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Árboles de Navidad importados “pegan” a producción nacional

La competencia desleal por la importación de un millón de ejemplares procedente de Estados Unidos y Canadá, aundado a la falta de canales de comercialización y la preferencia de los consumidores por especies extranjeras o producto artificial, afecta a los productores mexicanos de árboles de Navidad.

Lo anterior tiene especial relevancia en el Distrito Federal, donde la plantación de especies nativas, como el Oyamel o el Ayacahuite, ayudan conservar los bosques y resistir el avance de la mancha urbana.

Muchos de los árboles de importación son de desecho, por lo que los precios son bajos, aseguró el presidente de la Asociación Nacional de Productores de Árboles de Navidad, Gerardo Molina.

Dijo que se deben mejorar los canales de comercialización para aumentar las ventas, porque es lamentable que de la oferta nacional sólo se venda una mínima parte. Por ejemplo, indicó, al año pasado en el Distrito Federal de una oferta de 170 mil ejemplares se vendieron menos del 10 por ciento.

Con respecto a las plagas señaló existen indicios que algunas plantaciones de árboles de importación traían una plaga (tizón), lo cual afectó a los conocidos como Douglas. Esto se ha detectado en el Estado de México.

Los productores consideran que se necesita mejorar las inspecciones en la frontera, establecer normas más estrictas en la importación; aunque la Profepa no cuenta con suficientes inspectores para hacer una vigilancia exaustiva.

Durante un recorrido por el “Centro Piloto Lomas de Tepemecatl” en el kilómetro 12.5 del Ajusco, el gerente estatal de la Conafor en el Distrito Federal, Gustavo López Mendoza,informó que la oferta de árboles de Navidad para el 2015 es de un millón 800 mil, de los cuales un millón son de importación y 800 mil son de los productores de México.

En el Distrito Federal, detalló, se registran 69 productores con 121 hectáreas, quienes ofertan 180 mil árboles.

productor pinosLos productores de la capital del país habitan en un 95 por ciento en la delegación Tlalpan mientras que el resto en Milpa Alta, Tlahuac y Magdalena Contreras.

Otro dato relevantes es que 60 por ciento de los árboles que se venden en el país se consumen en el Distrito Federal.

Gustavo López hizo enfásis en la importancia de que la población entienda la función que desempeñan los productores de árboles de Navidad, porque son una alternativa para contener el avance de la mancha urbana, evitar el cambio de uso de suelo de rural a urbano, y precisamente una forma de apoyar este proceso es consumir el árbol nacional.

Los árboles son una fuente de producción de oxígeno, capturan carbono, infiltran agua al manto acuífero, son un refugio de la fauna silvestre, disminuyen los índices de deforestación, señaló.

Sobreviviendo a la importación

Arnulfo Sosa Manjarrez, quien es productor del Centro Piloto Arboles de Navidad cuenta con 5 hectáreas, mencionó que el año pasado tenía una oferta de 2 mil árboles y tan solo vendió 300.

Para poder hacer frente a sus gastos durante todo el año se dedica también otras actividades, tiene ganado, siembra maíz y papas, aunque éstos últimos dos son de autoconsumo.

Para gastos de mano de obra invierte alrededor de 15 mil pesos al año, recibe un apoyo de la Conafor para el mantenimiento de sus árboles, que consiste en maquinaria como espesoras, mochilas para fumigar, machetes, azadones y palas. Por parte de la Sagarpa recibe los apoyos de Procampo, unos 2 mil pesos por hectárea, indicó.

El costo promedio de los árboles son de 500 pesos para el Oyamel, pero el Ayacahuite que fue la primera especie que cultivaron lo han tenido que poner en oferta, 300 pesos, porque la gente no lo quiere tanto debido a que sus ramas se encuentran hacia abajo.

Israel Hernández Mota, presidente del Centro Piloto, relata que desde el año 1997 hicieron la reconversión productiva ya que antes su terreno era de uso agrícola, senmallado pinoembraban maíz y avena, vieron la necesidad de buscar un nueva alternativa ya que sus terrenos se empezaban a erosionar, cada año la cosecha era menor. Entonces se reunieron varios productores y empezaron a buscar una alternativa y vieron que los árboles de Navidad reunían esas características, por lo que cambiaron el uso de suelo de agrícola a forestal.

Pensaron en que los árboles de Navidad evitarían la erosión del suelo, crearían una capa de vegetación, vieron que este proyecto podría ser sustentable. Tendrían un ingreso con el cual su familia tuviera mejor calidad de vida.

Empezaron con la siembra del Ayacahuite en cuatro hectáreas, buscaron asesoría con la dependencia encargada y les enseñaron a plantar, podar y a darle todo el mantenimiento a las plantaciones, poco a poco fueron destinando más hectáreas. En la actualidad, Hernández Mota cultiva cinco, sus ventas se han incrementado año tras años, sin embargo, todavía faltan muchos más compradores

Israel Hernández tiene otras actividades ganaderas y agrícolas el resto del año, además es dueño de caballos que renta el fin de semana haciendo recorridos entre las plantaciones, con ello se ayuda para mantener a la familia.

 

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