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Y ahora viene la calma

De nueva cuenta el juego entrelazado de los años y los tiempos, de las buenaventuras y las esperanzas, de pronósticos y resultados; acuñan el discurso oficial reverberante de mejores días: 2011 fue un pésimo año “porque registró la sequía más aguda de las últimas siete décadas”, dice el Gobierno. Sin embargo, la producción de alimentos en 2012 alcanzará los niveles de 2007, afirma el titular de Sagarpa, Francisco Mayorga.

“Esperamos recuperar una parte de lo que perdimos en 2011. Por ejemplo, en el ciclo otoño-invierno la expectativa es tener hasta un 30 por ciento más de producción de maíz. El primavera-verano dependerá mucho del temporal, pero, generalmente, después de un año muy seco, viene un año bueno o regular.

“Estamos hablando de que podemos equiparar el año 2012, al año 2007, más o menos, en el que llegamos a unos 23 millones de toneladas de maíz, y, así, poder recuperar, también, la producción de frijol, de alrededor de 900 mil toneladas; la de azúcar, más de cinco millones de toneladas.

“Los demás cultivos, ya tendrían una variabilidad. El sorgo, también, tiene buenas perspectivas para este otoño-invierno y para el primavera-verano”, explica el secretario Francisco Mayorga, quien subraya la necesidad de ser más eficientes y productivos.

Ante el impacto de la sequía y las inundaciones, como efectos del cambio climático, ¿cuáles son las opciones que tiene México para enfrentar el problema de la producción de alimentos?

Francisco Mayorga (FM).- Pues ir haciendo a la vez medidas de adaptación y medidas de mitigación. Muy centradas en el uso eficiente del suelo y del agua. Tenemos que trabajar mucho en programas de mejoramiento de suelos, evitando la erosión, tanto eólica, como hídrica, pero también viendo el mejoramiento del suelo a través de la incorporación de compostas, de materia orgánica, muy buenas de dosis de fertilización, que sean las adecuadas, que no se sobre-fertilice, ni se sub-fertilice. Con una adecuada rotación de cultivos.

“Todo eso que tiene que ver con el suelo, hay que complementarlo con el manejo del agua, desde revestimiento de canales, nivelación de parcelas, patrón de cultivos, adecuado por aquellos que requieran menos agua en épocas de escasez.

“Por ejemplo, una mayor producción de oleaginosas, representa un menor consumo de agua y también representa menores importaciones, porque México es altamente dependiente de las oleaginosas.

“Estas son algunas medidas de adaptación al cambio climático, pero también de mitigación.

“Necesitamos reducir el consumo de energía en el campo, tanto electricidad como diesel, a través de equipos mucho más novedosos, más modernos, de prácticas de cultivo que también requieran menos energía.

“En el caso de la ganadería también hay una serie de temas que hacer, equilibrar muy bien la carga animal con la capacidad de los agostaderos. Obtener muy buenos índices de parición, destetar becerros más pesados.

¿De qué tamaño deben ser las inversiones en el campo, para enfrentar y superar con éxito los efectos del cambio climático en nuestro país?

FM.- Es muy difícil cuantificarla. Si hay algunas estimaciones, no las tengo en la memoria, pero si hay algunas fundaciones, o comunidades científicas y universidades que han hecho algunos cálculos, son muy cuantiosas. Pero de todas maneras hay que hacerlas. Yo creo que hay que empezar lo más pronto posible, porque sólo de esa manera serán menores las inversiones requeridas para compensar el cambio climático.

“Siempre es más fácil prevenir que remediar.”

¿Cuál es el sector (agrícola o ganadero) qué requiere de mayor inversión y atención para enfrentar los efectos del cambio climático?

FM.- Yo creo que son los pequeños productores de temporal de la zona centro del país, que está densamente poblada. Regiones del Estado de México, Puebla, Tlaxcala, Hidalgo, Morelos, algunas de Oaxaca, Guerrero, otras de la Península de Yucatán, donde el deterioro que se ha ido acumulando, en los recursos naturales, es muy elevado y por tratarse de muy pequeñas parcelas en comunidades muy densamente pobladas, es muy difícil hacer las inversiones, porque ya son terrenos que tienen un alto valor como bien raíz.

“Entonces, también, la presión, para que salgan de la agricultura y se utilicen en otros usos, en construcción de vivienda, todo tipo de desarrollo urbano, pues es una competencia muy fuerte para la producción primaria.

“Aquí MasAgro, está orientado a ese segmento de productores, muy pequeños, de maíz y trigo, que con un poco de asistencia técnica, de organización, de financiamiento, pueden duplicar o triplicar, o cuadriplicar sus rendimientos, en plazos, relativamente, cortos de tiempo.

