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Destacan papel de mujer indígena en seguridad alimentaria y ODS

Con motivo del 40º periodo de sesiones de la Conferencia de la FAO, la Organización celebró un evento especial centrado en el importante papel que desempeñan las mujeres indígenas y rurales para lograr la seguridad alimentaria para todos y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Con el título “No dejar a nadie atrás: Lograr la igualdad de género para la seguridad alimentaria, la nutrición y la agricultura sostenible“, este evento abordó tres puntos críticos: el papel crucial que desempeñan las mujeres rurales para acabar con el hambre y la pobreza; La necesidad de políticas y programas para acelerar el empoderamiento económico de las mujeres rurales; Y la importancia de promover enfoques transformadores para abordar las causas subyacentes de la desigualdad de género en las zonas rurales.

Jessica Vega Ortega fue la única panelista indígena. Pertenenciente al pueblo mixteca, Jessica trajo a la discusión la perspectiva indígena, subrayando la discriminación múltiple que las mujeres jóvenes indígenas enfrentan en todo el mundo. “Aunque contamos con conocimientos, territorios y capacidades tradicionales, las mujeres indígenas seguimos siendo victimizadas por nuestra identidad, nuestra edad y nuestro género”, afirmó la Sra. Vega. “Además, como mujeres indígenas nuestras oportunidades de participar en actividades agrícolas o ganaderas se ven reducidas porque se nos quiere limitar al trabajo doméstico y al cuidado familiar”.

En este sentido, la Sra. Vega aprovechó la oportunidad para agradecer a la FAO por su trabajo en curso con las Escuelas de Liderazgo de Mujeres Indígenas, en las que participó como estudiante. Este programa, en ejecución en colaboración con el Foro Internacional de Mujeres Indígenas (FIMI), se centra en el empoderamiento de las mujeres indígenas a través de capacitaciones sobre cabildeo, seguridad alimentaria y derechos humanos.

A través de la experiencia de su madre, la Sra. Vega también mostró cómo la falta de seguridad jurídica en materia de tenencia de la tierra deja a las mujeres en situaciones de vulnerabilidad con respecto a sus tierras: “Hace veinte años, la tierra que mi madre había heredado le fue quitada, esto ocurrió incluso siendo ella hija única. Y sucedió porque era una mujer y porque era joven”, dijo. Este es un problema que las mujeres indígenas jóvenes todavía enfrentan en muchas comunidades indígenas en el mundo.

Además, durante una entrevista personal, la Sra. Vega explicó cómo la inseguridad y el hostigamiento se suman a los débiles regímenes de tenencia de la tierra exacerbando la difícil situación de las mujeres indígenas jóvenes. “Cuando los hombres emigran y las mujeres necesitan trabajar las tierras por su cuenta a menudo se enfrentan al acoso de los hombres que trabajan en parcelas cercanas si ellas se encuentran solas. Debido a este problema, muchas mujeres se ven obligadas a abandonar sus tierras. Otras optan por casarse a una edad temprana y trabajar en casa como una forma de acceder a seguridad”.

Dando voz a los jóvenes indígenas

La reciente colaboración entre la FAO y el Caucus Global de Jóvenes Indígenas (GIYC) fue elogiada como un paso muy importante para permitir que las generaciones de jóvenes indígenas participen en discusiones políticas y participen en la lucha contra el hambre. De hecho, a principios de este año, la reunión entre la FAO y el GIYC dio a este último la oportunidad de reunirse por primera vez ante el Foro Permanente de las Naciones Unidas sobre Cuestiones Indígenas (UNPFII) para preparar su participación. Uno de los resultados más importantes de esta reunión es la Declaración de Roma, que se leyó en la Plenaria de las Naciones Unidas durante el UNPFII de 2017.

– Con motivo del 40º periodo de sesiones de la Conferencia de la FAO, la Organización celebró un evento especial centrado en el importante papel que desempeñan las mujeres indígenas y rurales para lograr la seguridad alimentaria para todos y los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Con el título “No dejar a nadie atrás: Lograr la igualdad de género para la seguridad alimentaria, la nutrición y la agricultura sostenible”, este evento abordó tres puntos críticos: el papel crucial que desempeñan las mujeres rurales para acabar con el hambre y la pobreza; La necesidad de políticas y programas para acelerar el empoderamiento económico de las mujeres rurales; Y la importancia de promover enfoques transformadores para abordar las causas subyacentes de la desigualdad de género en las zonas rurales.

Jessica Vega Ortega fue la única panelista indígena. Pertenenciente al pueblo mixteca, Jessica trajo a la discusión la perspectiva indígena, subrayando la discriminación múltiple que las mujeres jóvenes indígenas enfrentan en todo el mundo. “Aunque contamos con conocimientos, territorios y capacidades tradicionales, las mujeres indígenas seguimos siendo victimizadas por nuestra identidad, nuestra edad y nuestro género”, afirmó la Sra. Vega. “
Además, como mujeres indígenas nuestras oportunidades de participar en actividades agrícolas o ganaderas se ven reducidas porque se nos quiere limitar al trabajo doméstico y al cuidado familiar”. En este sentido, la Sra. Vega aprovechó la oportunidad para agradecer a la FAO por su trabajo en curso con las Escuelas de Liderazgo de Mujeres Indígenas, en las que participó como estudiante. Este programa, en ejecución en colaboración con el Foro Internacional de Mujeres Indígenas (FIMI), se centra en el empoderamiento de las mujeres indígenas a través de capacitaciones sobre cabildeo, seguridad alimentaria y derechos humanos.
A través de la experiencia de su madre, la Sra. Vega también mostró cómo la falta de seguridad jurídica en materia de tenencia de la tierra deja a las mujeres en situaciones de vulnerabilidad con respecto a sus tierras: “Hace veinte años, la tierra que mi madre había heredado le fue quitada, esto ocurrió incluso siendo ella hija única. Y sucedió porque era una mujer y porque era joven”, dijo. Este es un problema que las mujeres indígenas jóvenes todavía enfrentan en muchas comunidades indígenas en el mundo.
Además, durante una entrevista, Vega explicó cómo la inseguridad y el hostigamiento se suman a los débiles regímenes de tenencia de la tierra exacerbando la difícil situación de las mujeres indígenas jóvenes. “Cuando los hombres emigran y las mujeres necesitan trabajar las tierras por su cuenta a menudo se enfrentan al acoso de los hombres que trabajan en parcelas cercanas si ellas se encuentran solas. Debido a este problema, muchas mujeres se ven obligadas a abandonar sus tierras. Otras optan por casarse a una edad temprana y trabajar en casa como una forma de acceder a seguridad”.
Dando voz a los jóvenes indígenas La reciente colaboración entre la FAO y el Caucus Global de Jóvenes Indígenas (GIYC) fue elogiada como un paso muy importante para permitir que las generaciones de jóvenes indígenas participen en discusiones políticas y participen en la lucha contra el hambre. De hecho, a principios de este año, la reunión entre la FAO y el GIYC dio a este último la oportunidad de reunirse por primera vez ante el Foro Permanente de las Naciones Unidas sobre Cuestiones Indígenas (UNPFII) para preparar su participación. Uno de los resultados más importantes de esta reunión es la Declaración de Roma, que se leyó en la Plenaria de las Naciones Unidas durante el UNPFII de 2017.
Fuente: FAO
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