Granos y Oleaginosas

“Queremos competir con Monsanto”

Afirma Luis Herrera, investigador del Cinvestav, donde se desarrolla una semilla de maíz tolerante a sequía…

Pionero en el estudio de plantas transgénicas, defensor y promotor del uso de ésta tecnologías, el investigador del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional (Cinvestav), Irapuato, Luis Herrera Estrella, revela que en cuatro o cinco años este centro de investigación desarrollará una semilla de maíz tolerante a sequía y lanza una sentencia que recuerda la metáfora bíblica de David contra Goliat: “la idea es competirle el mercado a Monsanto”.

El mercado de semillas en México –comenta el científico– hoy está dominado en 96 por ciento por empresas trasnacionales y las firmas nacionales atienden alrededor del 4 por ciento de éste; pero si recibimos el apoyo adecuado de parte del gobierno, nosotros con la empresa Estela y Anómix y conjuntamente con compañías  nacionales podríamos pasar del 6 hasta el 15 por ciento de dicho comercio, es decir, el potencial en el mercado semillero se multiplica hasta cinco veces.

Como director del Laboratorio Nacional de Genómica para la Biodiversidad (Langebio), unidad del Cinvestav, el especialista “en el estudio de la regulación de genes y en el desarrollo de métodos de transferencia de genes” comenta que este maíz tolerante a sequía en un inicio será un material transgénico, “después ya no”, y su relevancia está en que en el futuro con el cambio climático los cultivos requerirán menos agua y con esta semilla los agricultores tendrán menos pérdidas cuando haya sequías.

En este sentido estima que si en la actualidad en México perdemos dos o tres millones de toneladas de grano al año por sequía, con dicha semilla a lo mejor podemos recatar hasta 1.5 millones de toneladas.

Herrera Estrella indica que para desarrollar una tecnología de este tipo en el caso del maíz se requiere, inicialmente, 20 millones de pesos, pero después se pueden incorporar a otros cultivos como frijol, tomate y chile. Hasta ahora, el financiamiento para esta investigación ha sido proporcionada por el Instituto Médico Howard Hughes, “que brinda apoyo para hacer desarrollo científico para el bienestar de la humanidad”.

Al cuestionarlo sobre la oposición que existe de grupos ambientales y organizaciones de la sociedad civil al uso de transgénicos en México,  Herrera Estrella responde: si se tiene una planta con mayor tolerancia a sequía, pues qué le expliquen estos grupos al agricultor que no la puede usar, por qué le van a prohibir esa tecnología, si le va a permitir ser menos vulnerable a este fenómeno.

Hoy se habla –añade– de una oposición a las trasnacionales y que con los transgénicos éstas van a dominar el mercado; pero si esta semilla va a  ser un producto nacional, de una institución mexicana, comercializado por empresas del país para el agricultor mexicano, “quiero ver que se pongan en la misma posición”.

El investigador explica que este desarrollo se basa en el hecho de que se ha observado que las semillas secas pueden durar siglos o milenios, dado que durante la evolución de las plantas se estableció un mecanismo que permite a éstas establecer un programa de protección de las células que mantienen viable el embrión durante largos periodos de tiempo que pueden ser hasta 2,000 años, como fue el caso de las semillas de dátil de una tumba Egipcia.

Lo anterior, remarca, “significa que existe un mecanismo ya desarrollado por las plantas que las protege de la carencia de agua”.

Basado en esto, puntualiza, en el Cinvestav hicimos un proyecto de investigación para entender cuáles son estos mecanismos que protegen a las células en la semilla y si podemos activarlos en las hojas de una planta, esta se va a volver tolerante a la sequía.

“Tenemos resultados espectaculares de qué pasa cuando activamos estos mecanismos en las hojas de una planta, porque la podemos dejar que se seque, se le echa agua y brota”, expresa Luis Herrera.

Respecto a la transferencia de esta tecnología al productor, señala que se hará mediante empresas semilleras nacionales, si contamos con el apoyo de gobierno para lograr estos desarrollos y llegar a la comercialización; “no queremos tener ningún contacto con las transnacionales; el problema es que sino tenemos el apoyo, no vamos a tener otra que venderle los desarrollos a las trasnacionales que son las que pueden pagar”.

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