Expresa Cassio Luiselli, quien propone crear una empresa paraestatal de semillas…
Las semillas son la base de los cultivos, la esencia de lo que será la producción de alimentos de cualquier país, con este fundamento el “padre” del Sistema Agroalimentario Mexicano (SAM)* en los años ochenta, Cassio Luiselli Fernández, hoy secretario técnico del Grupo Diálogo Rural México (GDR)**, expresa: “las semillas son demasiado importantes para dejarla a la buena de Dios”.
El economista por la UNAM y maestro en Ciencias con especialidad en Economía Agrícola, Desarrollo Rural y Economía Internacional por la Universidad de Wisconsin, propone analizar la creación de una nueva empresa paraestatal de semillas o, cómo algunos sectores plantean, analizar si con empresas regionales campesinas es suficiente; pero lo que sí necesitamos en México es una autoridad sobre las semillas.
Aunque lo acusen de estatista, Luiselli Fernández propone que haya una instancia del Estado productora o distribuidora de semillas, pero el gobierno federal tiene que proteger las 59 razas de maíces mexicanos y darles valor agregado para que generen ingreso al productor.
El experto considera que en México hay muchos argumentos en materia de investigación y un área de oportunidad para poder desarrollar variedades para afrontar el cambio climático, pero hay que apoyar al Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), que en los setenta era par de la hoy reconocida Embrapa de Brasil, que incluso hace investigación en Estados Unidos y África. Hay que apuntalar al INIFAP para que haga investigación aplicada y sea centro del sistema.
Por otra parte, el también profesor emérito de la División de Humanidades del Tec de Monterrey (campus Ciudad de México) y miembro del Programa Universitario de Estudios del Desarrollo de la UNAM, asegura que México tiene todo para aumentar rendimientos y los transgénicos no los ofrecen y hay un gran horizonte en investigación de semillas criollas.
Durante la plática, comenta que en un contexto donde se está revalorizando la comida mexicana en el ámbito mundial el valor económico puede ser muy alto y “los productos que se pueden elaborar con maíces nativos son un planeta”.
El doctor Cassio Luiselli habla de aprovechar los mercados locales y establecer “circuitos cortos” –donde la producción pueda venderse en la misma localidad o región– y los pequeños productores pueden beneficiarse.
La cadena WalMart está ahorcando la cadena, vende productos de todo el mundo y los pequeños productores no están ahí, por eso hay que generar cadenas locales y también son necesarias las compras de gobierno o buscar la manera de llevar productos del campo a través de la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (ANTAD).
Programas asistenciales no permiten remontar la pobreza
Cassio Luiselli, quien en 2014 fue secretario técnico de la Comisión Permanente de la Reforma para la Transformación del Campo, considera que hay que alinear las políticas sociales con las de producción, porque es claro que las políticas tipo Prospera u Oportunidades pueden ser positivas para combatir la pobreza, pero evidentemente no han bastado “ni de lejos” para remontar la pobreza rural.
Dichos programas –agrega– llegaron a un “punto muerto”, pero esto no significa que deban eliminarse, sino que deben complementarse con políticas productivas y territoriales. Hace falta un gran acuerdo entre Sedesol y Sagarpa, dependencias que tienen que trabajar al unísono y enfocarse más a pequeños productores.
Además, señala, se requiere una política territorial que promueva la inversión en bienes públicos, que se construyan caminos e infraestructura, que realice investigación aplicada y haga extensionismo con la mística que hubo hace años, el INCA rural “era maravilloso y hoy es pequeño”.
Desde la perspectiva de Luiselli, el Estado tiene que tener la responsabilidad del extensionismo, no las Fundaciones Produce. El modelo como está no sirve, hay que modificarlo y llevarlo a las fases de acopio, almacenamiento, comercialización y acompañar a los productores en toda la cadena.
El objetivo del Rimisp es avanzar en la discusión, “porque cuando uno ve a México desde fuera el sector agropecuario es muy grande”, y hay tres puntos donde estamos generando nuevo consenso, que son: tener visión territorial, centrar la atención en pequeños productores, quienes con tecnología y mejores prácticas pueden producir más alimentos, y promover los bienes públicos,
Falta una visión integradora, los grupos de diálogo buscan esto, el sector agroalimentario mexicano ha crecido, eso no hay que regatearlo; pero tiene mucho potencial, el mercado de consumo que se abre con los tratados internacionales es gigante, los chinos demandan y demandarán más alimentos en el futuro, expone el experto, quien ha sido embajador de México en Sudáfrica, en Corea del Sur y en Uruguay.
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*En 1973 se había perdido la autosuficiencia en maíz y había déficit recurrente en la producción de otros productos clave como trigo y frijol. Para 1980 las importaciones de alimentos habían alcanzado un nivel alarmante: más de 25% del consumo de maíz de México venía del extranjero. Para responder a esta crisis en 1980 el gobierno mexicano creó el SAM. Este innovador programa requería que el Estado rechazara el modelo de “libre comercio”, basado en las”ventajas comparativas”. En su lugar el gobierno se comprometía a resucitar el sector de alimentos básicos y a reducir deliberadamente la dependencia de las importaciones.
https://docs.google.com/document/d/1XMDwjleiPwdqhunimOi7zoRe6bVrNqD_NM8uR0IXKWg/edit
**El GDR es iniciativa que promueve el Rimisp-Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural, que promueve el intercambio de propuestas y experiencias para el desarrollo rural entre los diferentes actores del campo en Colombia, Ecuador, El Salvador y México.
