Casos de éxito

Veneno de abeja benéfico para sistema inmunológico

En el Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias (CUCBA) de la Universidad de Guadalajara (UDG), se investiga el efecto benéfico del veneno de abeja o apitoxina en el sistema inmunológico de personas con VIH/sida.

Además de la apitoxina, el maestro Sergio Álvarez Barajas, jefe del Laboratorio de Biología Celular y Molecular del CUCBA, realiza estudios con cuatro metabolitos de la miel: propóleo, jalea real, polen y cera. A partir de la mezcla entre ellos, el académico ha desarrollado 42 productos para el tratamiento de más de seis padecimientos.

El polen, por ejemplo, es un desinflamatorio, mientras que la cera tiene efectos cicatrizantes, y el propóleo se utiliza en brebajes contra enfermedades respiratorias. Según la misma fuente, estos metabolitos potencian sus propiedades al mezclarse entre sí.

Respecto al programa de tratamiento de personas con VIH y sida, el investigador informó, que trabaja con un grupo de 28 personas infectadas que, por voluntad propia, cooperan con las investigaciones científicas.

“De las personas con quienes trabajamos, tenemos la copia del documento que avala que son VIH positivo y tenemos los resultados de sus primeros análisis clínicos con los niveles de CD4 y CD8. Entonces los revisamos, hacemos prueba de tolerancia al veneno, y se desarrolla una solución con cierta concentración de veneno, de la cual el paciente tomará 15 gotas al día, cinco antes de cada alimento”, reveló Álvarez Barajas.

Las células CD4 y CD8 son tipos de linfocitos que forman parte del sistema inmune de los seres humanos. Las personas enfermas de sida o VIH positivas normalmente presentan deficiencia en el número de CD4 y un aumento en las CD8, situación inversa en organismos sanos. Es por ello que la medición de estas ayuda a los médicos a determinar los mecanismos retrovirales del paciente y el avance de la enfermedad.

Los resultados en el laboratorio de Álvarez Barajas arrojan un incremento en el número de CD4, con respecto a los resultados de los primeros análisis, y una disminución de CD8, lo cual resulta más favorable comparado con los tratamientos retrovirales, a decir del biólogo.

La medición de la eficacia del tratamiento con apitoxina es trimestral, y según las investigaciones, el resultado ha sido el mismo cada vez, es decir, siempre hay un incremento en el número de linfocitos del sistema inmunológico del paciente.

Esta situación sucede debido a la melitina, sustancia activa del veneno de abeja, y a los antibióticos que posee, ya que en conjunto tienen la particularidad de no generar una memoria en el cuerpo humano. Esta sustancia se puede producir de forma sintética, aunque no cuenta con el mismo efecto de la versión natural.

“Cuando te pica un alacrán, el cuerpo guarda cierta memoria del veneno de este animal, de tal suerte que si el mismo tipo de alacrán te llega a picar una segunda vez, la reacción que se genera en el cuerpo es mucho menor que en la primera ocasión, y si esto sucede una tercera vez, el piquete de alacrán prácticamente no te hace nada. Con la abeja no pasa esto. El cuerpo no guarda memoria de este veneno, por lo que cada piquete produce la misma reacción”, ejemplificó el también maestro en ciencias de la salud ambiental.

Pese a las bondades de los metabolitos señaladas por el investigador, lamentó que la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) prohíba su uso en medicamentos.

Apipuntura, mejor que la acupuntura

Además del tratamiento de enfermedades con apitoxiterapia, el veneno de la abeja se puede obtener directamente del insecto mediante una picadura controlada, mecanismo conocido como apipuntura.

“Picamos al paciente directamente en distintas partes del cuerpo según los 12 pares craneales, estimulando con el veneno de abeja esos puntos como si fuera acupuntura. Si la acupuntura da resultados, da mucho mejores resultados con el veneno de abeja”, comentó.

Sin embargo, el tipo de tratamiento a seguir estará determinado según la enfermedad. “No es igual que yo trate la artritis con veneno de abeja tomado, a que si uso apipuntura, tendré mejores resultados si lo aplico directo en las articulaciones”.

Obtención del veneno

El proceso de obtención del veneno de abeja en el Laboratorio de Biología Celular y Molecular ha evolucionado con el tiempo.

“Hace cinco años para obtener un gramo de veneno morían cientos de abejas: teníamos que quitar el aguijón y presionar las glándulas para lograrlo, pero hoy ya no. Hoy obtenemos un gramo y mueren solamente dos o tres abejas gracias a un nuevo sistema eléctrico”, relató Álvarez Barajas.

La obtención sucede mediante un mecanismo eléctrico conectado a una caja de madera con una resistencia en forma de ondas, bajo la cual se coloca un vidrio forrado con un guante de látex. Este mecanismo se acerca a la entrada de la colmena y cuando las abejas se postran en la resistencia, se da una descarga eléctrica de tres voltios, lo que ocasiona la picadura por instinto. La abeja pica, rompe el guante de látex, y deposita el veneno en el vidrio al chocar con este. El insecto saca el aguijón y se va, sin perder la vida y depositando cantidades de veneno suficientes para la investigación. Solo algunas mueren en el proceso.

Posteriormente, el veneno, aún en su forma líquida, se mantiene en las placas de vidrio. Estas placas se almacenan en un ambiente termorregulado a fin de llevar la toxina al estado sólido. Una vez seco, el veneno se raspa de las placas dentro de un aislante de vidrio, procurando evitar la dispersión de este; para ese momento, el veneno adquiere la consistencia de un polvo blancuzco casi transparente.

Fuente: Agencia Informativa Conacyt

Mostrar más

Articulos Recientes

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Back to top button