Ciencia y Tecnología

Estudia INIFAP recursos genéticos forrajeros en Zacatecas

Un grupo de investigadores del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), en coordinación con diversas instituciones, estudia recursos genéticos forrajeros (RGF) nativos e introducidos en tres regiones agroecológicas de México —áridas y semiáridas de Zacatecas— con el fin de recolectarlos, preservarlos, caracterizarlos y evaluarlos.

En el desarrollo de este proyecto también participan el Instituto Internacional de Investigaciones Ganaderas (ILRI, por sus siglas en inglés), el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT), el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (Cimmyt); el Colegio de Postgraduados (Colpos), el Centro Nacional de Recursos Genéticos (CNRG) del propio INIFAP y algunas universidades de Chihuahua y Durango.

El maestro Francisco Antonio Rubio Aguirre, investigador del Campo Experimental Zacatecas (Cezac) del INIFAP, indicó que es el responsable de este proyecto a nivel estatal, cuyo título es Preservación, caracterización y evaluación de recursos genéticos forrajeros en tres regiones agroecológicas de México, informó que su desarrollo inició formalmente en 2014 y se plantea concluir en los próximos días, a finales de este 2016. El responsable del proyecto a nivel nacional es el doctor José Francisco Villanueva Ávalos.

Rubio Aguirre, investigador titular C del programa de Pastizales y Cultivos Forrajeros, mencionó que esta investigación es de suma importancia para la ganadería de Zacatecas, pues en el estado existe una amplia diversidad de recursos genéticos nativos —como gramíneas y leguminosas— potencialmente útiles como forrajeros para los sistemas de producción ganadera y su salvaguarda, cuya conservación e incremento forman parte de una estrategia asertiva para conservar la vida en la Tierra.

“Existen recursos genéticos nativos de plantas forrajeras con características sobresalientes de adaptación, producción y calidad similares o superiores a los recursos genéticos introducidos. Estos recursos vegetales constituyen un patrimonio para la humanidad de valor incalculable y su pérdida es un proceso irreversible que amenaza la estabilidad de los ecosistemas, el desarrollo agrícola y la seguridad alimentaria”, advirtió el especialista.

El ingeniero zootecnista especificó que en el estado zacatecano se logró ratificar el desempeño del pasto Banderilla, de variedad Chihuahua-75, una buena adaptación y rendimiento del pasto Llorón, variedad Morpa, y un valor promisorio del ecotipo de pasto Banderilla, variedad INIA-207.

Destacó que otro de los logros más importantes fue obtener buena adaptación a zonas altas y frías con las accesiones de pasto Buffel T-3686, IPINIA-1173 y Pl-271198. Algunos de estos pastos fueron validados en el Ejido Río Grande desde 2002 por la Secretaría del Campo (Secampo) y la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) y hoy en día continúa su preservación.

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