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Erosiona naturaleza y abandono 13 millones de has en laderas de México

Ixtapaluca, Estado de México.- En México hay 25 millones de hectáreas en tierras agrícolas de temporal, de las cuales la mitad está en laderas y sometida a procesos de erosión generaliza en diferentes grados, en algunos casos, incluso, hay una pérdida total de suelo, afirma el investigador Antonio Turrent, quien durante varias décadas ha atendido diversas problemáticas en el campo.

Por ejemplo, añade el también presidente de la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad (UCCS), en Veracruz se pierden 150 toneladas de suelo por hectárea cada año. Otros expertos señalan que, en general, por cada kilo de maíz que se produce, se pierden 37 kilos de suelo.

A pie de carretera se observa el ejido Zoquiapan, municipio de Ixtapaluca, Estado de México, con sus laderas con pendientes de hasta 30 grados, marcadas por una severa erosión ocasionada por inadecuadas prácticas agrícolas y la caída de lluvias torrenciales que antes no se presentaban en la zona. Esto es sólo un ejemplo de lo que sucede en varias regiones de México.

La imagen de esa parcela, con grietas profundas y un deslave acentuado, contrasta notablemente con la que se encuentra a un lado, cuyo propietario es Martín Domínguez González, ejidatario que se aferra a mantener un bastión de fertilidad en su tierra, mediante la asociación de cultivos como el durazno, chícharo y alfalfa, así como prácticas que le ayudan a retener el suelo.

Con asesoría de investigadores del INIFAP y del Colegio de Potsgraduados, Martín estableció aguas arriba de su terreno un camellón de rastrojo de maíz para quitarle velocidad al agua de lluvia, que erosiona la tierra cuando cae a gran velocidad y genera una gran turbulencia que arrastra lo que encuentra a su paso; por el contrario, si ésta se reduce suelta su sedimento y se va quedando en el suelo.

Más abajo, al agricultor, plantó árboles de durazno –con un metro de distancia entre ellos–, que sirven de terrazas, al anclar sus raíces en el suelo, donde infiltran el agua junto con nutrientes como nitrógeno, fósforo y potasio. Cuando el agua logra infiltrarse a la siguiente terraza el vital líquido esta purificado.

Este sistema denominado Milpa intercalada con árboles frutales (Miaf) permite el mejor desarrollo de los árboles. Martín platica que como la tierra vuelve a ser fértil se ha ahorrado 30 por ciento del costo de insumos, porque compran menos fertilizante químico.

Antes, la pendiente de la parcela era de 30 grados y con la retención del suelo que se ha logrado disminuyó a 15 grados.

La parcela se estableció en 2001 y en 2002 siguieron los trabajos, pero se acabó el presupuesto y los investigadores abandonaron el proyecto; sin embargo, el productor continuó con los trabajos.

Martín expresa que lo mantuvo porque veía que en la parcela de al lado se seguía roturando, barbechando y acabaron con los suelos, “ellos trabajan con arado de discos y yo uso rastra, que afloja menos la tierra, se le ha erosionado más porque todo el agua corre. Ese mismo problema lo tenía yo”.

El agricultor siembra chícharo, forraje o haba, rota sus cultivos, pero no siembra maíz porque, al igual que los duraznos, se lo roban mucho ya que la parcela esta a pie de carretera.

No obstante, con este sistema, dice Martín, “siembro menos (superficie), pero levanto lo mismo que si sembrara todo el terreno”.

El problema aquí –lamenta– es que se ha abandonado al campo y la gente migra hacia Estados Unidos. Las habas que cosechan tienen que llevarla ellos mismos a la central de abasto, donde les pagan 1.50 o 2.00 pesos y “unos tiene uno que buscar otro tipo de trabajo donde le paguen a uno por semana, porque o “cuido los duraznos o mantengo a mi familia”.

Posible recuperar la tierra en laderas

Turrent comenta que con el grado de erosión que han alcanzado las tierras en la zona, en una década se pueden recuperar tierras bajo el sistema Miaf, que ya se emplea en zonas serranas de Oaxaca, en las regiones mazateca, cuicateca, mixe, valles centrales, sierra sur, Istmo de Tehuantepec, donde se produce durazno, manzana, maíz y frijol.

El experto considera que el Estado mexicano tiene la obligación de regular los recursos naturales y que éstos se usen en forma sustentable, ya que la erosión es el problema ecológico más serio que tenemos en tierra de labor.

Rememora que hasta 1980 con la Dirección de conservación de suelos, se intentó hacer algo, pero la obra que hacía se destruía más rápido que lo que avanzaba. Con Carlos Salinas de Gortari a fines de ochenta, se abandonó el campo y se dejo en manos del mercado. Desde entonces prevalece esa visión, que plantea que el Estado no tiene responsabilidad, sino el productor, aunque la tierra sea de la nación.

Hace 15 años surgió el programa de labranza de conservación, que plantea que si no se roturaba no habría erosión y que debería dejarse en campo residuos de cosecha; esa tecnología fue abandonada porque los productores sólo la adoptaron mientras FIRA les daba dinero, además que sólo funciona en grandes unidades de producción y terrenos sin gran pendiente. Hace tres o cuatro años el Cimmyt llegó con Masagro, y eso convenció al Presidente Calderón, y ahora ese organismo tiene todo el apoyo.

Turrent busca recuperar el trabajo que hacían en tierras en ladera como la de Martín y confía en que con los cambios de gobierno haya quien los escuche.

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