Ciencia y Tecnología

Maíz gigante

La raza de maíz Jala es conocida en el mundo por sus mazorcas que alcanzan más de 45 centímetros de largo. Su origen y cultivo se han ubicado únicamente en el municipio de Jala, Nayarit; este cultivo está asociado con expresiones culturales y religiosas de la región, además de que ha marcado un logro tecnológico de domesticación, desde la época precolombina, para lograr su preservación y uso en la mejora de otro tipo de maíz.

Roberto Valdivia Bernal, doctor en mejoramiento genético de plantas, de la Universidad Autónoma de Nayarit (UAN), en colaboración con otros investigadores del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), llevó a cabo un estudio para el mejoramiento de maíz comercial, a partir de su mezcla con maíces criollos, entre ellos, el maíz Jala.

“El maíz Jala no es un criollo común y corriente, está catalogado como una raza porque solo se da en este territorio del valle de Jala, que por su suelo volcánico tiene propiedades distintas a otras regiones y esta inadaptabilidad es desfavorable; su principal aportación es la característica para el consumo elotero, es de sabor dulce y mazorcas grandes, que antes llegaban a medir hasta 60 centímetros, actualmente midieron uno de 45 centímetros como el más grande”, informó para la Agencia Informativa Conacyt.

Sin embargo, apuntó, este maíz tiene características no deseables como que es un cultivo tardío para su cosecha —por lo que debe sembrarse aprovechando la humedad residual—, además de que sus plantas son altas, de hasta cinco metros, y solamente produce una mazorca por planta; pero es su tamaño lo que ha valido para que sea utilizado para mejorar variedades eloteras comerciales.

“Al (maíz) Jala lo crucé con todos los maíces eloteros para pasar genes deseables de calidad de la mazorca y grano a una planta normal y de esa manera usarlo con germoplasma para que se pueda sembrar fuera de Jala, porque fuera de ese lugar no se da”, afirmó Valdivia Bernal.

De igual modo, explicó que la técnica para realizar estos mejoramientos consiste en tomar el polen del maíz criollo Jala y colocarlo en el estigma de la flor femenina de otra planta de variedad comercial, y viceversa, para luego registrar las características de los productos obtenidos.

“Un método que uso es la selección recurrente recíproca, se usan dos poblaciones que cuando las cruzan resulta una semilla vigorosa, o heterosis, que es el grado de superioridad de la descendencia, respecto a los padres de esa semilla”, precisó.

Según el investigador, como conclusiones del estudio que realizaron para conocer la contribución genética del maíz criollo Jala encontraron que este puede aportar efectos genéticos favorables para el desarrollo de variedades o híbridos eloteros.

El objetivo del estudio, dijo, fue evaluar las aptitudes combinatorias generales y específicas de la raza Jala, así como los otros criollos Mecatán y Morado, para cruzarlos con maíces comerciales A7573, D880 y B810, con características de grano elotero.

Finalmente, el doctor Valdivia Bernal indicó que la conclusión de esa investigación reveló que en los últimos años esta raza ha sufrido erosión genética, que es la reducción de algunas características genéticas, en este caso, la longitud de la mazorca, tipo de grano y mazorca, y con ello su aprovechamiento y cultivo, que redujeron significativamente, aunque hay programas de recuperación efectuados por especialistas en maíces criollos.

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