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Reducción de pobreza rural requiere eficiencia agrícola y diversificar fuentes de ingresos: OCDE


Las políticas agrícolas para reducir la pobreza en países en vías de desarrollo deberían centrarse en inversiones estratégicas que permitan incrementar la productividad y diversificar fuentes de ingreso.

Los subsidios para la compra de insumos y para la protección de los precios de garantía no son recomendables, sin embargo, están justificados en países donde las instituciones son más pobres, menos desarrolladas y los mercados fallan debido a la falta de crédito e información de mercados.

Este tipo de intervenciones gubernamentales, que podrían distorsionar los mercados, también pueden traer resultados positivos a largo plazo, siempre y cuando, se implementen de forma simultánea políticas de mayor inversión en bienes públicos como la investigación agrícola y la infraestructura rural, aspectos que el mercado por sí solo no puede proporcionar, sugiere el estudio de la Organización de Cooperación para el Desarrollo Económico (OCDE), Políticas agrícolas para la reducción de la pobreza.

El documento presentado este mes en Londres, Inglaterra, pondera que las políticas agrícolas para reducir la pobreza en los países en vías de desarrollo deberían centrarse en inversiones estratégicas que permitan incrementar la productividad para que los agricultores se puedan beneficiar de los buenos precios de los alimentos.

Asimismo, propone un enfoque de tres vertientes para fortalecimiento de los ingresos rurales y la reducción de la pobreza, que consisten en mejorar la productividad y la competitividad en el sector agrícola; diversificar las fuentes de ingreso de las familias rurales; y facilitar el tránsito de la mano de obra del sector agrícola hacia empleos no agrícolas mejor remunerados.

La creación de oportunidades fuera de la agricultura puede ser difícil, pero una vez superados los obstáculos iniciales a la diversificación económica, el cambio estructural puede ocurrir muy rápidamente. En Corea, por ejemplo, la participación de la agricultura en el empleo se redujo de 40 por ciento a 16 por ciento en sólo 14 años; mientras que en Estados Unidos o Rusia este proceso tardó más de 50 años.

Muchas de las políticas para la reducción o erradicación de la pobreza rural se requieren fuera del sector agrícola, como la mejorar la educación y los servicios de salud primarios.

Igual de importante, destaca el estudio, es generar un clima de inversión estable y atractivo, que depende de la paz y la estabilidad política; así como una gestión macroeconómica sólida, instituciones fuertes y buena gobernanza.

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