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Hay 6.7 millones de “Ninis” rurales en AL: FAO

En América Latina, 40 millones de jóvenes viven en zonas rurales, de los cuales 11.9 millones son “inactivos” y de éstos últimos 6.7 millones ni estudian ni trabajan, son los conocidos como “Ninis”.      

Los Ninis rurales de América Latina representan 58.1 por ciento de los jóvenes inactivos rurales, lo que equivale a unos 6.7 millones de jóvenes para los 20 países de la región.

Lo anterior de acuerdo al estudio Juventud rural y empleo decente en América Latina, publicado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), donde se matiza que “los verdaderos” Ninis, es decir, aquellos que no estudian, no trabajan en actividades económicas o en quehaceres del hogar, y no están discapacitados o enfermos, se reducen a unos 600 mil jóvenes rurales.

Estos últimos, anota, podrían conformar un “núcleo duro de excluidos o de potenciales excluidos, muchos de los cuales ya sumidos -o con alto peligro de involucrarse en un futuro cercano- en actividades ilícitas de toda índole (consumo de drogas, tráficos varios, robos, mafias y maras, milicias…”

La proporción de Ninis, según la publicación, es preocupante “porque merma sus posibilidades de desarrollar una trayectoria laboral positiva, con una inserción laboral nula, más corta o intermitente a lo largo de la vida…también se ven mermadas sus posibilidades de tener ingresos propios, acceder a la seguridad social y acumular capital (desde el financiero al humano y social…”

El estudio precisa que de los 40 millones de jóvenes de entre 15 y 29 años que viven en zonas rurales, la mayor parte, 11.9 millones son inactivos, cerca de 9.6 millones trabajan en el sector agrícola y 8.2 millones lo hacen en actividades no agrícolas.

La FAO indica que entre los jóvenes laboralmente inactivos, la mayor parte son mujeres, quienes se dedican a labores del hogar.

El documento también puntualiza que no más del 25 por ciento de la población rural ocupada está afiliada a la seguridad social, y entre los jóvenes la sindicalización suele ser aún más baja que entre los adultos.

Mejora empleo rural, pero no ingresos

La FAO señala que para el conjunto de las zonas rurales de América Latina se aprecia una decidida mejora del empleo rural juvenil en las últimas décadas, cuya tendencia se debe a una importante disminución del empleo infantil, una caída del 20 por ciento en la última década de los jóvenes rurales ocupados en el sector agrícola, y un aumento similar en los ocupados en empleo rural no-agrícola.

“Gracias al aumento del empleo asalariado formal, hoy existe un sector de jóvenes que tiene mayor cobertura social, mayores ingresos y en general mejores condiciones laborales que el grueso de la población rural”.

Sin embargo, el organismo acota que a pesar de esta mejora relativa, “todavía menos de la mitad de los jóvenes tiene un trabajo decente desde el punto de vista de los ingresos, y la mayor parte sufre de una excesiva carga horaria”.

“Los datos muestran que en muchos países de América Latina se está aún muy lejos del empleo decente para una abrumadora mayoría de la población rural joven”, afirmó Martin Dirven, encargada del estudio.

El estudio destaca que para igual tipo de trabajo, el grueso de los jóvenes rurales trabaja en peores condiciones que los de mayor edad. Sus trabajos son más riesgosos, más precarios, reciben menor salario y tienen una menor afiliación a la seguridad social.

Auge del empleo no-agrícola

Para el año 2012, la agricultura seguía siendo la principal fuente de ingresos para la juventud rural en América Latina y el Caribe pero esto está cambiando rápidamente”, afirmó Martin Dirven.

El empleo rural no agrícola se ha vuelto cada vez más importante y en 2016 debería haber más jóvenes rurales trabajando en este tipo de empleos que en el sector agrícola, según el estudio de la FAO.

La caída en el empleo agrícola se explica por la fuerte caída (de un tercio) de aquellos que trabajan como “familiares no remunerados” y de una reducción de 20 por ciento en el número de asalariados agrícolas.

El porcentaje de asalariados rurales no-agrícolas con contrato tiende a duplicar al de los asalariados agrícolas con contrato, con diferencias importantes entre países. Esto es importante, ya que varios criterios del “empleo decente” tienen una mayor probabilidad de ser cumplidos cuando se tiene contrato formal, destaca la FAO.

Empleo infantil se reduce en la región

En América Latina,de 38.4 millones de niños rurales menores de 15 años, más de 2.1 millones trabajan en alguna actividad económica.

Estos niños rurales, junto con los más de 200 mil niños con residencia urbana que trabajan en el sector agrícola, representan a más del 60 por ciento del total de niños “ocupados” en la región.

Una parte importante del trabajo infantil es invisible, porque la mayoría de los niños son o trabajadores domésticos, sobre todo las niñas, o trabajadores familiares no remunerados en pequeños emprendimientos rurales, agrícolas o de otros sectores económicos.

Otros infantes trabajan en empresas grandes o incluso en actividades ilícitas.

Según la FAO, si bien la tendencia ha sido a una reducción importante en los últimos años, erradicar el trabajo infantil todavía es un desafío pendiente para América Latina.

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ERNESTO PEREA

Periodista especializado en temas agropecuarios y agroalimentarios. Premio Nacional de Periodismo y Divulgación Científica, otorgado por el CONACYT. En la actualidad director del portal web www.imagenagropecuaria.com Autor del libro Voces y vivencias del movimiento orgánico Ha colaborado con las revistas editadas por el Grupo Expansión. Ha sido consultor de la FAO. Brinda servicios de comunicación, información, análisis y consultoría para diversas empresas e instituciones. Correo electrónico: editor@imagenagropecuaria.com

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