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No es lo mismo, que lo mesmo

Nunca es tarde para cometer yerros, aunque esto sea práctica cotidiana. Y esto viene al caso después de leer una simple cabeza, o título, del boletín, y el texto integro de éste, del 24 de julio, emitido por la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa por sus siglas en español), mismo que llama a varias reflexiones.

Ésta, es una secretaría que debiera ocupar la mayor importancia en el esquema del Gobierno federal para darle soporte al crecimiento del país, de tal suerte que se vieran premiados los sueños funcionalistas de los gobernantes mexicanos, con la inserción de México en el selecto grupo de naciones desarrolladas.

La tarea de darle ese lugar a la Sagarpa no es sencilla, aunque sí urgente. Un pueblo bien alimentado es un pueblo fuerte, pensante, productivo y emprendedor, y la responsabilidad de bien alimentar a los habitantes del país recae, precisamente, en esa dependencia, que lleva los hilos de la producción del campo, por lo que debe conducirse con toda pulcritud en su hacer y decir.

Y es aquí donde surgen las dudas sobre su desempeño, luego de revisar el comunicado en cuestión: “Aumentan actividades primarias 2.7 por ciento en mayo”, es decir, a las actividades que comprende este sector como la agricultura, ganadería, producción de madera, silvicultura, apicultura, acuicultura, caza, pesca comercial y minería, hay que sumarles 2.7% aunque en el comunicado no se precisa su clasificación.

En el sumario, o resumen del boletín, se dice: “Con base en estadísticas reportadas por la SAGARPA, el INEGI detalló que se registró una mayor producción de cultivos como café cereza, maíz y sorgo en grano, frijol, tomate rojo, alfalfa verde, mango y trigo en grano”. Queda claro; aumentó el número de dichos cultivos, que en sí mismos son procesos productivos (no productos) en los que se ocupa trabajo y materias primas, cuyos resultados son las cosechas de lo que se haya sembrado.

Los siguientes párrafos del comunicado, en los que se intenta decir que la producción primaria de México creció un determinado porcentaje, comparado el resultado actual con a los indicadores registrados en las mimas fechas del año anterior, se reducen a galimatías de sintaxis inexistente.

Cita textual:

“De acuerdo con el Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE), el sector primario registró un incremento del 2.7 por ciento durante mayo de 2014, en comparación con el mismo mes del año anterior.

“El indicador elaborado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) reportó que el sector primario fue el de mayor crecimiento durante el mes de referencia, lo cual contribuyó a un aumento generalizado del IGAE.

“El INEGI reportó que el incremento del IGAE se debió a un aumento en el subsector agrícola del país en mayo de 2014.

“Precisó que con base en estadísticas reportadas por la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA) se registró una mayor producción de cultivos como café cereza, maíz y sorgo en grano, frijol, tomate rojo, alfalfa verde, mango y trigo en grano.

“El IGAE muestra la actividad económica del país mes a mes, lo que permite conocer su evolución a nivel sectorial en el corto plazo, información que es necesaria para la toma de decisiones.

“Cabe señalar que el IGAE para las actividades primarias reportó un crecimiento de 1.3 por ciento en su comparativo anual durante el mes de abril de este año.

“Los productos registraron mayores aumentos en ese periodo fueron: trigo en grano, tomate rojo, frijol, maíz forrajero, chile verde, cebolla, limón, avena forrajera, café cereza, caña de azúcar y papa.”

Después de este pequeño ejemplo, surgen nuevos elementos para reflexionar sobre el por qué si aumenta la producción de alimentos a ese porcentaje de 2.7% ó 1.3% anual, el hambre en el país no disminuye, al contrario, según datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), el número de pobres, y no hay pobres bien alimentados en ninguna parte del mundo, aumentó de 52.8 millones en 2010 a 53.3 millones en 2012.

Estas incongruencias ofenden la inteligencia de la sociedad y laceran las, ya de por sí desgastadas, fibras más sensibles de la credibilidad del pueblo mexicano en sus instituciones y gobiernos.

Información como la referida, sólo crea confusión y, en consecuencia, surgen dudas sobre la veracidad de la misma. Pareciera, más bien, que se trata de ensalzar los exiguos resultados obtenidos, aunque se hace de manera gárrula, y esto, sencillamente, no abona en la construcción de un mejor país.

Por cierto, cifras del Coneval precisan que la población con ingresos inferiores a la línea de bienestar pasó de 54.7 millones a 60.6 millones de personas en el periodo 2008-2012. Y sigue la yunta andando.

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JUAN DANELL SÁNCHEZ

*Reportero mexicano especializado en temas agropecuarios, indígenas, de derechos humanos y desarrollo sostenible. jdanell@hotmail.com

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