Ciencia y Tecnología

Aromas que controlan plagas

Científicos del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional (IPN), Irapuato, proponen usar sustancias aromáticas para el biocontrol de plagas.

“Tratamos de entender los compuestos de diferentes cultivos como el frijol, para poder reactivar sus rasgos de autodefensa”, explicó el doctor Martin Heil, quien encabeza el proyecto.

Estas investigaciones se centran en la planta del frijol ya que es un alimento originario de México y las condiciones permiten su estudio a fondo, con el objetivo de optimizar el rendimiento de los cultivos, así como mejorar su resistencia ante las plagas sin utilizar pesticidas que resultan tóxicos para los humanos y para el medio ambiente, destacó el investigador del Cinvestav.

“Los cultivos perdieron sus rasgos defensivos a lo largo del tiempo debido a que mejoró otro tipo de cualidades, como el rendimiento y productividad; por lo tanto, ahora estamos trabajando con un tipo de policultivo que combina el resistente con el productivo. Como la resistencia se transmite por olores, las plantas vecinas reciben este aroma para mejorar sus defensas contra las plagas”, explicó.

Del mismo modo, el  miembro nivel III del Sistema Nacional de Investigadores expuso que la emisión de ciertas sustancias es el medio con el cual muchas plantas se defienden de agentes externos que los puedan dañar.

Los cientítificos también están trabajando en emisores artificiales, los cuales podrían producir olores de una forma controlada y así generar una resistencia artificial en las plantas silvestres.

“Descubrimos que al activar esta emisión en la planta de frijol, la planta creció más de 50 por ciento y su rendimiento aumentó en 30 por ciento, además de sufrir mucho menor daño por insectos invasores y enfermedades”, expresó el investigador titular del Laboratorio de Ecología de Plantas del Cinvestav-Irapuato.

Los compuestos orgánicos volátiles (COV) pueden ayudar a eliminar los pesticidas y fungicidas en el proceso del cultivo del frijol y generar un método para una cosecha orgánica, que se pueda producir sin mucha tecnología a costos bajos, con una técnica menos dañina para los mismos agricultores que se exponen a las sustancias tóxicas. “Cabe resaltar que este proceso no involucra la modificación genética de las plantas para el cultivo”, aseveró el investigador de origen alemán.

Según el especialista, fue el humano quien ha ido modificando estas plantas de manera inconsciente. “Durante esos 10 mil años que tarda el proceso, la gente empieza a elegir solo las plantas o semillas de ciertas características, con base en el sabor o textura”.

La mayoría de plantas por sus características químicas evapora sustancias que sirven para  transmitir a sus plantas vecinas la resistencia que necesitan. “Este es un proceso relativamente largo porque dura alrededor de cinco años. Podemos combinar los cultivares de frijol antiguo, que son altamente resistentes pero poco productivos, con otros cultivares modernos muy productivos pero poco resistentes a las infecciones, sembrándolos alternadamente las características externas se transfieren al otro”, propuso.

Aunado a esto, el investigador reconoció que hay otros cultivos susceptibles de mejora mediante esta técnica, como lo son el tomate, tabaco, algodón, café y cacao. Pero actualmente las investigaciones están enfocadas en el frijol por su significado cultural y alimenticio para el país.

Fuente: Agencia Conacyt

 

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