Hacia un mayor impulso a las mujeres emprendedoras en el campo mexicano
*Mónica Hernández Cuesta
Decir que alrededor del 80 por ciento de los proyectos productivos impulsados por el Programa Estratégico de Seguridad Alimentaria (PESA) son encabezados por mujeres es un importante avance en la perspectiva de género en el sector agroalimentario, pero aún falta mucho por hacer para lograr un cambio en las perspectivas de género en el campo mexicano.
La participación de la mujer en el medio rural es cada vez mayor y, aunque su aportación en la producción agrícola, ganadera, pesquera, acuícola y apícola, así como en el desarrollo de sus comunidades es indiscutible, ésta no siempre es valorada.
La Comisión Económica para América Latina y El Caribe (CEPAL) señala que un elevado número de las mujeres rurales que contribuyen en la producción de alimentos son trabajadoras familiares no remuneradas o perciben muy baja remuneración, lo cual las pone en una situación de desventaja económica y social.
Se requiere que la sociedad valore el trabajo de las mujeres y las reconozca como un sector estratégico que tiene en sus manos gran parte de la producción y suministro de alimentos a nivel nacional, y es un factor determinante para fortalecer la seguridad alimentaria.
Una mayor integración y asociatividad de las mujeres no solo significa empoderarlas, sino también ofrecerles nuevas perspectivas, recursos y dinámicas que permitan mejorar su condición y posición tanto en otros planos –la salud y la educación– como en la formación y capacitación constante en la vida productiva.
La Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) reconoce que corregir estas inequidades estructurales, dar mayor promoción a los derechos de las mujeres y favorecer su participación en los programas gubernamentales y en los espacios de toma de decisiones del sector rural, son compromisos inaplazables.
Por ello, en acatamiento a lo establecido en el Plan Nacional de Desarrollo (PND), el titular de la Sagarpa, Enrique Martínez y Martínez, ha instruido institucionalizar y crear esquemas transversales en proyectos encausados a la perspectiva de género, así como en las políticas, programas y acciones de la Secretaría, a fin de promover una nueva sociedad rural basada en al igualdad de oportunidades y la de no discriminación entre mujeres y hombres.
“La feminización del trabajo agropecuario, fuertemente vinculado a la migración, debe orientar una nueva oferta de políticas públicas”, ha expresado el secretario Enrique Martínez y Martínez, y ante este hecho trabajamos todos los días para dar soporte a una nueva conceptualización del papel de la mujer en el medio rural.
*Directora de Política para la Igualdad entre Mujeres y Hombres de la Sagarpa.
