Agronegocios

Sobrevive producción de alimentos en chinampas

Las chinampas, herencia cultural de las civilizaciones prehispánicas del Valle de México, son un sistema de producción de alimentos único en su tipo. Son pequeños islotes de tierra en medio de canales de agua, característica que brinda un  suelo rico en nutrientes y con disponibilidad de humedad todo el año, idóneos para el cultivo de hortalizas y flores.

Los alimentos que allí se producen, junto con los de las tierras de la zonas rurales del Distrito Federal, son una fuente muy importante para la alimentación de una de las ciudades más densamente pobladas del mundo; además son el único ingreso que perciben alrededor de 3 mil familias que las trabajan, asegura el delegado de la Sagarpa en el Distrito Federal, José Arrollo Santisteban.

En el primer semestre de este 2011 se han producido 5 mil toneladas de hortalizas en las áreas rurales de la capital del país, con un valor estimado de 80 millones de pesos; asimismo se generan 6 mil jornales anuales, que se pagan, principalmente, a trabajadores originarios de los estados de Hidalgo, Puebla y del Estado de México.

Sin embargo, estas tierras destinadas a la producción cada vez se reducen más, el crecimiento desordenado, sin planificación alguna, de la mancha urbana, junto con las aguas negras que generan dichos asentamientos humanos, y el coyotaje, son los principales retos que tienen que enfrentar los productores rurales del DF.

José Carlos Arrollo destaca que el gobierno federal, a través de la Sagarpa, la Comisión Nacional de Agua y la Comisión Nacional Forestal, ha destinado en los últimos cinco años, alrededor de 3 mil millones de pesos en labores de conservación de toda la tierra y agua de la zona rural del Distrito Federal.

Explica que los recursos, además de fomentar la conservación  del medio ambiente, sirven para hacer más eficiente el uso del agua y para generar infraestructura y capacitación, orientadas al almacenamiento de agua de lluvia que permite a los productores de campo abierto, que no cuentan con sistemas de riego, disponer de agua limpia y apta para la producción de alimentos durante todo el año.

Para la producción de hortalizas, agrega, se utilizan sistemas ionizadores que purifican  las aguas. De esta forma, se puede utilizar ese líquido para el riego de los cultivos, sin ningún problema ni riesgo de infecciones para el consumidor de los productos que se cosechen.

Con respecto a la invasión de las áreas de cultivo por le crecimiento urbano, el delegado de la Sagarpa subraya que, la manera más eficaz de preservar la superficie agrícola de la zona rural del DF, que se localiza en las delegaciones de Tlalpan, Tláhuac, Xochimilco, Milpa Alta, Magdalena Contreras y Cuajimalpa; es a través del fomento de los mecanismos para incentivar la producción y generar mejores ingresos para los productores, para que no vendan sus terrenos, porque es mucho más difícil hacerlo por decreto.

Hay que lograr que no se les haga atractivo a los chinamperos y poseedores de parcelas vender sus tierras, que su producción les genere más recursos, asegura.

También se tiene que buscar revivir el interés de los jóvenes en las actividades agropecuarias, que descubran la importancia que tiene la producción de alimentos en lo económico y en lo nutricional.

Una de las estrategias para abrir nuevos canales para la comercialización de los productos que se producen en la capital del país, es la promoción. Por ello, la Sagarpa y el Sistema Producto Hortalizas del DF organizan ferias y muestras gastronómicas, como la que se realizó en el Museo de las culturas populares, en la delegación Coyoacán, del 15 al 17 de julio.

En esta muestra, denominada “De la chinampa al plato,” los asistentes pudieron conocer y degustar más de 30 platillos elaborados con los productos que se producen en las chinampas y campos de la región suroriente de la Ciudad de México.

Por su parte, el presidente del Sistema Producto Hortalizas del Distrito Federal, Refugio Núñez, señala que su plan rector está enfocado en la conservación de los suelos, en la incorporación de buenas prácticas agrícolas y mejor manejo postcosecha.

Destaca que trabajaran en el registro de las variedades nativas y la integración de los eslabones de toda la cadena de suministro, porque el coyotaje es un problema muy serio que los productores deben lidiar por la falta de mercados. Son pocos los que pueden vender de manera directa, algunos tienen locales en la Central de Abastos, pero la mayoría tiene que comercializar su producción con intermediarios, asegura.

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