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Organismos internacionales llaman al G20 a redoblar esfuerzos en alimentación y nutrición

19 de junio 2012, Roma – Las agencias de la ONU relacionadas con la alimentación con sede en Roma han expresado el deseo de que los líderes del G20 reunidos en México redoblen sus esfuerzos para luchar contra el hambre.

La Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola (FIDA) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) han emitido la siguiente declaración con motivo de la Cumbre del G20 en México.

1. Nosotros, los organismos de las Naciones Unidas encargados de la alimentación y la agricultura (FAO, FIDA y PMA), acogemos con agrado la prioridad otorgada a la seguridad alimentaria y nutricional por la Presidencia mexicana del G20 al mantenerla en primer plano del programa mundial de desarrollo, de conformidad con el Plan de Acción Plurianual de Seúl, aprovechando los esfuerzos realizados por el G20 durante presidencias anteriores y complementando las medidas adoptadas por el G8 este año y desde la Cumbre de L’Aquila.

2. Acogemos asimismo con agrado el reiterado reconocimiento por el G20 del papel decisivo de la agricultura a pequeña escala en relación con la seguridad alimentaria mundial y con el incremento sostenible de la productividad. Además, instamos a que la seguridad alimentaria y nutricional continúe ocupando un lugar destacado en el programa del G20 en los próximos años.

La seguridad alimentaria y nutricional representa un hilo conductor común que vincula los diversos elementos necesarios para construir un futuro pacífico, estable y sostenible.

La seguridad alimentaria y nutricional debe situarse en el centro del programa para el desarrollo sostenible. Este es el mensaje que los organismos de las Naciones Unidas encargados de la alimentación y la agricultura transmitirán conjuntamente en Río+20, con especial atención a la agricultura a pequeña escala.

3. La seguridad alimentaria está estrechamente relacionada con otras cuestiones incluidas en el programa del G20, como el fomento de la infraestructura y la reactivación del crecimiento en los países en crisis. Durante los últimos años hemos constatado que la inseguridad alimentaria puede provocar inestabilidad y desencadenar crisis, así como el alto precio que estas pueden cobrarse a su vez en lo relativo a la seguridad alimentaria.

En la actualidad sabemos que la inseguridad alimentaria puede tener repercusiones negativas a largo plazo en las perspectivas de crecimiento de sociedades enteras. Este hecho indica que debe mantenerse la atención a la seguridad alimentaria, quizás muy especialmente en tiempos de crisis financiera e incertidumbre.

5. Otra lección derivada de las recientes crisis, como la que afectó al Cuerno de África, es que tenemos que dejar atrás la dicotomía entre asistencia humanitaria y asistencia para el desarrollo. Estamos ya avanzando en esa dirección.

6. La vinculación de redes de seguridad social, transferencias de efectivo y programas de dinero por trabajo, por una parte, con el apoyo a los pequeños agricultores, por otra, es un ejemplo de cómo se pueden promover enfoques que ofrecen solo ventajas y ayudan a reforzar el tejido social y establecer ciclos virtuosos de desarrollo local. Combinando compras locales de alimentos y asociaciones entre el sector público y el sector privado por medio de programas como la Iniciativa Compras en aras del progreso, cientos de miles de pequeños agricultores pueden conectarse al mercado. Iniciativas como Compras de África para los africanos permiten establecer nexos entre la producción a pequeña escala y los programas sociales.

7. Tan solo mediante esfuerzos constantes y la integración y la coherencia de los programas de emergencia, socorro y desarrollo podremos poner a las comunidades en condiciones de potenciar su capacidad de resistencia a las crisis climáticas recurrentes. Consideramos que la potenciación de la capacidad de resistencia es parte del desarrollo sostenible, sin limitarse a las zonas más expuestas a las crisis.

Ello guarda relación con diversas cuestiones incluidas en el programa del G20, como la protección social, la inclusión financiera y sistemas agrícolas y alimentarios más sostenibles. A tal fin, exhortamos al G20 a respaldar la Capacidad africana frente a los riesgos, esto es, el servicio regional de integración frente a los riesgos para hacer frente a la sequía promovido por la Unión Africana.

8. El crecimiento de la productividad, particularmente en la agricultura a pequeña escala, es un componente fundamental de sistemas alimentarios más resistentes y sostenibles. No obstante, también es importante reducir las pérdidas y el desperdicio de alimentos, que actualmente ascienden a cerca de 1.300 millones de toneladas, o sea, más de un tercio de los alimentos que producimos. La reducción del desperdicio y las pérdidas podría redundar en una considerable disminución del número total de personas subnutridas y permitir a un tiempo reducir la presión sobre los recursos naturales como la tierra, el agua y la diversidad biológica.

