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Alto potencial en cultivo de cacao

En la última década la superficie de cacao se ha reducido por la presencia de la monilia, pero existe un potencial muy grande porque el déficit interno es alto, dado que sólo la industria del chocolate consume 65 mil toneladas al año de dicho insumo y los productores mexicanos apenas pueden abastecer entre 20 y 25 mil toneladas.

Desde que en el año 2005 ingresó dicho hongo, la producción de cacao en Tabasco –principal estado productor– se ha reducido en cinco mil hectáreas (has), por lo que hoy quedan sólo 38 mil has.

Por lo anterior, hace un par de años se instrumentó un programa para repoblación y renovación de plantas, dado que un gran número de árboles tiene edades de 30 a 40 años, lo cual lo hace susceptibles a enfermedades como la monialisis, que en su inició causó pérdidas en producción de hasta 80 por ciento, plática María del Carmen Barranco, asesora de Orgánicos de la Chontalpa.

La empresa integradora agremia a doce organizaciones –unos 2 mil 100 pequeños productores de la región de la Chontalpa– y con su trabajo ha logrado reducir los daños por la presencia del hongo a entre 20 y 30 por ciento, “ya se tiene mayor control y se están usando microorganismos, hongos antagónicos y se realizan podas”.

El mundo del cacao y del chocolate, reflexiona María del Carmen, son opuestos en relación al valor económico que generan y el productor de cacao aún sobrevive porque para él es una actividad complementaria a la siembra de otros cultivos y trabajos no agrícolas.

Incluso, señala, hay haciendas cacaoteras que han tenido que vender servicios turísticos, bajo el concepto de “la cultura del cacao” para complementar sus ingresos.

Por otro lado, el mercado del cacao en México –apunta la asesora– está concentrado en tres empresas multinacionales y el cacao se tiene que vender a éstas. Mediante alianzas con organizaciones de Chiapas buscan alternativas para entrar al mercado de exportación del cacao.

Renovación de cacao y organizacional

María del Carmen Barranco asegura que la monilia esta controlada, pero hay mucho que hacer, porque aunque se tengan las tecnologías y el conocimiento de que es lo que se tiene que aplicar para combatir el hongo, el productor esta muy descapitalizado y no puede asumir todas las prácticas.

El proceso de la renovación de plantas de cacao –explica– va lento, porque primero se tienen que seleccionar variedades viables y el recurso para la renovación se va haciendo poco año con año; pero estamos trabajando con viveros comunitarios para rescatar variedades locales, criollos y el cacao trinitario.

Respecto a lo difícil que resulta para el productor de cacao, en un proceso de renovación, esperar a que el árbol entre en producción para cosechar, la asesora responde que mediante injertos las cosechas se pueden obtener en dos años, cuando de manera normal es después de cuatro años.

La industria, refiere, están trayendo clones de Sudamérica o Centroamérica, principalmente de Costa Rica, pero es de manera experimental, y en México se están recibiendo como la panacea y no lo son.

La experta también apunta que hoy existe una moda de buscar los cacaos criollos, pero hay que apostar a tener una diversidad de éstos, porque lo contrario es el peor error que se puede cometer, porque el valor del cacao mexicano está en las variedades los aromas y sabores, y el cacao de otros lugares no tiene la misma calidad.

Con los productores, destaca, se está trabajando en fortalecer los procesos de organización para que buscar mejorar su ingreso, ya que si se logra tener un mayor valor de su producto, esto les da mayor viabilidad, entran a un proceso de capitalización y pueden realizar las inversiones necesarias para fortalecer su cultivo.

Cacao fino

Orgánicos de la Chontalpa producen un cacao que se denomina fino aromático, cuya distinción se da porque está desarrollado en un sistema de biodiversidad bajo sombra, junto a frutales, flores y productos que consumen los mismos productores, como yuca, pimienta o achiote.

Barranco explica que antes certificaban el cacao como orgánico, pero el costo era elevado y dejaron de hacerlo, aunque sí hacen un manejo orgánico. “Las certificadoras cobran mucho, a un productor le puede llegar a costar 2 mil pesos por hectárea al año y podría representar hasta 60 por ciento de la utilidad del productor”.

Para los productores de Tabasco, subraya, el cacao es un producto de alta importancia, porque hay una cultura muy fuerte de arraigo que viene de varias generaciones, y es fundamental para la biodiversidad y el medio ambiente.

Mucho se critica que los productores de cacao tienen pequeñas unidades –hectárea y media por productor– y que son de edad avanzada de más de 50 años pero esto es precisamente lo que les da arraigo y el compromiso con el cultivo.

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ERNESTO PEREA

Periodista especializado en temas agropecuarios y agroalimentarios. Premio Nacional de Periodismo y Divulgación Científica, otorgado por el CONACYT. En la actualidad director del portal web www.imagenagropecuaria.com Autor del libro Voces y vivencias del movimiento orgánico Ha colaborado con las revistas editadas por el Grupo Expansión. Ha sido consultor de la FAO. Brinda servicios de comunicación, información, análisis y consultoría para diversas empresas e instituciones. Correo electrónico: editor@imagenagropecuaria.com

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