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Turismo gastronómico, opción para zonas rurales

El turismo gastronómico es una actividad que puede generar impacto económico y social en localidades rurales, sobre todo si integra en su desarrollo estratégico la estrecha relación entre territorio, actores y productos típicos de origen local, aseguró el Coordinador de Proyectos en México del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), Alejandro Dávila Topete.

En el quinto Congreso Nacional de Turismo Rural, Dávila destacó la importancia de incorporar herramientas como la “Guía Metodológica para la Dinamización Económica de los Territorios Rurales”, para ordenar y estructurar políticas y estrategias de desarrollo de un turismo gastronómico.

El congreso reunió a investigadores, estudiantes, funcionarios relacionados con el fomento y el desarrollo turístico, empresas de servicios turísticos y organizaciones sociales y de conservación ambiental. Abordó el turismo rural mexicano en un mundo global, bajo los ejes temáticos de diseño a la comercialización de productos turísticos, retos y oportunidades en el mundo global, y metodologías para el estudio del turismo rural y sus experiencias.

Participaron científicos de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, autoridades municipales y académicos del Instituto en Ciencias Agropecuarias y Rurales de la Universidad Autónoma del Estado de México, quienes destacaron al turismo rural en las áreas naturales protegidas como una herramienta eficiente para contribuir a la conservación del medio ambiente y al mejoramiento de la calidad de vida de las familias que las habitan.

Dávila consideró que el turismo gastronómico debe tener, como componentes importantes para el desarrollo local, prácticas culturales, valores éticos y sostenibles del territorio, paisaje y ecosistema, así como articulación con otros tipos de turismo.

Detalló tres estudios de caso, realizados por el IICA en tres estados del país, sobre cómo la gastronomía y sus prácticas culinarias para la alimentación puede tener efectos positivos sobre la demanda local de materias primas agrícolas, pecuarias y pesqueras, generando una cascada económica sobre los territorios al crear fuentes de empleo y ser un motivador turístico.

Para fortalecer el desarrollo de los territorios rurales, dijo, los ingredientes de los platillos ofrecidos en los establecimientos gastronómicos formales deberán ser en su mayoría de origen local y ser adquiridos de manera directa a los productores locales o con la menor cantidad de intermediarios posible. Adicionalmente, el personal contratado en los establecimientos gastronómicos deberá ser local, para que los ingresos económicos que genere la actividad permanezcan en el territorio.

Agregó que es fundamental posicionar a la gastronomía local de un territorio como un atractivo turístico que motive las visitas a él.

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