9. Hoy en día, alrededor de 900 millones de mujeres y hombres están subnutridos. La mayoría se encuentran en África y Asia. Ante esta dramática realidad, expresamos el deseo de que los líderes del G20 redoblen sus esfuerzos para combatir el hambre. Estamos plenamente comprometidos a colaborar con ellos y con otros actores con objeto de apoyar esfuerzos promovidos a nivel nacional y regional con miras a lograr la seguridad alimentaria y nutricional para todos, mujeres, hombres y niños, de conformidad con los cinco Principios de Roma. Dada la mayor prevalencia de la subnutrición en las zonas rurales, a menudo deberá prestarse a estas especial atención.

10. Son esenciales esfuerzos para potenciar la productividad, los servicios, la infraestructura y los mercados agrícolas en los planos local, nacional y regional.

En todo el mundo en desarrollo, es necesario dedicar especial atención al fomento de la capacidad de 500 millones de pequeños agricultores para invertir en la producción de más y mejores, alimentos, mediante prácticas sostenibles y tecnologías apropiadas, de manera que puedan mejorar la alimentación propia y de sus sociedades.

En el plano de las políticas, ello exige alcanzar simultáneamente los objetivos de crecimiento de la productividad y sostenibilidad, estableciendo condiciones favorables y realizando inversiones de apoyo que permitan a los pequeños agricultores (mujeres y hombres) explotar plenamente su potencial.

11. El año pasado, los organismos de las Naciones Unidas encargados de la alimentación y la agricultura contribuyeron a la preparación de un informe de las organizaciones internacionales destinado al G20 en el que se recomendaban políticas para responder a la volatilidad de los precios de los alimentos. Este informe ha dado lugar a varias iniciativas emprendidas con el patrocinio del G20, como, por ejemplo, el Sistema de información sobre el mercado agrícola, el Foro de respuesta rápida y la Plataforma de Agricultura Tropical, entre otras. Otras iniciativas, como la Plataforma para la gestión del riesgo agrícola, aún están desarrollándose. Se están eliminando las restricciones a la exportación con respecto a las compras de alimentos con fines humanitarios del PMA.

12. La primera recomendación formulada en el informe del año pasado era que se potenciara el crecimiento, sostenible y resistente, de la productividad agrícola, especialmente en la agricultura a pequeña escala. El informe de las organizaciones internacionales de este año se centra en este tema. En él se recomienda aumentar las inversiones y mejorar la coordinación con respecto a la investigación y desarrollo, los sistemas de innovación y los servicios de asesoramiento. Lo que es aun más importante, en el informe se exhorta a proporcionar más ayuda a los productores para que puedan adoptar las tecnologías existentes y beneficiarse de ellas.

Asimismo se recomienda que se elaboren modelos de negocios que incluyan a los pequeños agricultores y que se realicen reformas de las políticas e inversiones públicas complementarias para incentivar una inversión privada que incluya a los pequeños agricultores eliminando los riesgos conexos.

13. En el informe se reconoce que a fin de permitir a los pequeños agricultores explotar su potencial para conseguir un crecimiento sostenible de la productividad es necesario integrarlos en mercados eficaces en condiciones justas, eficientes y sostenibles. Por consiguiente, en él se recomienda que se establezcan cadenas de valor inclusivas, se mejore la infraestructura y se fortalezcan las instituciones comerciales, de modo que favorezcan en mayor grado a los agricultores.

14. En todo el mundo, las mujeres impulsan el cambio. Es esencial invertir en las mujeres. El empoderamiento, la educación y la igualdad de las mujeres son fundamentales para realzar la seguridad alimentaria, el desarrollo sostenible y el crecimiento económico.

15. También es fundamental velar por que todos los pequeños agricultores tengan un acceso seguro a los recursos productivos. A este respecto, acogemos con satisfacción el continuo apoyo del G20 a los Principios para la inversión agrícola responsable. Manifestamos nuestro deseo de que el G20 preste apoyo similar para que los distintos países adopten y apliquen las Directrices voluntarias sobre la gobernanza responsable de la tenencia de la tierra, la pesca y los bosques en el contexto de la seguridad alimentaria nacional, recientemente aprobadas por el Comité de Seguridad Alimentaria Mundial tras la celebración de intensas consultas y negociaciones entre los gobiernos, la sociedad civil y el sector privado.

16. Por último, la construcción de un futuro sostenible exige asociaciones amplias que respalden el papel principal de los gobiernos de los países en desarrollo y movilicen en torno a dicho papel el compromiso de los organismos internacionales, la sociedad civil, el sector privado y la comunidad de asistencia humanitaria y para el desarrollo en general. El logro de la seguridad alimentaria y nutricional exige igualmente asociaciones inclusivas. Este es un aspecto con el que estamos plenamente comprometidos en nuestra propia labor.

17. Bajo la Presidencia mexicana, el G20 ha emprendido nuevos y significativos esfuerzos para abrirse a otras partes interesadas, ya sean de la sociedad civil, del sector privado (incluido el B20) o del sector público. Nos felicitamos por estos esfuerzos y los consideramos también una oportunidad preciosa para que surjan nuevas asociaciones con miras a tratar de alcanzar la seguridad alimentaria y nutricional mundial que incluyan a todos los grupos fundamentales de partes interesadas, empezando por los agricultores.

Fuente: FAO

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