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Día mundial del suelo

El suelo y las legumbres pueden ser de gran ayuda para conseguir alimentar a una creciente población mundial y combatir el cambio climático, en especial cuando ambos se combinan, según afirma Suelos y legumbres: simbiosis para la vida, un nuevo informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) publicado con ocasión del Día Mundial del Suelo.

“Los suelos y las legumbres encarnan una simbiosis única que protege al medio ambiente, incrementa la productividad, contribuye a la adaptación al cambio climático y aporta nutrientes fundamentales al suelo y a los cultivos siguientes”, aseguró el Director General de la FAO, José Graziano da Silva.

Los legumbres son cultivos resilientes a nivel ambiental que ofrecen alimentos muy nutritivos a las personas y nutrientes esenciales a los ecosistemas biológicos. El suelo -un recurso no renovable-, es esencial para la vida vegetal y para el 95 por ciento del suministro mundial de alimentos.

Los legumbres -como las lentejas, frijoles secos y garbanzos- son plantas que fijan nitrógeno que beneficia a la salud del suelo, lo que conduce a mejores condiciones de crecimiento para ellas y para otras plantas. En promedio, los cereales que se cultivan de forma posterior a las legumbres producen 1,5 toneladas más por hectárea que los no precedidos por legumbres, lo que equivale al uso de 100 kilogramos de fertilizante nitrogenado.

El nuevo estudio ilustra gran variedad de formas en que las legumbres y los suelos pueden ser “aliados estratégicos” para forjar sistemas alimentarios y agrícolas más sostenibles.

También en la jornada de hoy el Consejo de la FAO -que representa a los Estados miembros de la Organización- aprobó las Directrices voluntarias para el manejo sostenible de los suelos, un conjunto de recomendaciones técnicas y de políticas para proteger la mayor reserva terrestre de carbono del planeta.

Legumbres en la granja

Hoy en día, un tercio de los suelos del mundo están considerados degradados -debido a una serie de causas, entre ellas la acidificación, salinización, erosión y urbanización-, cuestión cada vez más preocupante debido a la intrincada gama de servicios ecosistémicos que nos proporcionan.

Introducir las legumbres como cultivo intercalado, cultivo de cobertura y en la rotación de cultivos puede ayudar a restaurar la salud del suelo. Las leguminosas -la familia de plantas de las que forman parte las legumbres-, pueden crecer con menos nutrientes, aportando nitrógeno, fosfatos solubles y otros compuestos necesarios para los suelos.

“Las legumbres son los arquitectos de la salud del suelo”, subraya el informe de la FAO.

También se recuerda que hospedan bacterias especiales del suelo que permiten la fijación biológica del nitrógeno, un proceso natural que costaría 10 000 millones de dólares EEUU adicionales al año en fertilizantes sintéticos. Igualmente, fomentan el secuestro de carbono del suelo y la filtración del agua para hacerla más limpia.

El mundo pierde actualmente suelo de 10 a 20 veces más rápido de lo que lo repone, una tendencia que las legumbres pueden ayudar a compensar. Los expertos citan un estudio de caso en la India, que muestra cómo cultivar garbanzos redujo la escorrentía del suelo y la erosión hasta en un 59 por ciento.

Además, las legumbres, cuyos sistemas radiculares profundos incrementan su resiliencia a la sequía, son intrínsecamente “inteligentes con el clima, ya que de forma simultánea se adaptan al cambio climático y contribuyen a mitigar sus efectos” al aumentar la capacidad de secuestro de carbono del suelo.

En los vastos campos de trigo del oeste de Canadá -segundo productor mundial de legumbres y el principal exportador-, la introducción de legumbres en la rotación de cultivos ha reducido la necesidad de nitrógeno sintético en dos tercios, subrayando el papel fundamental que pueden desempeñar en reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel mundial.

Legumbres en el plato

Las legumbres son un aliado de enorme importancia frente al hambre, la inseguridad alimentaria y la malnutrición y para fomentar los ingresos rurales, todos ellos objetivos básicos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.

Poseen mayor contenido de proteínas -a menudo tres veces más que el arroz o la yuca- que los cereales básicos. También son una fuente importante de minerales beneficiosos para la salud, entre ellos hierro, magnesio, potasio, fósforo y zinc. Otras ventajas de la dieta a base de legumbres incluyen un alto contenido de vitamina B, reducido contenido en grasa, ausencia de colesterol y un bajo índice glucémico. Aunque bajas en calorías, poseen una elevada cantidad de carbohidratos complejos y fibras alimentarias.

El forraje a base de plantas leguminosas es igualmente beneficioso para el ganado. La adición de heno de caupí al pienso a base de arroz hace crecer a las vacas en África occidental hasta un 50 por ciento más rápido.

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