“Sin embargo, hay un potencial muy grande. En Campeche, por ejemplo, hay mucha superficie agrícola o ganadera que está enmontada, que por alguna razón se abandonó y que puede regresar a la producción agrícola.

“Simplemente la aplicación del riego, en estados como Veracruz y Chiapas, puede significar duplicar o triplicar la producción de cultivos como la palma de aceite, o el hule, o el cocotero.

“Precisamente como ha cambiado la regularidad de las lluvias: aunque sigue cayendo una gran cantidad de agua, está mal distribuida. Entonces sí se necesita riego en algunas épocas del año, para llegar a rendimientos realmente costeables.

“El Inifap está calculando ese potencial del sureste y determinando en qué áreas es mayor. Por ejemplo, podríamos incorporar un millón de hectáreas al cultivo de cacao, que sería una cantidad impresionante, con la que se llegaría a abastecer la mitad de las necesidades del mercado mundial de este grano.

“Lo mismo podría suceder con la palma de aceite y hule, el potencial es muy alto.”

¿Es factible aprovechar la superficie de las reservas agrícolas de los ocho estados del Sureste mexicano para superar el problema de abasto de granos básicos en el país?

FM.- Yo no diría de todos los granos. De maíz, sí. Trigo, no, porque es un cultivo propio de climas fríos o de mayores altitudes sobre el nivel del mar. Pero de maíz no hay duda, y mucho de cultivos industriales y oleaginosas.

¿Como negocio, qué es más rentable producir en el Sureste del país, granos básicos o cacao, palma de coco, café, papaya, piña, plátano, cítricos, entre otros cultivo propios de la región?

FM.- Yo creo que todos ellos pueden ser rentables en función de los rendimientos que se obtengan. Todos esos son productos ligados a los mercados internacionales. Hoy por hoy, todos tienen un valor alto.

“Probablemente pueda bajar ese precio en alguna temporada y apretar los márgenes de utilidad. Pero para un productor eficiente todos los vaivenes en los mercados internacionales, pues no significan un problema insoluble, porque además hay herramientas para manejar ese riesgo, como son las coberturas, o la agricultura por contrato.

“Yo creo, que en el mediano plazo, estamos hablando de 10 años, cualquier cultivo que tenga una buena genética, una buena tecnología, un buen manejo, es muy rentable, a unos en el mediano plazo, a otros en el corto plazo.”

¿Cuál es el presupuesto que el Gobierno federal está destinando para superar las emergencias productivas de alimentos y de abasto del país?

FM.- Bueno, todos los programas de la secretaría están orientados a una de esas dos tareas. O a mitigar riesgos y ahí estaríamos hablando de más o menos 17 mil millones de pesos. O a fomentar la producción, con un presupuesto de 35 mil millones de pesos, más los que manejen otras dependencias, como Conagua, como SCT, como CFE, que es la infraestructura básica.

“Entonces, yo diría que es una cantidad importante. Ahora hay un nuevo fideicomiso para fomentar que los estados inviertan en infraestructura, con condiciones financieras muy ventajosas, y vayan focalizando dentro de su territorio obras muy específicas que puedan significar una mayor rentabilidad para los productores.

¿El capital privado está invirtiendo en este rubro de superar los problemas productivos causados por el cambio climático?

FM.- Sí, definitivamente, lo que hemos visto de crecimiento en los últimos diez años, por ejemplo, en agricultura protegida, en invernaderos, acolchado, macro-túneles, micro-túneles, sistemas de riego, sistemas de bombeo, pues hablan de un interés muy fuerte de los empresarios, por adaptarse a las nuevas condiciones de escasez de agua, de variabilidad climática.

“El uso de los seguros también se ha ido extendiendo, la tecnología que cada año se aplica en maquinaria, en equipo, pues habla de esa fuerte inversión privada en el sector.

“Las exportaciones también nos dicen que cada vez somos más competitivos, porque estamos llegando, cada vez, con más productos a más mercados y con mayor valor agregado.”

¿De cuánto es la inversión privada?

FM.- La verdad no tengo idea.

Y pese a vientos y mareas, sequías, heladas e inundaciones; el campo mexicano sigue en pie, muestra de las riquezas que aún conserva y del garante de su gente que pelea por preservarlas.

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JUAN DANELL SÁNCHEZ

*Reportero mexicano especializado en temas agropecuarios, indígenas, de derechos humanos y desarrollo sostenible. jdanell@hotmail.com

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