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El poder de alimentar la historia

Con casi 40 años de experiencia periodística, reportero de diversos medios impresos y electrónicos, Juan Danell Sánchez, también colaborador de www.imagenagropecuaria.com, festeja con nosotros y nuestros lectores con un texto que reflexiona sobre la importacia del campo para las naciones y el papel que juegan los medios en difundir esta actividad.

Juan Danell Sánchez

Por condición natural el ser humano ha creado mecanismos, herramientas y estrategias para asegurarse la alimentación diaria y, al menos, para el corto plazo (un año), y esto sucede desde que se formaron los primeros grupos sociales sobre la Tierra. En un principio se hizo con la caza y la pesca, en la que encurtieron de manera natural los excedentes para almacenarlos, y posteriormente, al descubrir la agricultura con el ensilaje de las cosechas, para garantizarse el alimento hasta el próximo ciclo, cuando menos.

Esa capacidad de almacenar alimentos por largos periodos, significó y significa hasta los tiempos actuales, tener poder de quienes los poseen sobre los que carecen de ellos. Tener alimentos suficientes para satisfacer las necesidades de un grupo social, una localidad, un país, se traduce en poder y soberanía, un binomio que cimienta el desarrollo de las economías.

Por ello los países considerados potencias industrializadas, como Estados Unidos, Japón, toda Europa, China, Canadá, por mencionar algunos; aseguran su abasto y las existencias de alimentos para dos años como mínimo, con lo se calcula que pueden enfrentar escasez coyuntural por fenómenos climatológicos o vaivenes en el mercado internacional por especulación. Después de eso exportan sus excedentes.

Para esos países la soberanía alimentaria es fundamental. En México la realidad que se vive en ese sector, indica lo contrario. A pesar de contar con los recursos naturales y humanos suficientes para producir tres veces lo que consume de alimentos y, con ello, ser un exportador importante en este renglón; resulta que importa, en cifras conservadoras, 50% de su alimentación.

Esto es algo que indigna, pero sobre todo debilita al país en el concierto de las naciones, máxime en tiempos como los que se viven en la actualidad en los que un depredador ideologizado con los instintos más primitivos del capitalismo amenaza con cancelar toda negociación y concordia con México, cerrar sus fronteras por racismo, por frustración, por decadencia de un sistema acabado y una raza, la blanca profunda, que en Estados Unidos avanza a paso firme para ser minoría absoluta en los próximos 15 años.

Y eso arrastra a México a sus escombros por una sencilla razón, su economía depende en 80% de la relación comercial que tiene con el vecino del Norte.

Para los diarios y medios electrónicos de información (radio y TV), el tema alimentario, que en esta circunstancia, y desde siempre, debe estar en las prioridades de la agenda informativa, pasa desapercibido, como si no existiera”.

Existe una inconsistencia histórica en los medios masivos de información para dar a conocer y tratar el tema del sector primario. Y esto se puede entender porque para ellos resulta poco rentable la información del campo, vende poco y a menos que se trate de matanzas de campesinos, la noticia puede ser de primera plana: hablar de la realidad cotidiana de esos hombres y mujeres que día a día dejan parte de su vida en las tierras que labran para producir alimentos que terminarán en las mesas de los habitantes de las ciudades, sin distingo de razas y credos, es algo que a muy pocos interesa porque así lo han proyectado las políticas de comunicación del Estado y los medios las reproducen fielmente.

Este país necesita sensibilizarse en este tema, la población rural representa 25% del total, están pendientes asignaturas de justicia con cinco millones de familias que habitan en el campo (más otro tanto en las ciudades) y que hoy día deben sobrevivir a presiones de inseguridad alimentaria, a pesar de producir alimentos, marginación, pobreza extrema, olvido, corrupción, despojo, hostigamiento, crimen organizado, discriminación y abusos de toda calaña.

Pocos son los medios que enfocan su atención a estos temas y le dan la relevancia que ocupan en la construcción de la historia contemporánea de este país, desangrado por la impunidad y la simulación. Medios que merecen el respeto y reconocimiento a su trabajo, al compromiso que ellos mismos se fijaron con miras a construir un mejor país, a costa, inclusive, del bienestar personal.

Imagen Agropecuaria se cuenta entre ellos: cumple, en la Web, diez años de historia acumulada de información serena, contundente y oportuna del campo mexicano. Es un registro puntual del acontecer cotidiano del medio rural, que lo constituye en el referente confiable y profesional para hablar y tratar el tema de este sector.

Es uno de esos grandes medios que no necesita ser gigante para transcender en la historia y contribuir de manera eficaz en los cambios que le urgen a este país en su estructura y evolucionar la superestructura de la sociedad para valorar el trabajo y existencia de los hombres y mujeres del campo.

Los grandes medios son resultado del trabajo, conciencia y compromiso de los grandes reporteros; es el caso de Imagen Agropecuaria. Hoy cumple su primera década, es joven, labra con humildad y paso firme, sin perder ruta y objetivo, lo que todo profesional de las ciencias sociales añora; contribuir a forjar los principios fundamentales de toda sociedad, justicia, igualdad, bienestar, felicidad, para propios y extraños. Es un cantor que arriesga la cuerda y con ella la vida.

 

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