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Desafíos y oportunidades para el agro de AL frente a la incertidumbre financiera mundial

El 2012 será un año de oportunidades para el desarrollo de sector agrícola latinoamericano y un punto de partida para consolidarse como el eslabón clave para alcanzar la soberanía alimentaria mundial, gracias a su abundancia en recursos naturales, biodiversidad, agua, superficie cultivable y potencial de mejora en rendimientos.

Además la región tiene un mercado con una creciente demanda de materias primas y alimentos en Asia, principalmente con China, con quien cerró el 2011 con un superávit comercial de productos agrícolas de casi 20 mil millones de dólares.

El impacto de la crisis financiera de 2008 afectó a las economías de los países latinoamericanos, sin embargo, no en la forma tan severa que se esperaba. Algunos mecanismos para la protección de los ingresos de la población y para la estabilización de los precios de los alimentos -mismos que registraron una enorme volatilidad-, permitieron amortiguar la escalada de en el costo de los alimentos.

Por otra parte, este escenario de incrementos constantes en el valor de las materias primas también se abre como una oportunidad de generación de mejores ingresos para los países de América Latina con vocación exportadora, mientras que para las naciones netamente importadoras, como México, la factura por la compra en el extranjero de alimentos se seguirá engrosando.

De acuerdo con el estudio Perspectivas de la agricultura y el desarrollo rural en las Américas, una mirada hacia América latina y el Caribe, que firman el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), la Organización de las naciones unidas para la agricultura y la alimentación (FAO) y la Comisión económica para América latina y el Caribe (Cepal); el entorno macroeconómico que atraviesa el mundo, con una lenta recuperación de la industria de Estados Unidos y un crecimiento importante de nuevos actores claves en el desarrollo económico del globo, como China, representan una ventana de oportunidad para el desarrollo del sector rural agrícola de los países que cuentan con vínculos comerciales con Asia y particularmente con China.

El constante crecimiento poblacional y, por ende, de la demanda de alimentos y materias primas para las industrias secundarias del continente asiático, convierten a Latinoamérica en un proveedor idóneo de productos agrícolas, puesto que esta región del mundo cuenta con los recursos naturales y agua suficientes para abastecer su consumo interno y generar excedentes de muy buena calidad para la exportación.

El trabajo de investigación evidencia que China tiene cada vez más vínculos comerciales con países de la región centro y sur del continente americano, principalmente con la comunidad económica del Mercosur.

Desafortunadamente, México no goza plenamente de esta ventana de comercio exterior de productos agrícolas, puesto que tiene lazos débiles con los asiáticos en la materia y, en contraparte, está muy vinculado con la economía de los Estados Unidos, por lo que su desarrollo de la industria agrícola será lento, pues avanzará en función de la recuperación de la economía estadounidense, señala el documento.

El gigante asiático, junto con otros países desarrollados como Japón y naciones con alta vocación petrolera, que no cuentan con las tierras suficientes para producir los alimentos que su población demanda, recurren a la compra de tierras en otras naciones para cubrir sus déficits.

En Argentina 10 por ciento de la superficie cultivable está en manos de extranjeros, mientras que en Uruguay alcanza entre 20 y 30 por ciento. Es por eso, que estos dos países, junto con Brasil han recurrido a la regulación legal y limitante de la compra de tierras por parte de agentes extranjeros, ya sea a través de empresas transnacionales o nacionales con participación extranjera; así como por gobiernos foráneos.

Retos y perspectivas de la región

Según las previsiones del estudio del IICA, la FAO y la Cepal, para que el desarrollo del medio rural agrícola y no agrícola de los Estados latinoamericanos es necesario que se incrementen las inversiones en investigación, sanidad, inocuidad y transferencia de tecnología a través de políticas de largo plazo, y no de forma inmediatista, como hasta ahora han reaccionado de manera general estas naciones en el escenario coyuntural de recesión económica mundial.

Por la condición propia de las economías de estos países una de las principales limitantes en la consecución de reformas profundas a las instituciones y políticas de fomento productivo agropecuario es la falta de capitalización adecuada. Asimismo, el texto sugiere que el eventual desarrollo y crecimiento económico de la región irá acompañado de la desigualdad en el reparto de la riqueza que priva hoy en día.

Impulsar la reducción de la pobreza y la incorporación de los pequeños productores a los mercados, prevé el trabajo de investigación, serán dos de los objetivos de las políticas públicas, no sólo por razones éticas y consideraciones sociales, sino también porque crecientemente se reconocerá el potencial de la participación de dichos productores en el abastecimiento interno y de su contribución al logro de la seguridad alimentaria.

De igual forma, la generación de empleos en el medio rural de tipo no agrícola podrá contribuir a que eventuales crisis ocasionadas por el incremento en el precio de los alimentos impidan que la pobreza e indigencia se extiendan entre la población de estos países.

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