Casos de éxito

Olfatos que previenen contaminación de plagas y enfermedades

El olfato de los perros es 10 mil veces más potente que el de un humano y se aprovecha para detectar el ingreso ilegal de especies vegetales y animales de otros países que pudieran traer plagas o enfermedades.

En el Centro Nacional de Adiestramiento y Desarrollo de la Unidad Canina (CENADUC) se entrenan perros que se traen de diferentes albergues para que desarrollen labores de detección de especies vegetales y animales de otros países que pudieran traer plagas o enfermedades que pueden afectar a especies nativas de México.

El director del CENADUC, Humberto Javier Rendón Fernández, explicó que el programa de formación de unidades caninas inició en el 2012, pero desde el 2007 ya se contaba con perros detectores en los aeropuertos.

Detalló que el proceso de selección de perros: “primero se busca que de preferencia tengan entre uno y tres años de edad y que les guste mucho la comida, requerimos perros que sean buenos marcadores por medio del olfato”. Deben ser amigables, sociables y tener impulso por el juego.

A los animales se les adiestra para que detecten cinco aromas básicos, toda la variedad de cítricos, el mango, la manzana, carne de res y de cerdo. Su olfato es 10 mil veces más potente que el de un humano y, por tanto, su labor es más eficiente, ya que un perro tarda 2 segundos en detectar un producto.

perro 3 El CENADUC está ubicado en la Unidad Integral de Servicios de Diagnóstico y Constatación de Tecámac, Estado de México, y trabaja para tener perros que junto con sus entrenadores ayuden a las labores de vigilancia del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA), son ubicados en los diferentes puertos marítimos, aeropuertos, cruces fronterizos y Puntos de Inspección Federal en las carreteras nacionales.

En el 2014 se marcaron 114 mil 717 equipajes, dando 101 mil marcajes positivos, en tanto en el 2015 de 205 mil 318 equipajes marcados por los perros detectores, 187 mil 329 fueron positivos.

Para que un perro pueda iniciar con las labores de detección tiene que pasar alrededor de 160 días, ya que primero pasan por un periodo de cuarentena, posteriormente, inicia su entrenamiento que puede durar entre 90 y 120 días.

Rendón Fernández asevera que se entrenan aproximadamente 14 perros por generación y se sacan tres generaciones por año. La vida útil es de siete años. Cuando decae su ánimo es cuando dejan de trabajar y los sustituyen por otro perro, dejándole a su entrenador la opción de su adopción ya que no se devuelven a los albergues.

En la actualidad se cuenta con 94 perros en 26 estados del país, en la zona fronteriza se tienen a 17 perros. Los perros utilizados para esta tarea son recuperados de albergues o donados por particulares y se prefieren las razas de Labrador y Golden Retriever, por ser dóciles y tener un espíritu juguetón.

El director del CENADUC, consideró que se necesitan 200 unidades caninas para todo el país, pero en la actualidad no existen las condiciones de infraestructura para entrenar a más perros, finalizó.

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