NoticiasSin categoría

Negativos impactos sobre población pobre por gravamen con IVA a alimentos y medicinas

 

Gravar con el Impuesto al Valor Agregado (IVA) los alimentos y las medicinas es algo en lo que se están poniendo de acuerdo los partidos políticos y habrá de discutirse y en su caso aprobarse en el Congreso de la Unión durante el segundo semestre de 2013.

El tema, que genera polémica en la sociedad -pues se percibe que tal gravamen incrementaría de golpe los de por sí encarecidos precios de alimentos y medicinas y por tanto mermaría el ingreso de las familias, en particular de las pobres- es objeto de análisis por parte de Isabel Cruz Hernández, directora de la Asociación Mexicana de Uniones de Crédito (AMUCSS) y miembro del Grupo Diálogo Rural México (GDR México) del Proyecto Conocimiento y Cambio en Pobreza Rural y Desarrollo.

En entrevista con este boletín, Isabel Cruz plantea que el tema no debe mirarse de manera simplista. En efecto, establecer el IVA en alimentos inmediatamente incrementaría los precios, y ello elevaría los niveles de pobreza del país, pues, de acuerdo con una encuesta realizada en Guerrero, Oaxaca y Chiapas hace tres años por AMUCSS, la población pobre gasta entre 70% y 80% de su ingreso en alimentos y otro 15% lo gasta en medicinas. Ello genera una gran descapitalización en esta población. Otros gastos, como los relativos a educación, los cubren con los apoyos del Programa Oportunidades.

“La pobreza, vinculada a la vulnerabilidad, tiene dos elementos claves, los alimentos y las medicinas”, afirma Cruz. Sin embargo, agrega, por otro lado, también es un hecho que el régimen fiscal especial que tiene hoy el campo (y también los alimentos) beneficia en especial a los agro empresarios.

“Son exenciones fiscales que se han hecho extensivas a los agro industriales, que no tienen nada que ver con la producción directa, que no tienen nada que ver con los campesinos que producen la tierra, y sí tienen que ver con los productos de valor agregado, como los alimentos balanceados, o el huevo, cuyo precio por ciento se duplicó en estos meses recientes por la supuesta crisis sanitaria (por sacrificio masivo de aves en zonas productoras, debido a brotes de influenza aviar), y esas mayores ganancias se las quedan estos industriales y los comerciantes”.

Así, considera Isabel Cruz, debe haber un análisis amplio y con resultados diferenciados de la aplicación de impuestos, tanto en el lado productor como en el consumidor. “Sí es un crimen establecer este pago de IVA a alimentos en forma masiva; definitivamente no debe aplicarse a las personas que ganan hasta tres o cuatro salarios mínimos, pues pagar ese impuesto resulta una descapitalización directa, es quitarle a la gente directamente de su ingreso. Y se tiene que eliminar las exenciones fiscales a agro empresas y a todas las unidades de producción mayores a diez hectáreas. Se requiere una política diferenciada de impuestos.

“Y todo esto, acompañado de transparencia, porque las grandes empresas (agroalimentarias y demás) ejercen mecanismos primero para eludir y segundo para recuperar impuestos, algo que no es accesible para la microempresas. Se dice que los que ganan más pagan más, pero eso en realidad no es así. Es importante que haya transparencia y que se informe cuánto pagan y cuánto dejan de pagar las diez grandes empresas, las diez medianas, etcétera. Cuánto pagan empresas como Televisa o Bimbo, Alpura o Lala, y cuánto recuperan vía sus fundaciones altruistas y los teletones (en el caso de Televisa)”. Porque es un hecho que anualmente hay una elusión de impuestos por las empresas en México por más de 300 mil millones de pesos, dice.

Isabel Cruz considera que gravar sin diferenciaciones es un problema, profundiza la desigualdad de ingresos y beneficia a las grandes empresas pues las deja intocadas.

Dio un ejemplo, el Impuesto a Depósitos en Efectivo (IDE). “Si una familia pobre recibe una remesa, por ejemplo de 15 mil pesos, y la deposita en el banco, debe pagar 2% del IDE. También, un agricultor, que levanta una sola cosecha al año y obtiene por tanto un ingreso único al año, al depositar éste al banco debe pagar el IDE. Mientras, una agro empresa que maneje por internet inversiones y haga transferencias electrónicas, no paga nada. Supuestamente el IDE es para regularizar el comercio informal, pero les pega a los más chiquitos.

“Tenemos un sistema impositivo absolutamente falto de equidad e ineficiente, que nunca cobra a quienes debería cobrar, y no es transparente”, concluye Isabel Cruz.

Cabe decir que el planteamiento de establecer el IVA en alimentos y medicinas, expresado por legisladores de diversos partidos, enfrenta la crítica de diversos analistas, dada la tendencia alcista del precio de los alimentos que se observa desde 2007. Por ejemplo Guillermo Knochenhauer, articulista del periódico El Financiero, señaló en un texto publicado el 15 de marzo que hoy es un “mal momento” para encarecer aún más los alimentos con el gravamen del IVA. Menciona que el maíz se cotizaba en enero de 2007 en mil 700 pesos la tonelada y para febrero de 2013 superó los tres mil 500, esto es un encarecimiento de 50%, y con esta tendencia se han expresado también otros granos.

“El costo de los granos afecta los precios de los alimentos en general. Por eso es que de 2009 a 2012, el precio de la alimentación básica se encareció más que ninguna otra cosa: 30.9% en el ámbito rural y 28.9% en el resto del país, según el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados. De ahí el aumento de toda la escala de pobreza en México durante estos años”, señala Konchenhauer.

Fuente: http://www.rimisp.org/inicio/noticia.php?id_=816

Mostrar más

Articulos Recientes

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Back to top button