Medio Ambiente

Buscan suprimir más rápidamente toxinas peligrosas de plaguicidas

Roma.— La FAO y la OMS han publicado nuevas directrices encaminadas a reducir los daños causados por los plaguicidas que representan un riesgo tóxico especialmente elevado para la salud humana y el medio ambiente.

Los productos con toxicidad aguda elevada son los responsables de un elevado número de casos de intoxicación inmediata, sobre todo en los países en desarrollo, mientras que los productos con efectos tóxicos crónicos pueden provocar cáncer o trastornos del desarrollo en niños en fase de crecimiento.

En los países industrializados, o bien no se permite el uso de los llamados “plaguicidas muy peligrosos”, o su utilización está muy restringida. Sin embargo, siguen siendo fáciles de  conseguir en los países en desarrollo. Incluso los productos peligrosos que aún están permitidos en los países industrializados pueden causar graves problemas en el mundo en desarrollo, donde las circunstancias en las que se utilizan pueden ser muy diferentes.

En particular, los pequeños agricultores en los países en desarrollo no suelen tener, ni utilizar, el equipo de protección necesario y acostumbran a usar pulverizadores de mochila que conllevan un alto riesgo de exposición.

Limitar la utilización de estos productos muy peligrosos suele ser difícil, por lo que acaban siendo empleados de forma generalizada por personas no cualificadas.  Entre las posibles consecuencias están numerosos casos de intoxicación, contaminación de alimentos y daños medioambientales.

Localizar a los responsables 
  


Un grupo relativamente pequeño de plaguicidas muy peligrosos suele ser la causa de la mayoría de las intoxicaciones. En muchos casos, estos plaguicidas pueden ser sustituidos por productos menos peligrosos, o mejor aún, por enfoques de manejo integrado de plagas (MIP) que tienen como objetivo reducir la dependencia de los plaguicidas.

Las Directrices ofrecen una hoja de ruta para ayudar a los países a identificar y gestionar los plaguicidas muy peligrosos. Consiste en realizar inventarios, evaluar los riesgos y las necesidades reales, y tomar las medidas para mitigar los riesgos. En muchos casos, habrá que retirar el producto de forma gradual, pero en otros casos en los que no existan buenas alternativas, se podrían considerar otras medidas para mitigar los riesgos.

Las condiciones locales de uso y la viabilidad de las medidas de control deben ser un factor importante en la toma de decisiones.

La FAO también ha lanzado un conjunto de herramientas para el Registro de Plaguicidas para ayudar a los gobiernos a realizar evaluaciones de peligros y riesgos, como parte de su proceso nacional de aprobación de plaguicidas. Este kit también se puede utilizar para reevaluar productos que han sido aprobados en el pasado, pero que actualmente se consideran muy peligrosos.

Acción mundial concertada


El impulso para mejorar la gobernanza de los plaguicidas se intensificó el año pasado cuando la Conferencia Internacional sobre la Gestión de Productos Químicos del Enfoque estratégico para la gestión de productos químicos a nivel internacional aprobó una resolución haciendo un llamamiento a la acción concertada para hacer frente a los plaguicidas muy peligrosos.

La FAO y la OMS proporcionan asesoramiento para avanzar en este tema. 
  
Se insta a los gobiernos a utilizar las nuevas directrices y el conjunto de herramientas para revisar sus listas actuales de plaguicidas aprobados con el fin de identificar aquéllos que sean muy peligrosos y tomar las medidas necesarias para reducir los riesgos de los usuarios, los consumidores y el medio ambiente. Esto también implica fortalecer el MIP como pilar reconocido para el diseño de sistemas sostenibles de protección de cultivos.

Fuente: FAO

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