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Alcanza sobrepeso y obesidad dimensión epidémica en ALyC

elciudadano.cl

Productos ultraprocesados contribuyen a aumentar estos males, asociados a enfermedades crónicas, refieren estudio de organismos internacionales.

El sobrepeso y la obesidad han adquirido dimensiones epidémicas en el último cuarto de siglo, en todos los grupos de edad y estratos sociales de América latina y el Caribe (ALyC), por lo que hoy en la región 7 por ciento de los menores de 5 años padecen ambas enfermedades y en escolares la cifra oscila entre 25 y 30 por ciento.

En la región, al menos 50 por ciento de la población adulta sufre dichos padecimientos y existen tres países que se sitúan sobre 70 por ciento, Estados Unidos, Chile y México, expone un estudio reciente de la Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS), la Organización para la Agricultura y Alimentacion (FAO), la Comisión Económica para América Latina (CEPAL); el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) y la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos.

“El sobrepeso está directamente asociado a la emergencia de enfermedades crónicas, como la diabetes, enfermedades cardiovasculares y varios canceres, que ya constituyen la principal causa de enfermedad y muerte en ALyC”.

Una dificultad –de acuerdo con el documento– es que las familias de escasos recursos tienden a consumir fuentes de calorías baratas, porque el costo relativo de alimentos nutritivos –tanto en dinero como en tiempo de preparación—, es generalmente mayor al de snacks listos para consumir y la comida rápida en todas sus versiones.

Pone énfasis en que en el último medio siglo hemos asistido a la aparición de la llamada “dieta occidental,“ conformada por alimentos industrializados como azúcar y harinas refinadas, aceites y carnes rojas, productos que también se utilizan en la producción masiva de productos ultra-procesados (PUP), es decir aquellos listos (o casi listos) para ser consumidos.

Los PUP igual utilizan sustancias refinadas, aditivos químicos diversos, sal, azúcar y grasas en combinaciones cuidadosas que los hacen productos de alta palatabilidad y largo tiempo de caducidad. Además, “se caracterizan por tener precios relativos bajos, ser ubicuos, y estar respaldados por un mercadeo poderoso”.

El creciente consumo de productos ultra-procesados es impulsado por la expansión de este mercado, particularmente en América. El mayor crecimiento en ventas de PUP se da en mercados emergentes, donde el crecimiento es cinco veces mayor para productos comestibles envasados y casi 3 veces más altos para las bebidas azucaradas, respecto a naciones industrializadas. Las ventas de estos productos en mercados desarrollados, como Estados Unidos y Europa, ya alcanzaron niveles de saturación.

Es precisamente –remarca– esta escala global de producción y mercadeo de productos ultra-procesados la que está acelerando la “transición dietética-nutricional” y llevando las tasas de obesidad, en un período relativamente corto de tiempo, a niveles nunca antes vistos en el mundo en desarrollo.

Males que causan adicción

Los expertos citados en el estudio destacan que, por ejemplo, “el azúcar es uno de los ingredientes favoritos en los PUP, ya que se sitúa en niveles de consumo que amenazan seriamente la salud humana. Se sabe que el azúcar (azúcar de mesa, miel y jugos concentrados) es tóxica cuando se consume a los actuales niveles que se sitúan entre 200 a 500 calorías de azúcar por persona por día. Estos niveles de consumo causan estragos en nuestro sistema homeostático (que mantiene en balance la ingesta y gasto de calorías), desbaratan los mecanismos del hambre y la saciedad, generando adicción”, cita el estudio”.

Por otro lado, analiza que la creciente presencia de los PUP contribuye al desplazamiento de la costumbre de cocinar, a la socialización que acompaña las comidas y al abandono de tradiciones culinarias, “el poder de decisión de las personas y familias, sobre qué y cómo comer, es progresivamente cedido a las industrias de productos ultra-procesados”.

Ante este escenario, plantea, en el sistema alimentario existe la necesidad de incrementar la producción de alimentos naturales, pero también el recuperar el procesamiento básico de alimentos, empaquetamiento, almacenaje, transporte y venta de comidas.

En los países de ALyC se debe promover el consumo de dietas saludables, basadas por un lado, en la producción local y de temporada de alimentos agroecológicos y, por otro lado, en la promoción de circuitos cortos de comercialización como oportunidad para aumentar el valor añadido y establecer un vínculo más estrecho entre el productor, el consumidor y el territorio y promover el comercio justo.

Países se ponen las pilas

En la publicación, los organismos internacionales, enfatizan que los más afectados por estas prácticas son los niños y adolescentes, quienes están expuestos al “bombardeo publicitario” de los PUP. “La falta de información pública y de protección contra los efectos negativos de estos productos colisiona con derechos humanos fundamentales reconocidos por distintos pactos y convenciones internacionales”.

Reconoce que basados en las obligaciones que emanan de normas internacionales y que establecen como responsabilidad del Estado proteger el derecho humano a la salud y a la alimentación y de asegurar cuidado y protección especial a los niños, países como Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, México, Perú y Uruguay, han promulgado normas legales destinadas a controlar el rápido aumento del sobrepeso y la obesidad entre los niños.

Indica que en la última década, varios estados en los Estados Unidos han modernizado con éxito el entorno alimentario en las escuelas, eliminando las sodas y productos ultra-procesados de las máquinas expendedoras y de los menús diarios.

En este sentido, añade que las normativas legales en los países de ALyC apuntan a objetivos similares e incluyen: introducir etiquetado frontal de advertencia (fácil de interpretar) en productos comestibles empaquetados, restringir la publicidad dirigida a los niños y, en el caso de México, la introducción de un nuevo impuesto sobre las bebidas azucaradas y snacks de alta densidad calórica.

Una reflexión que hace el estudio es que de acuerdo con Margaret Chan, directora de OMS, “los esfuerzos para prevenir las enfermedades no transmisibles van en contra de los intereses comerciales de los poderosos agentes económicos. En mi opinión, este es uno de los mayores desafíos que enfrenta la promoción de la salud… ya no más son sólo las grandes tabacaleras. La salud pública también debe lidiar con Big Food, Big Soda y Big Alcohol. Todas estas industrias temen la regulación y se protegen mediante el uso de las mismas tácticas”

 

 

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ERNESTO PEREA

Periodista especializado en temas agropecuarios y agroalimentarios. Premio Nacional de Periodismo y Divulgación Científica, otorgado por el CONACYT. En la actualidad director del portal web www.imagenagropecuaria.com Autor del libro Voces y vivencias del movimiento orgánico Ha colaborado con las revistas editadas por el Grupo Expansión. Ha sido consultor de la FAO. Brinda servicios de comunicación, información, análisis y consultoría para diversas empresas e instituciones. Correo electrónico: editor@imagenagropecuaria.com

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