto a si el país requiere de maíces transgénicos para incrementar su producción, el titular de la Sagarpa es tajante al expresar que sí, aunque, acota, “no para todo el país, sino que México tiene que respetar sus maíces criollos, tiene que respetar el ser centro de origen; pero eso quiere decir que cancelemos la opción de los transgénicos en ciertas regiones del país donde no hay problemas de contaminación con maíces criollos, o ese riesgo en muy bajo”.

Ante problemas de suelo, de clima o de agua –aseveró–, sólo con modificaciones genéticas se puede asegurar la cosecha; bajo las condiciones normales aunque el rendimiento sea muy alto, si falla alguno de estos factores también el riesgo es muy alto. Se están desarrollando transgénicos que soportan mucho el calor o la salinidad del suelo, o altas concentraciones de aluminio.

En relación a estudios que hablan de que todo el país es centro de origen, el funcionario federal señaló que existen instrumentos de reducir mucho ese riesgo. Como ejemplo citó que en Sinaloa el maíz se siembra en invierno con riego, época donde en el campo no hay ningún criollo porque no pueden vivir, ya que sus ciclos naturales son de temporal; además fuera de las áreas de riego no hay nada, porque generalmente son suelos áridos; ya después de ese límite no se puede producir porque no es la estación adecuada.

Francisco Mayorga comentó que prácticamente todas las oleaginosas que entran a México son transgénicas, casi todo el maíz amarillo, esas 7 ó 10  millones de toneladas que van a forraje, son transgénicas. Ya lo estamos consumiendo y dejar de consumirlo significaría un costo muy alto; impedir la entrada de oleaginosas transgénicas nos llevaría a un desabasto o un sobreprecio, porque tendríamos que comprar semillas no transgénicas más caras. ¿Podemos darnos ese lujo?

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