Además de los obstáculos comerciales con Estados Unidos (EU), la industria del atún mexicano “navega” contra los efectos del fenómeno El Niño, que sólo en 2015 propició una caída en la producción del 20 por ciento, principalmente por menor captura en Sinaloa, Baja California y Chiapas, según cifras de la Sagarpa.
Desde 2012 la producción de esta especie observa una baja, ya que el volumen fue de 98 mil toneladas (ton) contra los 110 mil del año previo; en 2013 llegó a 129 mil ton; en 2014 en 162 mil y en 2015 de 130 mil ton, indica la dependencia en el Atlas Agrolimentario 2016.
Los últimos dos años no fueron buenos para esta industria debido a la presencia del fenómeno El Niño y no hubo producción, expresa José Carranza Beltrán presidente Grupo Pinsa, que comercializa la marca Dolores, que abastece 60 por ciento del consumo nacional.
Sin embargo, ante las restricciones que ha habido en los Estados Unidos con el atún mexicano, el empresario destaca que se observa un fortalecimiento del consumo interno, ya que en 1984 el consumo era de 27 mil toneladas y hoy es de 170 mil toneladas –el consumo per cápita es de 1.2 kilos al año.
Uno de los factores que ha ayudado a este comportamiento es que se mantiene el precio del atún para el consumidor final, ya que no obstante el alza en costos de producción con el aumento de los combustibles, ha habido apoyos del gobierno para la modernización de flotas y en el precio del diesel, matiza el empresario.
El mexicano aprendió a comer atún y es uno de los mercados más importantes para túnidos en el mundo, donde ocupa la cuarta o quinta posición, lo cual significa que el consumidor nacional tiene a su disposición una de las mejores proteínas que existen y es un alimento económicamente accesible, señala el titular de la Comisión Nacional de Pesca (Conapesca) de la Sagarpa, Mario Aguilar.
El directivo de Pinsa indica que en el rubro del atún genera 5 mil empleos y este año estima crecer 3 por ciento, “pero no hay ninguna seguridad depende de cómo vengan las cosas”.
La compañía Dolores, líder en el mercado del atún en México, exporta 4 por ciento de su producción, debido a los problemas con los amparos que interpuso el gobierno estadounidense en la OMC contra el alimento mexicano, que no se terminan, anota Carranza Beltrán.
En este último tema, el presidente del Grupo Mar, que procesa el atún Tuny, Antonio Suárez, señala que en las negociaciones ante la OMC “vamos a pedir que nos quiten el grillete que tenemos para vender en Estados Unidos, donde señala “un grupo seudo-ecologistas logró que se pusiera el etiquetado “dolphin safe”
Recordó que en territorio estadounidense se comercializa apenas un millón de cajas (40 millones de latas), pero si se quitará dicho el sello la exportación aumentaría 10 veces más.
Mario Aguilar recordó que México ganó diferendo ante la OMC, luego EU hizo modificaciones a sus normas, pero nuestro país consideró que no permitía reponer su inconformidad. En una segunda instancia OMC dio razón a la parte mexicana y se impusieron medidas ejecutivas paleatorias. Se estima que en el primer semestre de esta año se de a conocer la decisión del organismo internacional.
De acuerdo con el funcionario, el gobierno mexicano estima el daño por las restricciones comerciales al atún por parte de EU en 450 millones de dólares, mientras que la parte estadounidense considera que el monto es inferior.
El titular de la Conapesca recalcó que México pesca atún de manera selectiva, con bancos de cerco, proceso que la OMC ha reconocido, igual que la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), que otorgó a la pesca mexicana la medalla “Margarita Lizárraga”.
