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Analizan descentralizar 30% de producción de huevo de Jalisco

Implica trasladar producción de 24 millones de aves; reduciría vulnerabilidad ante riesgos sanitarios

Debido a la vulnerabilidad que mostró la avicultura mexicana ante el brote de influenza aviar de alta patogenicidad AH7N3 en Jalisco, que derivó en problemas de abasto e incremento en el precio del huevo, autoridades y avicultores analizan descentralizar y regionalizar la producción y distribución del alimento hacia entidades como Querétaro, Zacatecas, Nayarit y Michoacán, Guerrero, Nuevo León, algunos de los cuales tienen interés en instalar plantas de producción avícola.

Lo anterior se deriva de una conversación que sostuvo Imagen Agropecuaria con el presidente ejecutivo de la Unión Nacional de Avicultores (UNA), Sergio Chávez González, quien precisó que de las 80 millones de ponedoras con que cuenta Jalisco -que aporta más de la mitad de la producción de huevo del país–, habría que buscar sacar 30 por ciento de la parvada o por lo menos 20 millones.

Esta medida además contribuirá a disminuir el “turismo avícola”, dado que de las 300 mil cajas que se producen de huevo al día se moviliza 50 por ciento para la Ciudad de México, de donde a la vez se redistribuye hacia otros estados del territorio nacional, lo cual se convierte en un vector de contaminación. Jalisco moviliza huevo a 23 estados del país, desde el norte, pasando por parte del centro y, por supuesto, occidente. Descentralizar la actividad avícola ayudaría a regionalizar y reducir costos de traslado; aunque son procesos que llevan tiempo.

La avicultura mexicana –afirma Sergio Chávez– tiene que trazarse eliminar, poco a poco, el tráfico de aves vivas de manera interestatal. Lo ideal sería que si produces aves vivas las sacrificaras en una planta cercana a la unidad de producción y obtener producto procesado; pero no movilizar pollo desde Nuevo León hacia el Estado de México.

Con base en la experiencia que enfrenta México por la influenza aviar de alta patogenicidad AH7N3, principalmente en Jalisco, Sergio Chávez expresa: el gobierno tendría que hacer algo para ver cómo le hacemos para descentralizar o desinvertir un poco en esas zonas y beneficiar a otros estados. El gobierno está preocupado porque dice: si Jalisco representa 55 por ciento de industria de huevo, no podemos seguir teniendo ese riesgo en el futuro, por lo que hay que empezar a buscar que también se invierta en producción de huevo en otros estados del territorio nacional o por lo menos minimizar el riesgo de seguir produciendo en las zonas ya establecidas.

En el escenario actual, subraya el directivo de la UNA, “somos vulnerables” y es un riesgo importante que el gobierno no quiere seguir corriendo, porque si se presenta otra contingencia pasaría lo mismo.

Explica que en primera instancia el establecimiento de nuevos polos de desarrollo avícola se plantearía a los propios avicultores que resultaron afectados en Jalisco, quienes incluso podrían invertir en otras áreas dentro del propio territorio jalisciense, pero entrarían a un proceso de modernización mediante el uso de tecnología de punta.

Las entidades donde podrían establecerse nuevas plantas avícolas cuentan con las características de clima adecuadas pero, matiza Chávez González, los avicultores tienen la preocupación de la seguridad, porque su inversión se trasladaría a un lugar que desconocen.

Otro proyecto de los productores de Tepatitlán es que en lugar de tener crianza como hasta ahora, se puedan hacer macrocrianzas, que implica una especialización de las áreas de producción, una empresa se encarga de la genética, otra de la parte de crianza y cuando nace la pollita en lugar de irse a la granja se lleva a un gran centro de crianza y desarrollo. Esto generaría un mayor control del proceso productivo.

Reforzar medidas de bioseguridad

Con el problema del brote evidenció que muchas empresas avícolas colindan casi barda con barda y que, en algunos casos a sus alrededores además tienen producción de cerdos, de leche, de ganado de engorda; “el riesgo está ahí”, recalca Sergio Chávez, quien añade que los avicultores pretenden minimizar riesgo para hacer que si se invierte en Jalisco se guarde distancia y tenga mejores medidas de bioseguridad y manuales de buenas prácticas.

También falta invertir en plantas de industrialización de pollinaza y gallinaza, porque el primer vector de contaminación son las excretas de las aves y en el país hay una sola planta de procesamiento.

El presidente ejecutivo precisa que modernizar una granja nueva con tecnología de punta de 100 mil aves requiere una inversión de 25 millones de pesos, sin incluir el terreno ni las aves ni caminos si se requieren.

Sergio Chávez hace hincapié en que el sector se tiene que mover y asegura que “es muy fácil hacerlo; no es tan complicado”, el cambio puede ser gradual y se podrían tener incentivos fiscales en los estados donde se traslade la actividad. La avicultura nacional no puede seguir igual, tendrá que reconfigurarse. La ventaja es que la industria nunca ha dejado de invertir.

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ERNESTO PEREA

Periodista especializado en temas agropecuarios y agroalimentarios. Premio Nacional de Periodismo y Divulgación Científica, otorgado por el CONACYT. En la actualidad director del portal web www.imagenagropecuaria.com Autor del libro Voces y vivencias del movimiento orgánico Ha colaborado con las revistas editadas por el Grupo Expansión. Ha sido consultor de la FAO. Brinda servicios de comunicación, información, análisis y consultoría para diversas empresas e instituciones. Correo electrónico: editor@imagenagropecuaria.com

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