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Acentúa problemas de sequía sobrepoblación ganadera de hasta 300% en regiones de México

La sequía en el país es bastante grave, porque no sólo es un evento estacional, sino que sus efectos durarán entre dos y tres años, y la ganadería es una de las actividades productivas más afectadas, dada la baja disponibilidad de forrajes para alimentar a los animales. La situación se complica porque hay entidades que presentan una sobrepoblación de unidades animal de hasta un 300 por ciento, es decir, que en donde debería haber una res hay tres.

La falta de forrajes provocará que el ganado tenga un desbalance de energía, con pérdida de peso y debilidad en su sistema inmunológico. Los decesos en ganado por inanición o por enfermedades se agravarán, apuntó Gilberto Aranda Osorio, investigador del departamento de zootecnia de la Universidad Autónoma Chapingo.

Es muy probable que los animales sobrevivan a la sequía se vuelvan improductivos debido a la reducción en su ingesta de alimento; de ahí que las autoridades, particularmente la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), recomienden a los ganaderos reducir la sobrecarga de animales.

Luis Carlos Fierro, director general de la Comisión Nacional para las Zonas Áridas (Conaza), destacó que esta actividad productiva tiene mucha importancia en las regiones que atiende la dependencia a su cargo, por lo que ya se han hecho señalamientos a los ganaderos de estados como San Luis Potosí, Zacatecas y Durango, donde la sobrepoblación de ganado es de hasta 300 por ciento, para que reduzcan el inventario de animales en esas áreas.

Detalló que en esas entidades es más urgente reducir el número de cabezas de ganado porque no hay condiciones para su desarrollo. A causa de la sequía no hay suficiente agua en las zonas de agostadero y no se desarrollaron los pastos forrajeros.

El funcionario federal refirió que en el caso del ganado el secretario de Agricultura, Francisco Mayorga, ha sido muy puntual en tratar de cambiar la mentalidad y las prácticas de producción pecuaria que tienen los ganaderos para reducir los efectos de la sequía. A este respecto los ganaderos han sido muy receptivos a las recomendaciones hechas por la dependencia.

Arana Osorio señaló que en 2011 se perdieron miles de cabezas de ganado, otras apresuraron su proceso de finalización y el resto tardará tiempo en recuperar su estatus nutricional adecuado.

En el corto plazo, añadió en entrevista, se caerá la disponibilidad de ganado, y esto repercutirá en un mayor volumen de importaciones para el control del precio de la carne en el mercado doméstico. A pesar de los incrementos registrados durante todo año pasado, en el precio de los combustibles y los granos, estas escaladas de precios no se habían reflejado claramente en el valor del ganado.

La época invernal podría agravar aún más la situación de la sequía, porque en este periodo del año se presentan heladas que pueden afectar los, de por sí, ya mermados cultivos forrajeros extensivos.

Indicó que los problemas que presentan la ganadería y la agricultura por la falta de agua, se acentúan por la mala programación de estas actividades en escenarios difíciles como este. No hay una planeación bien establecida que permita administrar de forma eficiente la producción de forrajes para garantizar el abasto durante todo el año, a pesar de las contingencias.

La falta de planeación no se debe a la incapacidad técnica para llevarla a cabo; porque en el país hay mucha capacidad, se trata, más bien, de la carencia de decisiones políticas serias. Lo que tampoco tenemos es una infraestructura eficaz para la captación de agua de lluvia.

Mientras que le titular de la Conaza destacó que es importante señalar que la ganadería, tanto mayor, como de caprinos no va terminarse en las zonas áridas; es la actividad más importante de esas regiones. Lo que se tiene que hacer es organizar, mejorar e impulsar el uso de mejores tecnologías y de mejoras en los sistemas de producción, pero en ningún momento abandonar este sistema de producción, enfatizó.

En contraste, Gilberto Osorio señaló que algunas regiones que tenían una gran tradición ganadera, como las huastecas o la ciudad de Martínez de la Torres, en la parte norte del estado de Veracruz, están reconvirtiendo sus tierras con vocación ganadera, a la producción agrícola, de productos como los cítricos, porque esa actividad les resulta más rentable que la ganadería.

Además propuso que para mitigar los efectos de la sequía, que no es un fenómeno que se presente por primera vez, sino que, sobretodo en la región norte del país, es recurrente; es necesario que planifiquemos adecuadamente la producción de forrajes de corte, y estos cultivos los podemos conservar a través de un ensilado. Así no tendríamos presiones tan extremas como la que genera la escasez de agua que vivimos el día de hoy.

Tenemos otros cultivos alternativos muy interesantes para alimentar a los animales, como el nopal, que requiere apenas de 150 litros de agua para producir un kilo de materia seca. En cambio, para generar el mismo volumen, pero de alfalfa, se necesitan 2 mil 500 litros del líquido. Además el nopal es un cultivo que se habitúa muy bien a las condiciones desérticas que privan en la región norte de México, donde se concentra la producción ganadera.

Agricultura y degradación

Luis Carlos Fierro aseguró que 70 por ciento de la superficie con vocación agropecuaria del país presenta algún grado de degradación ecológica y debido a los efectos del cambio climático, la tasa de desertificación se incrementará, por lo que, de no tomarse las medidas y acciones necesarias, como la creación de mejor infraestructura de captación de agua, de fomento a la reducción de la sobrecarga de ganado y de mejores prácticas agrícolas el problema se acentuará.

El problema de la sequía que vive el país desde finales de 2010 y hasta el día de hoy, es severamente grave, y afecta regiones muy específicas, principalmente los estados del norte y centro de México. Zacatecas es la entidad que presenta la situación más crítica por la falta de agua.

Algunas variedades de frijol, la avena forrajera, la canola y el girasol son cultivos que también se habitúan a las condiciones de las zonas áridas. En cambio el maíz requiere mucha agua, por lo que es ineficiente su producción en condiciones de escasez de agua o en ecosistemas áridos.

Sin embargo, tiene un enorme arraigo en la cultura de los productores mexicanos. Esa característica agrava la situación, porque el productor insiste año con año en seguir sembrando su maíz, no para producción de grano sino para su autoconsumo. Se resisten mucho al cambio de cultivos, detalló.

El titular de la Conaza, también informó que a través del proyecto estratégico de construcción de pequeñas obras hidráulicas (POH) realizó en 2011 alrededor de 400 obras de captación de agua, con una inversión de 400 millones de pesos. Además efectuó 80 obras especiales en Zacatecas.

Para reducir la enorme deficiencia de infraestructura para captación del vital líquido, es necesario un presupuesto anual de por lo menos 300 millones de pesos, es decir, si este año contamos con 600 millones de pesos para el 2013 se tienen que destinar 900 millones para este propósito. Los incrementos en el presupuesto tendrían que darse en un periodo de entre 5 y 8 años.

Dichos esfuerzos de gasto son importantes ya que 54 por ciento del territorio nacional corresponde a zonas áridas y si se toman en cuenta las regiones con desertificación de la península de Yucatán y la Mixteca, la superficie se incrementa al 60 por ciento.

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