Cheleros artesanales quieren seguir camino de crecimiento de EU y países europeos
Durante más de 70 años, México al igual que Dinamarca, Estados Unidos y casi toda Europa, han vivido bajo un monopolio o duopolio cervecero, pero la cerveza artesanal ha venido ganado terreno ante la búsqueda de alternativas del consumidor.
En territorio estadounidense las microcerveceras suman mil 500 negocios, con un crecimiento anual del 16 por ciento en producción y hoy cubren 6 por ciento del total de producción nacional de la bebida. Todas las compañías están embotellando con sus marcas y sus estilos, unas son regionales otras nacionales y otras más son de pueblo, expresa Bjorn Gilbert Nielsen, maestro cervecero de la microcervecera Calavera,
“Es un crecimiento impresionante haber si pasa algo similar en México”, desea el microcervecero danés, quien comenta que en la última década en Dinamarca había sólo dos cervecerías y ahora hay 250 en una población de 6 millones de habitantes.
México cuenta con 20 microcerveceras formalmente establecidas, otros son cerveceros caseros, quienes empiezan a vender sus productos en tiendas. Uno están poniendo sus propias plantas y pueden impulsar a que los caseros maquilen su cerveza, y si la industria sigue creciendo, dentro de 30 años puede haber 200 como en los Estados Unidos.
El consumo per cápita de cerveza de los mexicanos es de 57 litros –la cerveza artesanal aporta sólo 32 mililitros—, en Dinamarca éste es de 99 litros y en República Checa, 125 litros. En México por cada 100 mil litros, apenas uno es artesanal estima Gilbert Nielsen, “es muy poco”.
En México hay 63 millones de consumidores, con un crecimiento de un millón de anual y el poder de adquisitivo es creciente, aunque no parezca, anota el maestro cervecero.
Este país está en una situación muy interesante con las cervezas artesanales ya que comienza a haber más facilidad de obtener los insumos (malta, lúpulos productos que no eran tan fáciles de obtener), dado que los proveedores antes sólo vendían a las empresas grandes, expresa Bjorn Gilbert.
A contracorriente de las empresas comerciales, las microcerveceras artesanales buscan individualizar la cerveza y consentir al individuo; pueden inventar nuevas recetas hacer cervezas orgánicas, ser muy versátiles en cuanto a modificar, cambiar y adaptar la producción a una demanda que ven latente, es muy experimental, afirma el experto cervecero.
En nuestro país existe una gran demanda y es creciente, en el caso de Calavera tiene buenos clientes en Oaxaca, San Miguel de Allende y en otras partes de la República, principalmente en restaurantes, bares, tiendas de especialidad gastronómica, tiendas de vinos. En Liverpool y City Market ya se puede encontrar cerveza artesanal.
Respecto al precio, Gilbert Nielsen comenta que hay cerveceros que han logrado una buena producción que les ha permitido bajar sus costos y pueden vender entre 15 y 20 pesos por botella; otros con una capacidad de producción no tan alta venden entre 25 y 30 pesos por botella, que si es más elevado comparado con una bebida industrial que cuesta de 5 a 8 pesos por botella.
Sin embargo, asegura Gilbert Nielsen, cualquier cerveza artesanal en México es mejor que una cerveza convencional o importada por la simple razón que está fresca, “recién salida del horno”; las importadas llevan muchos día en los contenedores al sol, aunque sí hay muy buena cerveza importada.
En los siguientes años –proyecta– vamos a ver un incremento en el número de microcerveceras y mejorará la calidad de la cerveza, la cultura va a cambiar en los restaurantes –donde las grandes cerveceras piden exclusividad– para exigir más variedad y esto impulsará esta microindustria.
