A mitad de la temporada de avistamiento de ballena gris en la Laguna Ojo de Liebre, ubicada dentro de la Reserva de la Biosfera El Vizcaíno, en la Paz, Baja California Sur, se tienen contabilizados mil 321 ejemplares, de los cuales 729 son ballenas adultas y 592 son ballenatos nacidos en este santuario, el principal en reproducción de esta especie, mexicana por naturaleza.
El secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Juan José Guerra Abud, realizó una visita de trabajo a esta Reserva para constatar los trabajos de conservación que encabeza la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP) con el apoyo de los diferentes sectores sociales involucrados, a quienes exhortó a dar continuidad y fortalecer las acciones de protección y preservación de este ecosistema, cuya riqueza natural, dijo, es invaluable.
De las 175 Áreas Naturales Protegidas (ANP) con que cuenta México, la Reserva de El Vizcaíno es una de las más grandes, con una extensión de al menos dos millones 500 mil hectáreas. Además de la ballena gris, a este lugar llegan alrededor de 50 especies de aves migratorias y se trabaja en la reproducción del berrendo a través de Unidades de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMA).
“Toda esta riqueza hace de México uno de los pocos países megadiversos en el mundo, pero también nos exige mayor responsabilidad en el cuidado de la misma”, sostuvo el Secretario Guerra Abud.
Por su parte, Luis Fueyo Mac Donald, Comisionado Nacional de Áreas Naturales Protegidas, indicó que uno de los compromisos de México como miembro del Convenio sobre Diversidad Biológica es que en el año 2020, el 17 por ciento del territorio nacional esté bajo algún estado de conservación. Esta cifra significa incorporar 14 millones de hectáreas a las que actualmente se tienen, que son 20 millones.
La ballena gris nace en las lagunas costeras de Baja California Sur en los meses de enero y febrero. El ballenato se amamanta durante dos o tres meses en su sitio de nacimiento, y en el inicio de la primavera realiza, en compañía de su madre, un viaje que repetirá año tras año a lo largo de su vida: un recorrido de 10 mil kilómetros hasta los fríos mares árticos (de Bering y de Chukchi, en Alaska), ricos en nutrientes, que serán sus sitios principales de alimentación durante toda su existencia.
En el invierno realizan el viaje de regreso hasta su sitio de nacimiento, para aparearse y dar a luz. El periodo normal de arribo de las primeras ballenas a las lagunas de Baja California Sur es a mediados de diciembre. Su viaje comienza en el mes de octubre: recorren su larga travesía por el Pacífico Norte en grupos. Primero salen las embarazadas, seguidas de las hembras que ovularon, los machos adultos y finalmente los más jóvenes e inmaduros. Se desplazan a una velocidad que varía entre los 5 y los 8 kilómetros por hora, logrando cubrir distancias de 180 kilómetros diarios.
Fuente: Semarnat
