Casos de éxito

Uach expande técnica de cosecha de lluvia en zonas marginadas

La falta de agua potable se mantiene como un problema grave en el país ya que en la actualidad existen más de 9 millones de mexicanos sin acceso al vital líquido, por ello investigadores y estudiantes de la Universidad Autónoma Chapingo (Uach)  expanden la técnica de la cosecha de lluvia en la zonas marginales de la República Mexicana a fin de que comunidades con menos de 50 habitantes tengan garantizado éste derecho constitucional.

A través de la investigación y desarrollo de nuevas tecnologías, los académicos y alumnos del Laboratorio de Tecnologías Hídricas Innovadoras han logrado instalar más de mil 800 módulos de cosecha de agua de lluvia en estados en extrema pobreza como son Michoacán, Estado de México, Hidalgo, Guerrero y Puebla, con lo que ejidos y comunidades indígenas comienzan a usar el agua potable no solo para la cosecha de alimentos sino también para el uso doméstico y consumo humano.

Los recursos provienen de la Universidad y superan los 40 millones de pesos, el programa está ajeno a partidos políticos o gobiernos estatales y lo único que aportan los beneficiarios es su mano de obra para la construcción de su propio módulo de cosecha de lluvia cuyo valor, individual, supera los 70 mil pesos y el periodo de vida es de más de 30 años.

Al respecto y luego de la instalación de 16 módulos, el pasado 15 de septiembre, en la comunidad Guadalupe Victoria, donde hay sólo 40 habitantes, en el municipio Francisco Z. Mena, el más pobre de la Sierra Norte de Puebla, el Rector de la Universidad Autónoma Chapingo, José Sergio Barrales Domínguez, hizo un llamado al Congreso de la Unión a no legalizar la privatización del agua pues en México aún existen más de 9 millones de habitantes que carecen por completo del vital líquido y más de 13 millones reciben agua contaminada y se mantienen en pobreza extrema.

Indicó que el trabajo social que realiza la Universidad permitirá a campesinos e indígenas acceder al agua para el uso doméstico, situación innovadora gracias a la investigación que en este centro de estudios se desarrolla ya que “antes podíamos captar agua de lluvia para la producción de cosecha en invernadero, pero ahora se puede tener para el uso doméstico y el consumo humano gracias a filtros certificados internacionalmente”.

Ahora, agregó, se podrá mejorar la calidad de vida de millones de mexicanos en extrema pobreza y que nunca han tenido acceso al agua potable.

En el marco de la entrega de los 14 módulos en el ejido Guadalupe Victoria, Juan Rafael Sánchez Bravo, Investigador y responsable del proyecto de Cosecha de Agua de Lluvia desde hace 9 años en la Universidad Autónoma Chapingo, indicó que se construyeron 16 módulos en la Sierra Norte de Puebla y están en proceso de construcción 12 más en la Sierra de Guerrero.

Asimismo el responsable del Laboratorio de Tecnologías Hídricas Innovadoras, señaló que estos módulos se suman a los más de mil 28 que han instalado a nivel nacional pero la novedad es que ya son para el consumo humano por lo que el reto es “seguir dando un aporte social con lo que se reduce el costo económico que les representa a las familias en pobreza extrema adquirir un garrafón de agua potable o comprar una pipa de agua”.

Por ello, dijo, es una obligación profesional de los investigadores y alumnos de Chapingo acercar el agua por lo menos para la subsistencia de las comunidades marginales del país ya que a pesar de las cifras que reporta INEGI sobre población que carece del vital líquido, la realidad no está reflejada porque el censo no llega a ejidos o comunidades con apenas dos familias.

Entonces, nosotros queremos llegar a “ese 10 o 15 por ciento de población que no tienen ni una posibilidad de que les llegue agua porque están lejos y son poblaciones pequeñas como lo constata el ejido Guadalupe Victoria que apenas suma 25 casas de tal suerte que otorgar agua de un pozo representa mucho costo porque además está ubicada en la cima de la montaña”.

Por su parte, Pedro Ponce Javana, Subdirector de Servicios y Extensión de la Dirección Cultural y Servicios de la Universidad Autónoma Chapingo, insistió en que la instalación de módulos de cosecha de agua de lluvia para consumo humano no permite que se involucren religiones, partidos o gobiernos, el reto es responder a las necesidades de las comunidades.

“Nosotros no entregamos los proyectos y nos retiramos como se hace en los programas federales, nosotros damos seguimiento pues hay comunidades que pasan por etapas de sequía y debe resolverse ese problema para garantizar el agua para consumo humano todo el año, para producción de hortalizas a pequeña escala, para animales de traspatio o producir peces, sobre todo ante el cambio climático y la urgencia de generar fuentes de empleo en un entorno de economía familiar y local”, dijo.

Fuente: Codics

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